El hambre no es negocio
18 de octubre de 2011Mil millones de seres humanos en el mundo sufren hambre, según cifras que maneja la ONU. Países de Asia, América y especialmente de África tienen un problema crónico al respecto, que generalmente se ve acentuado por sequías, guerras o regímenes corruptos. Pero muchas veces se obvia un factor que también incide en situaciones como la que se vive actualmente en el Cuerno de África, y con mayor crudeza en Somalia: la especulación alimentaria.
La ONG alemana FoodWatch, especializada en la defensa de los derechos de los consumidores y la calidad de los alimentos, entregó este martes 18 de octubre un informe en el que expone precisamente cómo la especulación con los precios del petróleo y de bienes de consumo primarios, como el trigo, han empujado al alza los valores de los alimentos hasta hacerlos inalcanzables para países del Tercer Mundo.
"Es sencillo: La especulación con los productos agrícolas está elevando los precios. Si los bancos, las aseguradoras o las empresas administradoras de capitales apuestan al alza de los precios del trigo, por ejemplo, son responsables en parte de que en los países más pobres del mundo la gente no pueda pagar por sus alimentos. La evidencia es abrumadora: la especulación con los productos agrícolas ha causado hambre", dice tajantemente a Deutsche Welle Martin Rücker, vocero de FoodWatch.
Saque las manos
Con el fin de crear conciencia al respecto, FoodWatch ha iniciado una campaña cuyo principal objetivo es llegar a Josef Ackermann, director ejecutivo de Deutsche Bank. La tesis de esta iniciativa, cuyo nombre es el creativo juego de palabras "Hände Weg vom Acker, mann" ("Saque las manos del campo, hombre"), es que esa especulación concierne a los ciudadanos porque se realiza, por ejemplo, con los fondos de pensiones de todos.
En su informe citan algunos ejemplos. Por ejemplo, hasta 2004 los precios del trigo fluctuaban hasta un 30% por año, y desde entonces, cuando se introdujeron fórmulas que favorecían la especulación, los precios han variado hasta en un 70%. Asimismo, muchas veces los valores de los productos en la actualidad dependen de valores virtuales a futuro, por lo que los productores generan los alimentos pensando en sumas especulativas que generalmente son más elevadas que las reales.
"Apuntamos específicamente al señor Ackermann porque él está a la cabeza del Deutsche Bank y por lo tanto es el jefe de uno de los mayores bancos de inversión del mundo", dice Martin Rücker. "Y como presidente del Consejo del Instituto de Finanzas Internacionales es uno de los mayores lobbistas del mundo de las finanzas. Por eso tiene una gran responsabilidad y una gran influencia. Y a él le pedimos que con su Deutsche Bank salga de la especulación de alimentos", agrega el vocero de FoodWatch.
Presión ciudadana
FoodWatch busca con su campaña por e-mail enviar miles de correos electrónicos de ciudadanos comunes y corrientes que hagan presión para que Europa y los países desarrollados asuman sus responsabilidades en las hambrunas que, en pleno siglo XXI, siguen afectando al planeta. "También pedimos regulación política y una acción coherente por parte del sector financiero", especifica Rücker.
Apelando al mismo espíritu que ha hecho fuertes a movimientos ciudadanos como los Indignados en España, o los estudiantes que piden mejoras en América del Sur, FoodWatch llama a todos a participar. "Las personas pueden influir a través de la presión ciudadana. Por eso hemos iniciado esta campaña en el sitio web www.haende-weg-vom-acker-mann.de, donde la gente puede contactar directamente a Josef Ackermann", apunta Rücker.
Autor: Diego Zúñiga
Editora: Emilia Rojas