Cadena perpetua para 15 torturadores de la dictadura argentina
25 de octubre de 2014La Justicia argentina dictó este viernes (24.10.2014) penas de cadena perpetua para 15 represores acusados de delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983), entre ellos los autores del secuestro y asesinato de Laura Carlotto, hija de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
"Tenemos la tranquilidad de que los represores pasarán en la cárcel lo que les queda de vida", declaró Carlotto a la agencia nacional de noticias Télam. "Igual son peligrosos –añadió– porque desde ese lugar suelen conspirar contra la democracia, suelen augurar venganzas: una de ellas fue la desaparición de Jorge Julio López".
Centro de detención
El Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata, 40 kilómetros al sur de Buenos Aires, hizo pública la sentencia en el juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención conocido como "La Cacha", que funcionó en la localidad argentina de Olmos.
El tribunal condenó a la pena máxima a 15 de los acusados por los delitos de privación ilegítima de la libertad, aplicación de tormentos y homicidio, mientras que otros cuatro recibieron sentencias de 12 y 13 años y dos fueron absueltos. "La Cacha" funcionó como centro de torturas y detención desde 1976 a 1978 y operó como una maternidad clandestina para las detenidas que se encontraban embarazadas.
Entre ellas se encontraba Laura Carlotto, hija de Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien el pasado agosto recuperó a su nieto Ignacio Guido Montoya Carlotto después de 36 años de búsqueda. El padre biológico de Guido, fue, como demostraron los análisis de ADN, Oscar Montoya, un militante de la ultraizquierda peronista igualmente detenido y asesinado.
El caso Carlotto
El cadáver de Laura Carlotto, con disparos en la espalda, fue entregado en agosto de 1978 a su familia, que supo del nacimiento de Guido por otros detenidos por la dictadura, mientras que los restos de Montoya fueron localizados en una fosa común e identificados en 2009 por el Equipo Argentino de Antropología Forense, que los devolvió a su familia.
Con Guido Montoya Carlotto son 114 personas, hijos de víctimas de la dictadura, las que han recuperado su identidad gracias a los esfuerzos de las Abuelas de Plaza de Mayo, que calculan que todavía hay unas 400 personas que fueron apropiadas y no conocen quienes son en realidad. Con las sentencias dictadas ahora ascienden a 559 los condenados por genocidio durante el régimen dictatorial argentino que se extendió de 1976 a 1983.
LGC (EFE / Télam)