Cancún: echando un pulso
12 de septiembre de 2003Las negociaciones en el marco de la V Conferencia Ministerial de la OMC en Cancún parecen una lucha de David –los países en desarrollo- contra Goliat –Estados Unidos y la Unión Europea. Los pequeños, agrupados en el denominado G-22 -puesto que Turquía se sumó al hasta ayer G-21- persiguen que se cumpla el acuerdo de Doha, que estipulaba que hasta el 2005 el comercio mundial se habría liberalizado por completo.. Este frente se origina en el Grupo de Cairns –una coalición de 17 países exportadores de productos agrícolas-, formado en 1986 con el fin de crear un marco de comercio agrícola internacional. Turquía, México, Argentina, Brasil, Bolivia, China, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, India, Pakistan, Paraguay, Perú, Filipinas, Sudáfrica, Tailandia, Venezuela y Egipto conforman el G-22.
El embajador de México ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), Eduardo Pérez Mota, declaró a la prensa que las negociaciones se encuentran estancadas, y recalcó que el único objetivo de su país al sumarse a la propuesta del grupo es cumplir con lo acordado en Doha. "Esta no es una discusión norte-sur, lo que nos une es la fuerza de un mandato", enfatizó agregando que el grupo no está dispuesto a renegociar la declaración.
Una gran frustración
Estados Unidos y la Unión Europea han adoptado una posición conjunta, a pesar de que al comienzos sus metas eran bastante dispares, el primero quería eliminar completamente los subsidios, mientras que Europa ofrece eliminar los subsidios a la exportación sólo para una lista de productos a negociar y reducirlos al resto de productos. "No es aceptable que los países ricos, que son los que más apoyos internos dan a su agricultura, nos pidan abrir más nuestros mercados", declaró el ministro brasileño de Reforma Agraria, Miguel Soldatelli.
Tanto los negociadores norteamericanos, Peter Allgeier y Allen Johnson, como el comisario de Agricultura de UE, Franz Fischler, han hecho manifiesta su frustración por el estancamiento de las negociaciones. Ambos coinciden en que el G-22 se limita a pedir sacrificios a los demás sin estar dispuestos a dar nada a cambio. Claro que los países ricos deben hacer más sacrificios que los en vías de desarrollo, matiza Fischler. "Esperamos que el G-22 esté dispuesto a resolver el problema que representa su propio proteccionismo agrícola, algo en lo que, seamos francos, ese grupo no ha mostrado ambición alguna", dijo el comisario europeo, quien a comienzos de la semana había augurado éxito a los negociaciones sólo si los países en desarrollo "volvían a la tierra".
Persona non grata
"La posición de la UE es increíblemente arrogante; parece que están diciendo que ellos saben mejor que los países pobres qué es lo correcto para el desarrollo", analizó Oisin Coghlan, responsable de la organización no gubernamental (ONG) Christian Aid. Entretanto, la OMC prohibió a las ONG´s la entrada a la conferencias de prensa después de un acto de protesta de Greenpeace, durante el cual se arrojó maíz a los pies de Allgeier, con el fin de exigir que se prohibiera la importación de maíz manipulado a México. 980 son las ONGs acreditadas, y 2000 los representantes que asisten a la conferencia.
¿Habrá solución?
Ante este cuadro de posiciones encontradas, la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) considera improbable que la ronda liberalizadora del comercio mundial lanzada en Doha concluya en 2005. Según información de agencias, Panos Konandreas, alto funcionario de la FAO, considera que todavía existe margen de maniobra en Cancún que podría permitir que los más desarrollados concedieran un trato diferenciado a algunos países, no a todos.