Carlos Ruiz Zafón presenta 'El Príncipe de la Niebla' en la LitCologne
19 de marzo de 2010Carlos Ruiz Zafón nació en Barcelona en 1964. Dos de sus novelas más exitosas son ‘La sombra del viento', de 2001, y ‘El juego del ángel', de 2008. ‘La sombra del viento' llegó a una tirada de un millón de ejemplares. También en Alemania, ‘La sombra del viento' ocupó el primer puesto de la lista de best-sellers del semanario Der Spiegel. Sus obras se han traducido a 40 idiomas y son conocidas en más de 20 países. En el marco de la LitCologne, Zafón presenta en Alemania su ópera prima, ‘El príncipe de la niebla', editada por primera vez en 1993, y que recibió el premio Edebé de Literatura Juvenil en 1996. Carlos Ruiz Zafón trabajó como publicitario y guionista de cine y televisión. Vive entre Los Ángeles y Barcelona.
DW-WORLD: Usted nació y se crió en Barcelona y fue a un colegio de jesuitas. ¿Podía contarnos cómo se transformó en escritor?
Carlos Ruiz Zafón: Creo que la escritura casi debía ser algo casi como un defecto de fabricación, porque de algún modo siempre supe que iba a ser escritor, como si no hubiera tenido elección. Recuerdo que, ya de muy chiquito, lo que hacía era inventar historias y contarlas, y, en el momento en que aprendí a leer y a escribir la ponía en papel. Es algo que hecho desde siempre. Yo era uno de esos chavalines pequeños que cuando me preguntaban: “¿Qué vas a ser tú de mayor?”, yo siempre decía que iba ser escritor. Es algo que siempre estuvo en mí, y que sabía que no tenía elección ni remedio, eso es lo que iba a acabar haciendo con mi vida: contando historias.
Sus novelas ‘La sombra del viento' y ‘El juego del ángel' transcurren ambas en Barcelona entre finales de la revolución industrial y la segunda mitad del siglo XX. ¿Podría decirnos qué es lo que lo atrae de esta época de la historia?
Es un período que a mí siempre me ha fascinado, no sólo en Barcelona o en España, sino en todo el mundo. Creo que este período que va desde la revolución industrial hasta mediados del siglo XX, poco después de la Segunda Guerra Mundial, en muchos casos nos propone un arco casi trágico de lo que es la historia de la humanidad. En los albores de la revolución industrial se produce un momento de esperanza, de aparente mejora para la humanidad. La tecnología está mejorando, la ciencia mejora, parece ser que la medicina empieza a facilitar que los seres humanos vivan vidas más largas y provechosas. Por otro lado, la alfabetización se está extendiendo, los niveles de educación están subiendo. Parece que, en general, después de siglos y siglos de penurias, la humanidad ha encontrado el momento en que quizás va a ser capaz de evolucionar en otra dirección y de vivir una vida mejor. Y curiosamente lo que sucede es una curva inversa, vemos que la humanidad se traiciona a sí misma, y que, pese a todos esos avances en la ciencia, en la tecnología, en la educación, llegamos a la mayor hecatombe de la historia registrada en la Segunda Guerra Mundial. Y ese arco, ese gran drama de la humanidad, es un período fascinante que siempre me ha interesado mucho, y en todos los campos, en las artes, en el diseño industrial, en la ropa que la gente llevaba, en los objetos, los grifos, los picaportes. Es una civilización prácticamente desparecida. Era un tiempo en que las cosas se construían pensando que iban a durar. Hay algo en ese momento histórico que para mí es fascinante y siempre he vuelto un poco hacia él a la hora de situar historias porque creo que hay un material dramático muy rico y muy interesante.
Tanto en su primer libro, ‘El príncipe de la niebla', así como en las dos novelas antes mencionadas, la historia se desarrolla siempre con el trasfondo de la guerra. ¿Cómo influyó en su vida y en su literatura la Guerra Civil española?
La Guerra Civil española es probablemente el acontecimiento más significativo de la historia española contemporánea. Buena parte de las décadas que conducen a la Guerra Civil española son como un pequeño laberinto que se va anudando a sí mismo y que finalmente culmina en la explosión de violencia de la guerra. Y luego, buena parte de la historia posterior de España y de la España contemporánea tiene muchísimos elementos y puntos de conexión con lo que sucede en esos años. Yo nací 30 años después del término de la Guerra Civil, y aún así, recuerdo que, de pequeño, en Barcelona, en los últimos años del régimen franquista, en los años de debilidad del régimen, se tendía a no hablar de la Guerra Civil. Pero era algo que se podía presentir, que parecía que estuviera goteando de las paredes. Recuerdo que había distritos enteros de la ciudad de Barcelona que a mí me parecían embrujados por los recuerdos de la guerra. Es un tema que siempre me había interesado. La Guerra Civil es de algún modo como un nudo que sujeta todo el tejido, y sujeta lo que viene antes y lo que viene después.
El personaje de ‘El príncipe de la niebla', Max, de trece años, se tiene que refugiar de la amenaza de la guerra junto a su familia en un pueblito a orillas del mar. Allí lo espera otra amenaza, el Dr. Caín, el Príncipe de la niebla, un personaje siniestro que le ofrece hacer realidad sus deseos y pide a cambio la vida. ¿Qué significado tiene en sus obras el pacto con figuras demoníacas o sobrenaturales?
