Caos en los aeropuertos: España es la excepción
4 de julio de 2022Hasta ahora, mi hermano Wolfgang tenía una imagen bastante negativa de los españoles. Pensaba que les gusta la fiesta, que siempre llegaban tarde y que se organizaban mal. Pero, desde su última visita a Madrid, ha tenido que replantearse estos prejuicios.
El último sábado de junio, había llegado al aeropuerto de Düsseldorf con tres horas de antelación para no arriesgarse a perder su vuelo a Madrid por la congestión de pasajeros al comienzo de las vacaciones. Había reservado su vuelo con la compañía aérea española Iberia, que forma parte del Grupo Internacional de Aereolíneas (IAG, por sus siglas en inglés). Aunque su vuelo no fue cancelado por falta de personal como muchos otros de Lufthansa y Eurowings ese día, tuvo que esperar sentado en el avión una hora antes de poder depegar debido al caos en la pista.
Cuando llegó con retraso a la moderna Terminal 4 de Madrid, sólo tardó 20 minutos hasta sentarse en el autobús que le llevaría al centro de Madrid por 5 euros. "Incluso pude pagar con mi teléfono móvil", cuenta.
Rápida vuelta a la normalidad
En algunas partes de España, la infraestructura es más moderna que la de Alemania, sobre todo gracias a las ayudas de la Unión Europea (UE). La infraestructura española, a diferencia de la alemana, no suele estar sobrecargada.
Desde que España ingresó a la UE en 1986, Bruselas ha destinado hasta 160.000 millones de euros en ayudas estructurales para el país del sur de Europa, según un análisis de los economistas Santiago Álvarez García y Juan José Rubio Guerrero, de las Universidades de Oviedo y Castilla-La Mancha. Este dinero se ha invertido mayoritariamente en carreteras, vías de ferrocarril y aeropuertos.
Además, como el turismo es un sector crucial para el país mediterráneo, se hizo un gran esfuerzo para volver a la normalidad despúes de la pandemia. Se comenzó a reabrir todo en el verano de 2020 y, en 2021, España volvió a tener el 50 por ciento del volumen de pasajeros de 2019. Por eso, a día de hoy, los aeropuertos tienen menos problemas financieros. Además, todos son gestionados por el operador aeroportuario Aena, lo cual simplifica la coordinación.
La digitalización ayuda
Claro que los aeropuertos españoles tampoco se libran de retrasos y colas. Pero, en este caso, se deben principalmente a las huelgas del personal de tierra de Ryanair y Easyjet, y al caos en los aeropuertos de enlace.
También es cierto que el país ibérico tiene más experiencia con las multitudes de turistas. En 2019, un año récord, 275 millones de pasajeros pasaron por España. La aerolínea Iberia, antes caótica, es ahora eficiente y está muy digitalizada, al igual que los aeropuertos. En Palma de Mallorca por ejemplo, los pasajeros ya están contados cuando llegan a la sala de facturación. Dependiendo de este número, se aumenta o se reduce el personal en el control de seguridad.
También ayuda el hecho de que Iberia y el operador aeroportuario Aena hayan recortado menos empleados durante la pandemia que, por ejemplo, Lufthansa y muchos aeropuertos alemanes. "El Grupo Lufthansa ha recortado demasiados puestos de trabajo a pesar de las increíbles ayudas del Estado", afirma el experto industrial y consultor de gestión suizo André Dosé.
El pragmatismo es una ventaja
Los españoles también se caracterizan por su pragmatismo en la vida cotidiana. "Aquí no se discute todo como en Alemania. Eso ya se ha demostrado con el tema de las vacunas", dice Tim Wirth, un abogado alemán que vive en Mallorca. "En Palma, el aeropuerto se ha puesto como meta que nadie tenga que esperar más de diez minutos en el control de seguridad. Y esto se está cumpliendo mayoritariamente este verano".
Wirth dice que, en lo que respecta al trato con el COVID-19, sus clientes suelen quedar sorprendidos cuando llegan a la isla. En la primavera boreal de 2021, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, había declarado que en el futuro el virus se trataría como la gripe. Desde principios de este año, ni siquiera existe una normativa de cuarentena para los enfermos. En Alemania, en cambio, ya se está pensando en el invierno y en posibles restricciones. (ie/rml)