“Lo que es bueno para Europa, es bueno para Alemania”
26 de octubre de 2011“Si fracasa el euro, fracasa Europa”, repitió Angela Merkel, una vez más, frente al Bundestag, la Cámara baja del Parlamento alemán. “Lo que es bueno para Europa, es bueno para Alemania”, insistió además la canciller en su declaración de Gobierno, al pedir el apoyo del pleno al “apalancamiento” del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF).
El riesgo de ampliar el fondo es “asumible”, dijo Merkel y agregó: “no me consta una mejor alternativa”. Tras una votación abrumadoramente favorable al reforzamiento del fondo de salvamento de la moneda común europea (con 503 de los 596 diputados presentes por el sí), la canciller puso rumbo a la cumbre de jefes de Estado en Bruselas.
Merkel lleva en la manga la moción redactada por su Gobierno de liberales y conservadores y los principales partidos opositores –socialdemócratas y Los Verdes– de cara al nuevo paquete de medidas con que se quiere poner fin, de una vez por todas, a la crisis de deuda en la zona euro.
Fondo ampliado, “sin más desembolso”
La propuesta alemana apuesta por elevar a más de un billón de euros la capacidad del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF), constituido hasta ahora por 440.000 millones de euros y garantías por 780.000 millones para comprar bonos de países con problemas de deuda.
Eso sí, la medida, valorada ya desde la más reciente cumbre europea hace tres días, no debe suponer para Europa cambios en los instrumentos con que opera actualmente su fondo de salvamento. El FEEF no obtendrá licencia bancaria y no podrá refinanciarse recurriendo a fondos del Banco Central Europeo. Y los contribuyentes alemanes no enfrentarán un desembolso superior a los 211.000 millones de euros en garantías que el Parlamento aprobó a fines de septiembre, aseguró la canciller.
Evitar contagio
Este reforzamiento del fondo, en el cual Alemania funge como mayor contribuyente, es considerado una medida de seguridad contra el riesgo de contagio sistémico de economías en riesgo como las de Italia y España. Según el borrador en manos del Parlamento alemán, la eurozona analiza dos vías para reforzar, quizás combinadas, el fondo de rescate del euro.
Una prevé utilizar parte del fondo como garantía de títulos de deuda de países en crisis y fomentar así su compra por parte de inversores. La otra, contemplaría un “instrumento especial de inversión” con capital público y privado, además de una nueva participación del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero la solución definitiva para aplicar este controvertido mecanismo de "apalancamiento" deberá aprobarse, más tarde, en Bruselas.
Además, la canciller alemana ha calculado que el segundo rescate de Grecia (por unos 109.000 millones de euros), debería acompañarse de una rebaja de la deuda griega de entre el 50 y 60 por ciento (en vez del 40 por ciento previsto inicialmente). En consecuencia, la participación de la banca privada en esta quita de la deuda tendrá que ser renegociada.
La canciller solicitó también al Parlamento germano su aprobación para dar luz verde a la aprobación oficial del amplio programa de recapitalización bancaria (100.000 millones de euros), que han reclamado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y que ha sido aprobada ya por los ministros de Finazas del bloque.
A la larga, el Tratado de Lisboa
Como nota positiva, Merkel reconoció los progresos de Irlanda, la disposición de Portugal a implementar las reformas necesarias, así como el esfuerzo de Grecia y el valor de España para modificar su Constitución y poner techo a su deuda poco antes de las elecciones generales.
Sin embargo, adelantó, urge "reforzar la cultura de la estabilidad". Así que marcha a Bruselas con la convicción de que, a mediano plazo, será necesario modificar el Tratado de Lisboa, pues “el euro lo vale” y “no hay que esperar una década” para hacerlo. Entre otras cosas, opinó la canciller germana, habrá que discutir la posibilidad de demandar ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea a los socios que violen el pacto de estabilidad.
Pendiente quedan además, a escala internacional, y no sólo en Europa, la regulación de los mercados financieros. En esta línea, aseguró la canciller, su Gobierno se compromete a impulsar la introducción del tan discutido “impuesto a las transacciones financieras” –una condición exigida por el partido Los Verdes. Y la cumbre del G-20 en Cannes, a inicios de noviembre, podría ser la más cercana oportunidad para calentar este debate, sugirió Merkel al final de su discurso.
Autora: Rosa Muñoz Lima
Editor: Enrique López Magallón