Suelo utilizar elementos clásicos como el tema del mal, elementos míticos, y creo que es interesante jugar con estos símbolos para crear fábulas. En este caso, ‘El Príncipe de la Niebla' es una novela de aprendizaje, una novela para jóvenes, con protagonistas jóvenes en los que se produce el ciclo del fin de la infancia, el fin de ese momento de la percepción mágica de la vida y del mundo, y el descubrimiento de que existen otras realidades en la vida. Lo que he intentado hacer cuando he escrito libros para jóvenes con estos personajes diabólicos que personifican el mal es utilizarlos como elementos de fábula, ya que creo que es importante transmitir a los jóvenes que el mal no es un principio sobrenatural que existe por sí mismo, sino que el mal, o el bien, o la dimensión moral del espíritu está en nosotros mismos. Somos nosotros quienes decidimos con nuestra conducta, con nuestras acciones y nuestros juicios qué tipo de personas vamos a ser y qué tipo de mundo vamos a producir. (Lea en la página 2 cómo nacen los libros de Carlos Ruiz Zafón).
¿Cómo nacen sus libros? ¿Cómo es el proceso de su escritura?
Normalmente las historias vienen a mí en imágenes, tiendo a pensar en imágenes. Son imágenes que me intrigan, que puede ser una metáfora o un símbolo. A partir de ahí empiezo a desarrollar la historia, a explorarla. A veces se trata de imágenes que están flotando ahí durante años, y que recién mucho después utilizo. Además de la literatura me interesa particularmente la música, que yo siempre he visto conectada con las matemáticas, la lógica de la música es en sí un mundo matemático, una mezcla de matemática y poesía. Ocurre que me interesan los lenguajes en general, especialmente los lenguajes narrativos, todos aquellos códigos de símbolos, de imágenes, de palabras, de elementos que podemos utilizar para comunicar, para expresar ideas, para explorar mundos. E intento analizarlos y aprender de ellos. La conclusión, o lo que aprendo de todo eso, intento utilizarlo en los libros que escribo.
En sus novelas hay muchos amores imposibles. ¿Sólo tiene sentido el amor en la literatura si tiene un sentido trágico?
La novela es el gran libro de la vida, y tomamos elementos de la existencia de cada día, de nuestra memoria. Muchas veces hay elementos de tragedia y también de esperanza. Las historias de amor muchas veces son el foco central alrededor del cual los seres humanos intentan articular su vida. Quizás no las llegan a plasmar del modo que ellos quisieran. Pero son anhelos de la naturaleza humana, elementos que están muy arraigados en nuestro espíritu, de ahí que muchas veces utilice estos recursos, que nos hablan de nosotros mismos, son el espejo de nuestras vidas, de nuestros deseos.
¿Para cuándo se pueden esperar los dos libros siguientes de la tetralogía del Cementerio de los Libros Olvidados, a la cual pertenecen ‘La sombra del viento' y ‘El juego del ángel'?
Es difícil de decir, porque cada uno de estos libros es complicado en sí mismo y complicado de construir. Cuando empecé a trabajar en esta idea de este ciclo de cuatro novelas situadas en este universo del Cementerio de los Libros Olvidados tampoco tenía un plan muy específico de cuándo iba a terminar estos libros, ni en qué orden los iba a escribir, o si algún día los iba a escribir todos. Era más un experimento conmigo mismo, se trata de una serie de historias que voy a seguir escribiendo mientras me interesen a mí como autor, y confío que entonces yo consiga interesar a los lectores. Cada uno de estos libros tiene su propia personalidad, su propio mundo y sus propias dificultades. Eso lleva su tiempo. Está todo en construcción, y con un poco de suerte, pues, a lo mejor no tardará tanto.
¿Qué podría decirles a los jóvenes que quieren escribir?
Es complicado sobrevivir profesionalmente como escritor, pero lo importante cuando un joven quiere escribir no es pensar en esos aspectos, sino encontrar la propia voz como escritor. Y creo que para ser escritor primero hay que ser un gran lector. Es muy importante leer y escribir un montón, y escribir un montón de páginas que nadie nunca leerá antes de que uno escriba una página que quizás alguien vaya a leer. Hay que leer muchas cosas diferentes y hay que leer con la mente abierta. La vida está llena de personas que nos quiere decir lo que tenemos que pensar, lo que tenemos que hacer, lo que tenemos que decir. Cuando uno quiere ser escritor es importante que primero uno tenga en claro que tiene que ser uno mismo quien decida y quien entienda las cosas. Uno tiene que aprender a descifrar y a deconstruir, aprender el lenguaje, la caracterización, cómo están utilizados los recursos literarios. Hay que leer y escribir, y trabajar duro para intentar encontrar esa propia voz que va a facilitar que cada escritor encuentre qué es lo que puede aportar a la literatura. Porque cada escritor puede aportar algo diferente, algo nuevo, algo que es su propia óptica personal. Y eso primero pasa por haber absorbido y comprendido lo que otros han hecho antes.
Autora: Cristina Papaleo
Editor: Enrique López Magallón