Bush no reconoce errores
12 de septiembre de 2006La Repubblica, de Roma: "Al cabo de un largo día repleto de ceremonias conmemorativas, el presidente Bush quiso -o tuvo que- tomar la palabra y hacer como si pudiera tranquilizar a Estados Unidos. Pero, en el fondo, habló para convencerse a sí mismo de que el camino de la muerte que emprendió desde el cráter de las torres gemelas era correcto y necesario. Al oírlo hablar con esa pasión que siempre consigue manifestar en semejantes momentos (...), uno tenía la impresión de estar ante un hombre que quería autoconvencerse de no haber cometido un error. El quiere combatir su temor a pasar a la historia como aquel que cedió a la provocación del culto de la muerte, lanzada por los autores de los atentados".
Los errores de Bush
Le Monde, de París: "El gobierno de Bush pisoteó valores estadounidenses que, al mismo tiempo, eran ensalzados por la Casa Blanca. Washington violó el derecho internacional, abrió el campamento de Guantánamo, permitió la tortura de prisioneros y restringió derechos cívicos en Estados Unidos. Tras Afganistán, Washington debería haber concentrado sus fuerzas en Al Qaeda. Debería haberse preocupado de aliados que, como Paquistán y Arabia Saudita, están minados por la ideología islámica y albergan redes que respaldan la yihad. Debería haber aplicado una política que tomara en cuenta la percepción de los musulmanes, que se sienten víctimas, y que indujera a Isral a facilitar la creación de un estado palestino. El objetivo sigue siendo restar legitimidad a Al Qaeda. Sin embargo, la tarea es hoy considerablemente más difícil. En cinco años, Estados Unidos ha empujado al mundo en dirección al choque de culturas que desea Al Qaeda."
Críticas desde Alemania
Kölnische Rundschau, de Colonia: "La canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, criticaron con razón la posición del presidente estadounidense, que quiere mantener las cárceles secretas de la CIA y también aprueba duros métodos de interrogatorio, rayanos en el concepto de tortura. Sin embargo, Bush sabe también que a largo plazo necesita a los socios transatlánticos para dar verdadera seguridad a Estados Unidos. Solo que, a corto plazo, una única cosa cuenta para Washington: las elecciones parlamentarias de noviembre, en las que para los republicanos están en juego importantes mayorías. Cabe temer que por lo menos hasta entonces el tejano siga exhibiendo políticamente sus músculos para demostrar a la ciudadanía -que ayer recordó el mayor de los traumas nacionales de esta era-, una cosa: que los intereses de seguridad del país están en sus manos mejor resguardados que en las de los demócratas".