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Caso Schleyer: el terrorismo alemán de los 70

Volker Wagener
5 de septiembre de 2017

El secuestro y posterior asesinato de Hanns Martin Schleyer, hace 40 años, fue un duro golpe para la República Federal de Alemania. El drama sigue agitando los ánimos hasta el día de hoy.

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Schleyer Entführung 1977
Imagen: AFP/Getty Images

Las imágenes forman parte de la iconografía de la República Federal de Alemania, que en 1977 era relativamente joven: el canciller Helmut Schmidt se inclina el 25 de octubre ante Waltrude Schleyer. Su marido, Hanns Martin Schleyer, había sido asesinado pocos días antes. Fue una verdadera ejecución. Terroristas de la Fracción del Ejército Rojo (RAF) le dieron muerte de un tiro en la cabeza, tras haberlo mantenido durante semanas como rehén. A cambio de su vida, exigían la liberación de 11 terroristas de la RAF que se hallaban en la cárcel de alta seguridad de Stammheim.

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El canciller Schmidt había resuelto desde un principio que no se canjearían terroristas por el rehén. El gobierno y la oposición concordaron al respecto, por razones de Estado. Había consenso político en cuanto a que el Estado de derecho no puede doblegarse jamás ante terroristas. El secuestro de Schleyer marcó un período que pasó a la historia como "el otoño alemán”.

¿Quién era Schleyer?

Como presidente de la confederación patronal, Schleyer representaba para la RAF al odiado Estado capitalista. Dado que en la época nazi había sido miembro de las SS, que se consideraban unidades de élite y habían participado en numerosos crímenes de guerra, era para los terroristas también un ejemplo que reafirmaba su tesis de la ininterrumpida continuidad  entre el Estado nazi y la República Federal de Alemania.

No fue la primera víctima destacada de la RAF. En abril de ese mismo año, el grupo terrorista había asesinado al fiscal federal, Siegfried Bubak, y en julio al banquero Jürgen Ponto. Pero, con el secuestro de Schleyer, el 5 de septiembre, el terrorismo de la RAF alcanzó una nueva dimensión.

El secuestro del "Landshut”

Helmut Schmidt
Helmut Schmidt habla por TV el 5 de septiembre de 1977.Imagen: picture-alliance/dpa

Los extremistas secuestraron a Schleyer en Colonia a las 17:29 hrs., dando muerte a tres policías y a su chofer. Ya a las 11 de la noche estaba claro en Bonn que los terroristas encarcelados no serían liberados. Comenzó entonces una guerra de nervios que duró semanas. Por un tiempo no ocurrió nada, pero entonces el canciller se dirigió por televisión a la nación y a la RAF. Schmidt aseguró que el terrorismo no se impondría.

El Estado reaccionó. El Parlamento endureció las leyes de seguridad en forma expedita. Pero los secuestradores incrementaron la presión sobre el Gobierno: el 13 de octubre secuestraron el avión "Landshut”, de Lufthansa, que cubría la ruta Mallorca-Frankfurt, con 86 turistas alemanes y cinco tripulantes a bordo. En ese entonces, Schleyer llevaba ya casi seis semanas como rehén de la RAF. Mediante un video, se dirigió al Gobierno: "En mi actual situación me pregunto ¿tendrá que pasar realmente algo más, para posibilitar una decisión en Bonn?"

La hora del GSG 9

Cuatro miembros del Frente Popular para la Liberación Palestina participaron en el secuestro del avión, considerado un ejemplo temprano de ataque coordinado de grupos terroristas internacionales.

La toma de rehenes llegó a su fin el 18 de octubre, gracias a un hombre que había entrenado durante años con su pequeña tropa para un caso como este: Ulrich Wegener, jefe de la unidad de elite GSG 9. En Mogadiscio tomaron la nave de Lufthansa por asalto, liberando ilesos a todos los pasajeros. Tres de los cuatro terroristas murieron.

Die entführte Lufthansa-Maschine Landshut, Terrorismus, RAF
El avión secuestrado.Imagen: picture-alliance/AP Photo/H. Koundakjian

La familia Schleyer recurre a los tribunales

El tema del "Landshut” copó los titulares, relegando al segundo plano el secuestro de Schleyer. Su familia hizo todo lo posible por obtener su libertad. Incluso recurrió al Tribunal Constitucional pero, el 16 de octubre, la máxima instancia judicial alemana rechazó la demanda de forzar al gobierno a liberar a los terroristas encarcelados, a cambio de la vida del rehén.

El fallo del tribunal equivalió a una sentencia de muerte para Schleyer. Se indicó que el Estado no tiene solo el deber de proteger a individuos, sino al total de la ciudadanía. Más aún: se impidió a la familia entregar un rescate de 15 millones de marcos: un drama para Waltrude Schleyer y sus hijos.

Dramático desenlace

Con la exitosa liberación del "Landshut” quedó sellado el destino de Schleyer. Solo un día después, el 19 de octubre, el cuerpo del jefe de la patronal fue encontrado en la caja de un automóvil, en Alsacia. Para su familia, está claro que había sido sacrificado "por razones de Estado”.

La noticia de Mogadiscio llegó también a la prisión de Stammheim. Los terroristas allí encarcelados se suicidaron.

Helmut Schmidt reconoció posteriormente su corresponsabilidad en la muerte de Schleyer. No obstante, defendió hasta el fin su política de mano dura. En 2013 le fue concedido el "Premio Hanns Martin Schleyer”, en alguna medida, como un signo de cierta reconciliación.