Cómo lidiar con las protestas en Irán
3 de enero de 2018Desde 2009 no se registraban en Irán manifestaciones de descontento popular tan intensas como las que comenzaron el jueves pasado (28.12.2017) en la ciudad de Mashhad, con protestas contra las políticas económicas del Gobierno de Hassan Rohaní, y terminaron reproduciéndose en otras urbes persas por motivos que iban más allá de las estrecheces materiales de la población. Los tumultos han generado reacciones en diferentes niveles, dentro y fuera del país.
Los simpatizantes del Ejecutivo han organizado concentraciones masivas en las calles para respaldarlo, las autoridades religiosas denuncian que las revueltas son producto de las conspiraciones de sus enemigos externos y el propio Rohaní se debate entre amenazar a los manifestantes más violentos y pedir comprensión para los ciudadanos que demandan "más libertades”; sus palabras parecen dirigirse a quienes se oponen a sus intentos de emprender reformas culturales y políticas.
Mientras tanto, las potencias internacionales sopesan la manera de pronunciarse sobre los acontecimientos para no fortalecer sin quererlo a las instancias más radicales de Irán. Más allá de las expresiones de simpatía por los manifestantes, volvieron a hacerse evidentes las diferencias entre la política exterior de la Unión Europea y la de Estados Unidos: con un solo mensaje publicado en Twitter, Donald Trump habló en nombre de su país y pidió un cambio de régimen en Irán.
El discurso estadounidense
La experta en temas de seguridad Ariane Tabatabai, de la Universidad de Georgetown, con sede en Washington, describió el tuit del presidente estadounidense como un gesto contraproducente. "Es necesario exigirle a Irán que respete el derecho de la gente a organizarse, pero sin recomendar acciones específicas”, señaló la especialista en entrevista con DW. Los líderes comunitarios han sido más cautelosos para evitar perder credibilidad a los ojos de Teherán.
Para el político democristiano alemán Norbert Röttgen, Trump ha perdido margen de maniobra en el Medio Oriente por el descuido con que hace sus comentarios, "por su insistencia en movilizar a los musulmanes sunitas contra los chiítas”. El miércoles pasado (27.12.2017), el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Cavusoglu, acusó a Estados Unidos de avivar las protestas en Irán con ayuda de Israel y recalcó que Ankara estaba en contra de la injerencia extranjera en territorio persa.
Ese tipo de imputaciones caen en suelo fértil: muchos iraníes recuerdan como si fuera ayer el rol que jugaron los servicios secretos estadounidenses en el derrocamiento de Mohammad Mosaddeq, el primer jefe de Gobierno elegido en comicios libres, en 1953; ese suceso fue seguido por un cuarto de siglo de dictadura. En 2013, al cumplirse el 60º aniversario de aquel golpe, Estados Unidos hizo públicos documentos confidenciales alusivos hasta entonces desconocidos.
La cautela europea
Europa, en cambio, quiere "usar su credibilidad dentro de un marco realista”, asegura Röttgen. La portavoz interina del Ejecutivo germano, Ilrike Demmer, midió sus palabras, pero dejó claro que la canciller Angela Merkel esperaba que el Gobierno iraní respondiera a las protestas "con disposición para el diálogo”. Berlín considera legítimo que la gente "exprese sus preocupaciones económicas y sociales públicamente y con coraje, como hoy ocurre en Irán”, acotó Demmer.
La vocera de Merkel subrayó que, si manifestantes puntuales desvirtuaran el espíritu de las protestas recurriendo a la violencia, el Estado iraní debería reaccionar proporcionalmente y apelando a los recursos del Estado de derecho. Emmanuel Macron, presidente de Francia, anunció que había hablado por teléfono con Hassan Rohaní para exigirle mesura en el trato que se les otorgue a los opositores del Gobierno.
Por su parte, la alta representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Federica Mogherini, invitó a la élite política de Teherán a respetar el derecho de asociación y la libertad de expresión de sus conciudadanos, y rogó a todas las partes prescindir de la violencia. "La Unión Europea sigue con atención las manifestaciones en Irán, la creciente agresividad y la inaceptable pérdida de vidas humanas”, dijo Mogherini este martes (2.1.2018).
Pero el comedimiento europeo no ha calado bien en todas partes: el jefe del Gobierno israelí, Benjamin Netanahu, comenzó el año criticando a la UE en un mensaje de video. "Muchos Gobiernos europeos miran sin abrir la boca cómo iraníes heroicos son golpeados en las calles”, señaló. Netanyahu aderezó su respaldo a los manifestantes con duros reproches hacia el régimen de Teherán: "Valientes iraníes exigen justicia. Exigen libertades fundamentales que les son vedadas desde hace décadas”.
Matthias von Hein (ERC/ERS)