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Caso Bety y Jyri a la CIDH: "México tiene una gran deuda"

12 de diciembre de 2023

Con una exposición en la Eurocámara sobre el caso Bety y Jyri se recuerda a los defensores de derechos humanos desaparecidos en México. Y se anuncia el paso de su causa a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

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"Semillas que florecen", exposición sobre Jyri Jaakkola y Betty Cariño, Estrasburgo, 11-15 de diciembre de 2023.
"Semillas que florecen", exposición sobre Jyri Jaakkola y Betty Cariño, Estrasburgo, 11-15 de diciembre de 2023.Imagen: SKeller/Informationstelle Lateinamerika

"Bety y Jyri no son un caso, son una causa. Nos permite hacer visibles las grandes agresiones que existen en México, nos permite hacer visibles a un Estado, independientemente de quién ocupe el gobierno, que ha fallado en eliminar la violencia, la impunidad, la falta de acceso a la justicia”, explica a DW Karla Micheele Salas Ramírez, abogada defensora en el caso de Bety Cariño y Jyri Jaakkola.

Han pasado trece años desde que la caravana humanitaria donde iban los dos activistas fue atacada a balazos. La falta de protección a los testigos ha llevado a que el caso se dé por cerrado en México, sin una sola sentencia. "Estamos hablando de un problema estructural y llevar el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) nos permitirá ver más allá del caso concreto”, explica Salas.

En el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Bety Cariño y Jyri Jaakkola, asesinados en una emboscada en abril de 2010, ponen rostro a los defensores de derechos humanos que han sido asesinados en conflictos por el Corredor Interoceánico en Oaxaca. También a las víctimas  de cientos de atentados, desapariciones, homicidios y ejecuciones extrajudiciales que han tenido lugar en los últimos cinco años.

Un informe de la organización EDUCA indica que, entre 2018 y 2022, fueron asesinados en Oaxaca, según fuentes oficiales, 14 defensores de derechos humanos. Agrega que organizaciones de la sociedad civil los cifran en 47. En 39% de esos casos estuvieron involucradas autoridades locales, en el 21% poderes fácticos. La probabilidad de acceso a la justicia se considera menor a 1%.

Memoria y  justicia

Los 20 cuadros de la exposición "Semillas que florecen” -seleccionados en un concurso en el que participaron artistas de Canadá, Alemania, México y Suiza- cuentan de diversas maneras la historia de esta mujer mexicana de 37 años y de un hombre finlandés, de 33, que perdieron la vida llevando ayuda humanitaria al pueblo Triqui.

"Cuando vi la convocatoria al concurso quise participar. Tuve que informarme mucho. Y primero recreé su historia”, cuenta a DW Diana Kühn, artista y maestra de arte de Hamburgo. "Después sentí que la historia no podia quedar ahí. Así surgieron los hilos que unen las diversas zonas del lienzo”, agrega Kühn.

"Semillas que florecen", exposición sobre Jyri Jaakkola y Betty Cariño, Estrasburgo, 11-15 de diciembre de 2023.
"Semillas que florecen", exposición sobre Jyri Jaakkola y Betty Cariño, Estrasburgo, 11-15 de diciembre de 2023.Imagen: SKeller/Informationstelle Lateinamerika

"Los muertos solo están muertos cuando el vivo los olvida”, es el lema de una ilustración digital (Hugo Andrade, Veracruz). ¿Cómo perciben esto los familiares de las víctimas presentes en Estrasburgo? "La herida se abre cuando nos damos cuenta de que en México no pasa nada en el tema de la justicia. Por eso estamos en instancias internacionales para que llegue la voz de un país desangrado y lastimado por la impunidad. 'Semillas que florecen' es una memoria, sí, pero es el llamado a la justicia por Bety, por Jyri y por todos los muertos de México”, dice a DW Omar Esparza, esposo de Bety Cariño.

"Impunidad, algo difícil de comprender"

"Sabíamos cómo pasó todo, había testigos, sabíamos cuál fue el grupo autor del atentado, pensábamos que se iba a resolver”, dice a DW, por su parte, Eve Jaakkola, madre de Jyri. "Entretanto, sé que existe algo que se llama impunidad, algo muy difícil de comprender para mí”, afirma Jaakkola que, como finlandesa, ha recurrido a diversas instancias europeas en su búsqueda de justicia. "Vamos ahora a la CIDH, no para que resuelva el caso, sino para que México mismo genere una mejor legislación, para los defensores de derechos humanos como mi hijo y para el pueblo Triqui”, subraya.

"México tiene una gran deuda. Al casi final de un gobierno en el había cifrada mucha esperanza, vemos que  le queda mucho a deber a los derechos humanos y a la justicia para la población y para los pueblos indígenas especialmente”, sigue la abogada Micheele Salas.

¿Esperan condenas de la CIDH? "Más allá de la cárcel para un grupo de sujetos, queremos garantías de no repetición, reparaciones que impacten más allá del caso específico. No esperamos del Estado mexicano una disculpa a las familias Jaakkola y Cariño-Esparza. Las causas de Bety y Jyri nos permiten insistir en el derecho a no olvidar como sociedad y a exigir que esto cese: defender derechos no puede costar la vida en México, tampoco en Guatemala, Colombia o Perú”, concluye.

(ers)