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Cónclave para elegir nuevo Papa más pronto de lo esperado

16 de febrero de 2013

El cónclave que habrá de elegir un sucesor del Papa Benedicto XVI podría comenzar antes del 15 de marzo, afirmó hoy en Roma el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

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Cónclave en la Capilla Sixtina
Cónclave en la Capilla SixtinaImagen: picture-alliance/dpa

Normalmente, el cónclave, es decir, la reunión de los cardenales con derecho a voto, debe comenzar entre 15 y 20 días después de que haya quedado vacante la Silla de San Pedro. El Papa Benedicto XVI anunció su renuncia para el 28 de febrero.

Según Lombardi, el plazo de 15 días se estableció para que los cardenales de todas partes del mundo tengan tiempo suficiente para viajar a Roma. Sin embargo, como los cardenales han podido prepararse a partir del momento en que Benedicto XVI anunció su renuncia, el pasado lunes, es posible adelantar la fecha de inicio del cónclave, explicó el portavoz.

El arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, uno de los cinco cardenales españoles que votarán al sucesor de Benedicto XVI en el cónclave, defendió hoy que en la elección del nuevo pontífice de la Iglesia Católica se debe "buscar a la persona", al margen de que "sea de un continente o de otro".

“Se busca a una persona no a un país”

"Tenemos que pensar en el candidato que pueda hacer bien de Papa, que pueda ejercer el ministerio petrino de la mejor manera posible dada la situación actual de la Iglesia y del mundo", indicó Martínez Sistach a la radio española, en respuesta a las especulaciones sobre el origen que debería tener el nuevo pontífice.

El Papa Benedicto XVI puede haber sorprendido al mundo con su anuncio el lunes de que renunciará como jerarca de la influyente Iglesia Católica, pero algunos cardenales aparentemente comenzaron a maniobrar sobre el tema de la sucesión desde hace dos años.

Se acelera carrusel de potenciales candidatos

Humo blanco anuncia la elección.
Humo blanco anuncia la elección.Imagen: picture-alliance/dpa

Las elecciones papales están entre los procesos más misteriosos del mundo, con candidatos no declarados y pistas más falsas que en una partida de póker. Ningún cardenal puede hacer campaña abiertamente para un trabajo cuya elección, según se dice, es guiada por el Espíritu Santo.

Tras bamablinas, en encuentros dentro del Vaticano y en los restaurantes más finos de Roma, los cardenales electores evalúan los potenciales candidatos entre sus pares y sueltan pistas sutiles a la prensa sobre si las posibilidades de uno u otro suben o bajan.

Esta ronda de discretas discusiones, calificadas por los romanos como "totopapa", se aceleró después de que Benedicto XVI anunciara la primera renuncia papal en siglos. Pero Benedicto parece haber puesto a andar el engranaje en 2010, cuando dijo en una entrevista que consideraría renunciar si sentía que no estaba capacitado físicamente para seguir adelante. "Esta confesión sacudió a todo el mundo que es alguien en el Vaticano y llevó a algunos cardenales a lanzar una batalla semioficial", escribió la periodista francesa Caroline Pigozzi en su recientemente publicado libro Le Vatican indiscret.

Elección papal: polo opuesto a la modernidad

Este camino a la elección es el polo opuesto a las modernas campañas políticas con debates televisados, donantes y el uso masivo de redes sociales como Facebook y Twitter. "Paradójicamente, uno no debe aparecer en los diarios y mucho menos ser fotografiado", escribió Pigozzi. "Un hombre de la Iglesia no es una estrella y siempre debe recordar el dicho de 'quien entra al cónclave como Papa, sale como cardenal'".

Papa será escogido entre 117 cardenales

Cerca de un tercio de los 117 cardenales elegibles para votar trabajan en la burocracia del Vaticano, o la Curia, y pueden comparar notas sobre los candidatos que destacan o los que no quieren cuando se encuentran.

Los demás, arzobispos que supervisan los grandes centros católicos en el resto del mundo, están reservando ahora sus pasajes para viajar a Roma y varios de ellos esperan participar de la despedida del Papa a sus cardenales el 28 de febrero. Una vez allí, las conversaciones internas sobre el nuevo Papa son cada vez más concretas.

JOV / ER (dpa, reuters)