Catástrofe ambiental en Indonesia
28 de octubre de 2015Indonesia arde desde hace meses. Unos 2.000 fuegos se contabilizan entre tanto en las islas Sumatra y Borneo. Bosques tropicales desaparecen. En su lugar, surgen plantaciones para obtener aceite de palma y papel. Humo y gases de efecto invernadero contaminan el aire. 40 millones de personas sufren enfermedades respiratorias. El Gobierno de Yakarta valora declarar el estado de alerta nacional. DW conversó con el director para Indonesia y Malasia de la Fundación Friedrich Naumann, cercana al partido liberal alemán FDP.
DW: Sr. Kleine-Brockhoff, ¿cómo se vive esta situación en Yakarta?
Moritz Kleine-Brockhoff: En la capital tenemos suerte. El humo se aleja en dirección contraria. Afecta amplias superficies de Sumatra y el sur de Borneo, partes de Malasia y el sur de Tailandia. Hace ya dos meses y, ahora al final del período seco, es cada vez peor. No hay forma de extinguir el fuego. Mucha gente ha enfermado. Ha habido muertos. Hay escuelas cerradas. Es realmente una gran catástrofe.
El fuego afecta toda la vida pública. ¿Aún se puede garantizar la atención médica?
No alcanzan las fuerzas. No hay suficientes hospitales ni medicamentos. Se ha valorado la evacuación de personas de las zonas más afectadas. En barcos. Pero a la Marina le faltan recursos. Con aviones se intenta lanzar agua −entretanto también han llegado aviones de Singapur y Malasia− pero es como echar gotas en un mar. Muchos de esos fuegos son subterráneos. El suelo está compuesto por capas de turba (inflamable). Una vez que prenden, no hay forma de apagarlas. Tenemos que esperar el inicio de las lluvias. Las lluvias torrenciales deben traer mejorías.
El Gobierno ha estacionado once barcos de guerra frente a las costas de Sumatra y Borneo, para asistir sobre todo a niños. ¿Se cuenta con daños a la salud a largo plazo?
Los daños ambientales son masivos. Haze –así se llama este smog aquí− es un fenómeno anual. Este año ha sido más grave. Aquí se ha impuesto la tala y quema de suelos para establecer plantaciones de palma aceitera, con la consiguiente reducción de los bosques tropicales. Así se impone el monocultivo. Los años ambientales en los últimos 20 años en Indonesia son enormes.
No puedo hacer afirmaciones sobre efectos a largo plazo, pero las enfermedades respiratorias agudas son un escándalo. El presidente, Joko Widodo, ha visitado varias veces las zonas afectadas. Interrumpió su visita oficial a Estados Unidos. Y algo nuevo: por primera vez se han abierto procesos contra gerentes de empresas, a los que se acusa de haber iniciado sistemáticamente estos incendios.
¿Cómo es que las autoridades no han logrado ponerle fin a esa actividad ilegal?
En general, hay que decir que el estado de derecho, en Indonesia, tiene límites. El país es inmenso y el Gobierno, sobre todo el anterior, bajo Susilo Bambang Yudhoyono, ha hecho grandes esfuerzos por la protección el medio ambiente. Hay una serie de leyes y normas, pero no se implementan. A nivel regional y local domina la lógica mercantilista y un absoluto desdén por el medio ambiente, tanto de las autoridades como de las empresas. Esas prácticas se han vuelto parte de la cultura, y es difícil cambiarlas.
Singapur ofreció aviones militares apagafuegos e Indonesia los rechazó. El videpresidente, Jusuf Kalla, dijo cínicamente que los vecinos debían agradecer tener once meses de aire fresco. ¿La catástrofe ambiental ha generado tensiones políticas?
Correcto. Los vecinos, Singapur y Malasia están descontentos. Aunque, entretanto, Indonesia aceptó la ayuda de aviones militares. Hay que tener presente que haze es tema hace mucho en el contexto de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático). Hay Memorandos de Entendimiento para enfrentarlo pero no se ha implementado nada.
Indonesia es uno de los Estados con mayores emisiones de CO2 del mundo. Antes de la importante conferencia climática que comienza en París a fines de noviembre, Yakarta presentó un plan para reducir sus gases de efecto invernadero en una cuarta parte hasta 2020. ¿Cómo puede lograrse algo así?
Buena pregunta. Hay un plan para reducir las emisiones. Tengo el documento delante y, en sus trece páginas, se mencionan objetivos, no cómo alcanzarlos. La principal fuente de emisiones CO2 no es aquí la quema de combustibles fósiles, que representan solo un 20 por ciento. La causa fundamental, de un 63 del total de emisiones, es la destrucción de los bosques tropicales, grandes almacenes de CO2.