Francia: buen resultado e incierto futuro de la ultraderecha
1 de julio de 2024Aprovechando la proyectada victoria, por un 33,5 por ciento, del partido Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), su joven presidente, Jordan Bardella, utilizó su primer discurso para presentarse como una persona seria, de Estado, mucho más que el chico de los carteles de campaña de la ultraderecha francesa.
"El próximo domingo, si el pueblo francés nos otorga la mayoría absoluta para levantar el país, me propongo ser el primer ministro de todos los franceses, escuchar a cada uno de ellos, respetar a la oposición y velar por la unidad nacional", declaró Bardella, de 28 años, ante una multitud en París.
La ultraderecha parece más cerca del poder que en ningún otro momento desde la ocupación de Francia por los nazis, durante la Segunda Guerra Mundial. Bardella aspira a ser primer ministro en una incómoda "cohabitación" con el actual presidente de centro francés, Emmanuel Macron, hasta que expire el mandato de este, en 2027.
A estas alturas de la batalla, el uso de la frase condicional "si el pueblo francés'', pronunciada por Bardella, conlleva mucha presión: al mismo tiempo que otorga a los ciudadanos el poder de elegir a sus representantes, les insta a hacerlo a favor de su partido. Según las previsiones actuales, tras la segunda vuelta de las elecciones el 7 de julio, el RN no llegaría a la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
Buen pero insuficiente resultado de la nueva alianza de izquierdas
Las encuestas dan como segunda fuerza a la amplia e improvisada coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular. La alianza, formada por los socialistas de centro-izquierda, los verdes y los comunistas, está liderada por Jean-Luc Melenchon, de la coalición Francia Insumisa.
Por su parte, la coalición de centro Juntos, liderada por Macron, queda en tercer lugar. Aunque la propia posición de Macron no está en peligro (fue elegido para un segundo mandato en 2022), parece haberle salido mal su gran apuesta de convocar elecciones anticipadas.
Alta participación, alta volatilidad
No obstante, en el complicado sistema de votación en dos fases de Francia, todavía no hay nada seguro. En los 577 distritos electorales, todos los candidatos que hayan obtenido más del 12,5 por ciento de los votos pasan a la segunda y definitiva vuelta, a menos que uno de ellos obtenga más del 50 por ciento de los sufragios. En ese caso, gana directamente las elecciones y no hay segunda vuelta.
En esta ocasión, la alta participación (casi el 70 por ciento, el nivel más alto en cuatro décadas) puede provocar mayor volatilidad de lo habitual, ya que hay muchas circunscripciones abocadas a celebrar la segunda vuelta con más de dos candidatos, conocida como "triangular".
Con el objetivo de evitar que el voto contra la ultraderecha quede dividido, tanto la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular, como la coalición de centro Juntos, se han comprometido a retirarse estratégicamente de la carrera si sus candidatos terminan en tercer lugar, dejando que el otro avance a la segunda ronda para enfrentarse a la Agrupación Nacional en una posición más fuerte.
Macron renovó el domingo este llamado. "Frente a la Agrupación Nacional, ha llegado el momento de una alianza amplia, claramente democrática y republicana para la segunda vuelta", dijo el presidente francés. También Melenchon y sus colegas políticos se comprometieron de forma similar a hacer equipo contra la ultraderecha, pero está por ver si todos cumplen sus promesas.
División entre Los Republicanos
Para Sophie Pornschlegel, analista del think tank europeo Jacques Delors, mucho depende del bloque de izquierdas Nuevo Frente Popular y del partido de derecha clásica Los Republicanos. Y es que, cuando se trata de la Agrupación Nacional, la posición del partido Los Republicanos, no está tan clara.
El líder de Los Republicanos, Eric Ciotti, ha estado presionando a su otrora poderoso partido, que en la primera ronda de ayer quedó en último lugar, con el 10 por ciento de los votos, para que se alíe con la formación de ultraderecha. El propio Bardella también tendió la mano a Los Republicanos en su discurso, pero estos están muy divididos sobre si deben colaborar con la Agrupación Nacional, señala Pornschlegel.
Al mismo tiempo, la experta vaticina que a algunos votantes de centro les costaría votar por una coalición liderada por el populista de izquierdas Melenchon, en aquellas circunscripciones en las que el partido de Macron se haya retirado por haber quedado tercero.
El Parlamento francés, a punto de ser "casi ingobernable"
Para Pornschlegel, es muy difícil predecir en estos momentos la futura composición de la Asamblea Nacional. "Depende mucho de si hay algún tipo de coalición contra la ultraderecha o de si esta se rompe", dice por teléfono a DW.
Mujtaba Rahman, analista del Eurasia Group, cree que la Cámara Baja del Parlamento francés parece estar abocada a la polarización. "Con estos números, la ultraderecha tendrá dificultades para ganar la mayoría el próximo domingo", escribió Rahman en la plataforma X. "Pero la nueva Asamblea de Francia será probablemente un lugar ruidoso y casi ingobernable".
"Creo que Macron todavía tiene bastante poder, constitucionalmente, para tomar las decisiones sobre quién será el próximo primer ministro", dice al respecto Pornschlegel. Pase lo que pase, la experta cree que es probable que Francia se dirija, de una forma u otra, a un bloqueo político, o posiblemente a un Gobierno tecnocrático provisional.
Las cosas podrían ir tan mal, opina Pornschlegel, que Macron podría incluso convocar elecciones presidenciales anticipadas, pues "es imposible gobernar en el tipo de escenarios que estamos observando".
(ms/rml)