Bruselas y Kiev ceden ante la presión rusa
15 de septiembre de 2014¡Qué cambio! Justo ahora que la Unión Europea acaba de endurecer sus sanciones contra Rusia para forzar a Moscú a ceder en el conflicto que tiene lugar en el este de Ucrania, Bruselas y Kiev posponen la aplicación del acuerdo de libre comercio, que supondría la base de la integración de la exrepública soviética en la Unión Europea. El objetivo es ganar tiempo para tener en cuenta las objeciones que Moscú puso al tratado. Es decir, por un lado se golpea a Rusia con el látigo y por el otro se le da un caramelo.
Bruselas tomó la decisión tras un encuentro de Karel De Gucht, comisario de Comercio de la Unión Europea, con los correspondientes ministros de Rusia y Ucrania. La conversación fue breve y la conclusión, aplastante: Bruselas y Kiev descartan la plena aplicación del tratado hasta finales de 2015. De esta manera, se evita una guerra de aduanas con Rusia. Y siempre queda la esperanza de que en el este de Ucrania se pueda encontrar una solución tan pacífica como esta.
Moscú no quiere una Ucrania europea
Pero 15 meses es mucho tiempo. Moscú ha presentado más de 2.000 objeciones al tratado de asociación. Hasta que todo eso se pueda negociar, el conficto en el este de Ucrania podría enfriarse y Kiev podría incluso llegar a perder aquella región. Los separatistas, que operan con apoyo ruso, quieren escindirse de Ucrania y aprovechan el actual alto el fuego para reforzar sus posiciones.
Rusia ha torpedeado desde el principio la posible anexión de Ucrania a la Unión Europea. No considera al país vecino como un estado soberano, sino como zona de influencia rusa. Con la Unión Euroasiática, sobre todo con su unión aduanera, Moscú plantó cara durante largo tiempo a la Unión Europea. Una Ucrania orientada hacia Europa no tiene cabida en ese planteamiento.
El acuerdo peligra
Por ese motivo ¿por qué tendría interés Rusia en negociar con Kiev y Bruselas? La Unión Europea y Ucrania han mantenido conversaciones durante años, mientras que Moscú no ha hecho más que bloquear los avances: primero con amenazas políticas, después con sanciones y finalmente con una acción militar contra Ucrania.
Si se toman en cuenta todas las objeciones que Rusia ha puesto al tratado de libre asociación entre Ucrania y la Unión Europea, al final quedaría muy poco del acuerdo original. La adaptación de Ucrania a las normas europeas debería suponer un incentivo para implementar reformas económicas que el país necesita con urgencia. Pero este estímulo se perderá si el tratado pasa a un segundo plano.
Gran decepción para los ucranianos
Cientos de miles de ucranianos salieron a las calles el pasado invierno con el fin de lograr para su país un horizonte europeo. De esta manera, dejaron claro su apoyo al tratado de asociación. Los ucranianos se sentirían decepcionados si Bruselas y Kiev, presionados por Rusia, eliminaran partes sustanciales de ese acuerdo. El estado de ánimo de sus ciudadanos, alterado por la guerra en la zona oriental del país, podría desencadenar una nueva ola de protestas y esta vez no solo contra Rusia, sino también contra la Unión Europea.
El martes (16.09.2014), el Parlamento Europeo y el ucraniano tienen intención de ratificar el tratado de asociación. Pero partes esenciales del acuerdo deben quedar a la espera. La Unión Europea cede así ante la presión de Moscú. Una Ucrania europea solo puede existir con permiso de Rusia.