Brasil enfrenta la primera huelga general en más de dos décadas
11 de julio de 2013El gobierno de Dilma Rousseff enfrenta la primera huelga nacional desde que se inició en 2003 la "era" del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), que comenzó con la llegada al poder del ex dirigente sindical Luíz Inacio Lula da Silva (2003-2010).
La huelga, que paralizará servicios esenciales del país, como bancos, industria, transporte público, construcción civil y entes públicos, fue acordada por las centrales sindicales que históricamente han actuado en forma separada e incluso contrapuesta. Entre las organizaciones que convocaron a las movilizaciones de este jueves, hay también algunas que las conciben como una muestra de apoyo a las medidas anunciadas por la presidenta Rousseff.
El impacto de las manifestaciones
La huelga tiene lugar ante el trasfondo de las protestas sociales transversales de las pasadas semanas. Bautizada por los sindicatos como "Día Nacional de Lucha", la jornada de huelga, que será la cuarta realizada desde que se declaró la Independencia del país en 1822, busca presionar a todas las esferas del gobierno -federal, provincial y municipal- para que atiendan las "olvidadas" demandas de los trabajadores, que no se vieron representados por los millares de manifestantes que salieron a las calles durante la realización de la Copa Confederaciones.
"El gobierno está entre la espada y la pared y muy sensible a las demandas que vienen de las calles. Es la hora precisa para que expresemos nuestras demandas laborales con más fuerza aún. Este movimiento tiene rostro, tiene identidad, sabe que lucha y hace décadas está en las calles", expresó el presidente de la central Fuerza Sindical de Santa Catarina, Osvaldo Mafra.
Demandas de los trabajadores
Además de la Fuerza Sindical acordaron la huelga al mayor central sindical del país, la Central Única de Trabajadores (CUT), la Central de Trabajadores y Trabajadoras de Brasil (CTB), la Central Sindical y Popular (CSP/Conlutas), a Unión General de los Trabajadores (UGT) y la Nueva Central.
Las demandas acordadas por las centrales sindicales son la reducción de la jornada de trabajo de 44 para 40 horas semanales sin reducción de salarios; el incremento de las jubilaciones, mayores inversiones en salud, educación y seguridad, transporte público de calidad, reformas agraria y urbana y el fin de las subastas de exploración de petróleo, entre otras. La última huelga general realizada en Brasil tuvo lugar en 1991.
er (dpa)