Bélgica refuerza sus controles fronterizos: ¿adiós Schengen?
4 de enero de 2017Tras el atentado contra el mercado de Navidad en Berlín, el pasado 19 de diciembre, el presunto atacante Anis Amri atravesó Europa desapercibido: en autobús y tren viajó de Alemania a Holanda y, de ahí, a Italia pasando por Francia. Esto fue posible gracias al espacio Schengen, en donde ya no están previstos los controles regulares.
Sin embargo, Schengen ya no es tan abierto como antes: desde el auge de la crisis de refugiados a finales de 2015, varios países han retomado los controles fronterizos; Alemania, por ejemplo, controla nuevamente su frontera con Austria. Para justificar estas medidas, se necesita una razón de mucho peso. Además, los controles deben ser aprobados por la Comisión Europea y ser de naturaleza temporal.
Hasta ahora han sido prolongados varias veces, y en febrero se deberá tomar nuevamente una decisión al respecto. No obstante, a raíz de la cantidad de personas y mercancías que cruzan las fronteras a diario, solo es posible hacer pruebas al azar. Además, las fronteras interiores abiertas son un pensamiento central de la Unión Europea.
No obstante, en tiempos de terrorismo y grandes olas de refugiados la libertad del espacio Schengen está cada vez más bajo presión: a nivel del transporte aéreo la UE acordó reforzar los controles de pasajeros. A partir de 2018, las aerolíneas estarán obligadas a registrar el nombre, número de teléfono, forma de pago del boleto, número de asiento, así como otros datos de los pasajeros que entren o salgan de la UE e ingresarlos en un sistema paneuropeo para que las autoridades de seguridad puedan detectar a tiempo a criminales potenciales.
Grandes problemas prácticos
A Bélgica no solo le molesta la demora en la introducción de este sistema, sino el hecho de que se limite al transporte aéreo. El país europeo planea recopilar y analizar los datos de todos los pasajeros de trenes, autobuses y barcos transfronterizos. Para ello, ha entablado negociaciones con Francia, Alemania y los Países Bajos. El gobierno belga pretende que los datos sean recabados a nivel europeo.
Sin embargo, sobre todo las compañías ferroviarias rechazan esta propuesta. La Comunidad Europea de Ferrocarriles (CER, por sus siglas en inglés) advirtió que los controles afectarían a las compañías ferroviarias y reducirían el número de pasajeros. Sobre todo para aquellos trenes, tanto regionales como de larga distancia, donde los boletos se pueden comprar a bordo de forma espontánea, los planes de Bruselas podrían ser problemáticos.
Pero también hay quienes los defienden. El periódico holandés Volkskrant cita a fuentes del Ministerio de Justicia en La Haya, según las cuales el gobierno del primer ministro Mark Rutte estaría diseñando una propuesta que obligaría a los pasajeros a identificarse a la hora de comprar boletos para autobuses y trenes internacionales. Marine Le Pen, jefa del partido francés de extrema derecha Frente Nacional, incluso aboga por abolir el espacio Schengen.
Suecia, el ejemplo
Pero, incluso si Bélgica hace realidad sus planes, quedarían muchas preguntas sin responder. Sobre todo: ¿qué pasará con el masivo transporte automovilístico? Además, no debería perderse de vista que muchos criminales usan documentos de identificación falsificados.
A raíz de la crisis de refugiados, desde hace un año Suecia y Dinamarca llevan a cabo controles íntegros de todas las personas que atraviesan la región de Öresund en tren, auto o barco. Las consecuencias económicas son considerables. Debido a los controles, algunas personas que se desplazan diariamente al trabajo se tardan varias horas adicionales en llegar a su trabajo en el país vecino. Ahora, un grupo de ellas planea exigir indemnización financiera por los daños sufridos.