Cataluña: ¿independencia sin respaldo?
4 de octubre de 2017El derecho a la autodeterminación de los pueblos es un principio importante en el derecho internacional, pero también la protección de la integridad territorial de un Estado. El movimiento catalán independista proclama defender el primero, mientras que el gobierno español se basa en el segundo. No existe un derecho a la secesión bajo el derecho internacional, a menos que ambas partes estén de acuerdo, algo que claramente no es el caso en Cataluña.
Fundar un nuevo Estado no siempre es un problema. Cuando los checos y los eslovacos se separaron en 1992, se hizo con el consentimiento mutuo. Cuando los pueblos de Africa declararon su independencia en los años 50 y 60 del siglo XX, en algunos casos las potencias coloniales resistieron, pero el derecho de los pueblos a la autodeterminación fue el principio fundamental de las Naciones Unidas. Sin embargo, el experto en derecho internacional Stefan Talmon argumenta que los catalanes no pueden apoyarse en dicho recurso: "El derecho a la autodeterminación de un pueblo presupone que haya un pueblo que pueda abogar por ese derecho. Una parte de una población aunque tenga una cierta identidad propia no es un pueblo en el sentido del derecho internacional", dice Talmon a DW.
Los bávaros no se pueden separar de Alemania
Tampoco los bávaros en Alemania podrían acudir al derecho a la autodeterminación, si alguna vez decidieran querer salir de la Republica Federal de Alemania. Lo mismo los albaneses de Kósovo. Ellos no son un pueblo en el sentido del derecho internacional. Kosovo se declaró independiente de Serbia en 2008, pero la situación sigue sin resolverse. Serbia sigue considerando a Kosovo como parte de su territorio. La Corte Internacional de Justicia llegó a la conclusión de que la declaración de independencia de Kosovo no violaba el derecho internacional, sin embargo no se aclaró en la cuestión del estatus y confirmó la resolución 1244 de la ONU, según la cual se garantizaba la soberanía y la integridad territorial de Serbia.
Por otra parte, más de la mitad de los casi 200 Estados miembros de las Naciones Unidad han reconocido a Kosovo como un Estado Independiente. España, sin embargo, todavía no es uno de ellos, precisamente porque Madrid teme un precedente para Cataluña.
El caso de Escocia
Otro caso es Escocia. El Gobierno británico bajo el primer ministro David Cameron no fue legalmente obligado a permitir un referéndum sobre una independencia escocesa. Sin embargo, en 2014, permitió un voto popular en Escocia para aclarar la cuestión. Resultado: una mayoría de alrededor del 55 por ciento contra un 45 por ciento votó por quedarse en el Reino Unido. Incluso la decisión sobre el Brexit, rechazado por una gran mayoría de los escoceses, no parece haber cambiado su opinión. Por el momento, la cuestión escocesa parece estar aclarada.
¿Y Cataluña? No se puede hablar seriamente de una opresión de los catalanes o de su cultura como en los tiempos del General Franco. Cataluña goza de una amplia autonomía. Stefan Talmon no ve ningún fundamento jurídico para el movimiento independista catalán: "Ni en el derecho constitucional ni en el derecho se encuentra una base para el independentismo catalán". Sabine Riedel de la Fundación Ciencia y Política en Berlín, comenta: "Los separatistas catalanes están dispuestos a crear una Cataluña independiente, a pesar de que esto va en contra del derecho internacional y a pesar de que gozan de derechos de autonomía. Si los separatistas logran la independencia, las consecuencias serian incalculables."
"Podría haber 300 o 400 Estados independientes "
No solo el derecho internacional, sino también el derecho europeo, protege a los Estados existentes. El artículo 4 del Tratado de la Unión Europea establece que "los Estados respetan sus respectivas identidades nacionales, expresadas en sus estructuras políticas y constitucionales, incluyendo la autonomía regional y local", así como su "integridad territorial". Es decir: las separaciones no son deseadas. La razón también es que en la UE los Estados son los actores clave. Stefan Talmon afirma que "el derecho internacional es un producto de los Estados existentes, y por lo tanto es muy resistente a cambios". Si se permite la fragmentación de Estados existentes "sobre la base de sentimientos subjetivos de identidad" de grupos individuales o regiones, "no tendríamos unos 200 Estados sino 300 o 400, y en muy poco tiempo", dice Talmon.
Autor: Christoph Hasselbach (GG)