Centros de tránsito en Hungría: ¿modelo para Alemania?
3 de julio de 2018Hungría ya cuenta con los centros de tránsito para refugiados sobre los que se trató en el acuerdo de los partidos de la Unión conservadora alemana, formada por la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU). Los solicitantes de asilo no pueden ingresar a Hungría, sino que solo se les permite entrar al campamento de barracas ubicado en dos pasos fronterizos hacia Serbia, en la zona de tránsito, de a uno por día y por zona de tránsito, según datos de la organización humanitaria "Hungary Helsinki Committee” (HHC).
Un portavoz húngaro niega que haya una indicación de permitir entrar a solo una persona por día a Hungría. "No es culpa nuestra que tan pocos quieran entrar a Hungría”, dijo Janos Lazar, jefe del despacho del primer ministro, Viktor Orban, en febrero de este año. La organización estima que, del lado serbio, esperan cerca de 4.000 migrantes para poder presentar su solicitud de asilo en Hungría.
Tránsito en "tierra de nadie”
En la zona de tránsito, que Hungría declaró como "tierra de nadie”, se comprueba si el solicitante de asilo ya fue registrado en otro país de la Unión Europea, o si su solicitud de asilo es injustificada por otra razón. Verificarlo dura, casi siempre, pocas horas, pero puede demorar hasta un máximo de 15 días. Si el solicitante de asilo es uno de los llamados "casos de Dublín”, es decir, si ya figura en uno de los bancos de datos de asilo Eurodac, será llevado de inmediato al lado serbio del paso fronterizo y allí se le dictará una prohibición de reingreso para todo el espacio de Schengen. En teoría, el solicitante rechazado tendría derechos a presentar una queja contra la decisión. Pero eso solo sucede muy rara vez, según explica la organización pro derechos humanos "Hungary Helsinki Committee” en un informe sobre la situación en los centros de tránsito húngaros. La mayoría de las veces no queda tiempo para dar ese paso, o los que buscan refugio no cuentan con apoyo legal ni acceso a los procedimientos correspondientes para hacerlo.
Si la solicitud de asilo es aceptada y procesada, el solicitante es mantenido en la zona de tránsito vigilada, que no podrá abandonar. El procedimiento de asilo dura en Hungría, inclusive la verificación jurídica correspondiente, de tres a seis meses. Los solicitantes de asilo cuyos pedidos hayan sido rechazados son enviados de regreso desde la zona de tránsito hacia Serbia. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), en Estrasburgo, ya emitió un fallo sobre esa práctica en marzo de 2007. En ese momento ganaron un juicio dos solicitantes de asilo de Bangladesh que habían permanecido 23 días detenidos en una zona de tránsito y finalmente fueron enviados a Serbia. El TEDH dictaminó que la internación era ilegal. Y también objetó la deportación a Serbia porque existía el peligro de se produjera una "deportación en cadena” que podría llegar hasta Grecia. El Estado húngaro pidió la revisión de esa sentencia, pero aún no hay un fallo definitivo al respecto.
Pocos solicitantes de asilo en Hungría
El manejo restrictivo de los procedimientos de asilo en Hungría condujo a que las cifras de solicitantes llegaran a lo que desea Viktor Orban, es decir, a ser cercanas a cero.
En los primeros cuatro meses de 2018 fueron rechazados 2.363 solicitantes directamente en la zona de tránsito. 325 personas pudieron presentar una solicitud de asilo, según la HHC. En los procesos de asilo en curso fueron rechazados 326 solicitantes, a quienes se deportó de inmediato. 267 personas obtuvieron un estatus de refugiado o de protección. A pesar de esas cifras, el primer ministro húngaro habla de una "inmigración masiva” y declaró el estado de excepción migratorio. Solo ese truco permite que la internación de solicitantes siga siendo legal en Hungría según las leyes europeas. De acuerdo con esa legislación, la detención en zonas de tránsito solo se puede llevar a cabo en casos de sobrecarga migratoria extrema.
Para poder retornar a un solicitante de asilo que logró, de algún modo, ingresar a Hungría, de manera inmediata, el gobierno húngaro creó la llamada "Regla de los ocho kilómetros”. Según ella, todo migrante que sea interceptado a una distancia de hasta ocho kilómetros de la frontera puede ser llevado, sin necesidad de verificación alguna, a las zonas de tránsito. En ciertos casos, informan organizaciones humanitarias, los migrantes son detenidos en algún lugar de Hungría y trasladados sin muchas vueltas hacia Serbia por la frontera. Los juristas no se ponen de acuerdo sobre si las zonas de tránsito en Hungría son "tierra de nadie”. De acuerdo con el Derecho Internacional, ese concepto es inexistente.
¿Zonas de tránsito en las fronteras interiores?
Para que funcionen las zonas de tránsito es urgentemente necesario que la frontera esté vallada o que haya controles muy estrictos. Solo así se puede obligar a los migrantes y solicitantes de asilo a no ingresar y a reportarse primero en las zonas de tránsito para presentar sus solicitudes de asilo. En el caso de Alemania, eso significaría que la frontera con Austria debería ser cercada y constantemente vigilada a lo largo de sus 817 kilómetros. Pero, según la regulación de libre tránsito dentro del espacio de Schengen, eso no es posible. Además, Hungría deporta a los migrantes rechazados a Serbia, es decir, hacia un país que no forma parte de la UE pero que es considerado un "país seguro”. Alemania deportaría a las personas que buscan asilo pero son rechazadas, desde los centros de tránsito hacia países del espacio de Schengen, como la República Checa o Austria. Pero esos países no tiene la obligación de recibirlos. A no ser que Austria y la República Checa firmaran un acuerdo con Alemania, lo cual ambos rechazan.
Autor: Bernd Riegert (CP/ERS)
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