Brasil, en duelo con la FIFA
11 de junio de 2014Dos días antes del inicio del Mundial de Fútbol 2014, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, inauguró el Congreso de la FIFA en San Pablo sin la presencia de figuras políticas relevantes. La presidenta brasilera, Dilma Rousseff, no asistió al evento, así como tampoco estuvieron presentes ni el alcalde ni el gobernador de San Pablo.
La presentación en solitario de Blatter dice mucho sobre el ánimo que reina en Brasil. Poco antes del comienzo del Mundial, la mayoría de los brasileros siente rechazo por la Federación Internacional de Fútbol. La indignación parece ser lo que marca la relación entre Brasil y la FIFA.
“Nada que ver con la FIFA”
“No queremos tener nada que ver con la FIFA, nuestra fiesta es 100 por ciento brasilera”, dijo Ricardo Ferreira, un comerciante de Río de Janeiro que organiza desde 1978 la celebración callejera “Alzirao” cada vez que se juega el Mundial, en el barrio de Tijuca. Este año, la FIFA le envió una factura por cerca de 10.000 dólares por los derechos de transmisión de los partidos en pantalla pública.
Fue solo gracias a la intervención del alcalde de Río de Janeiro que la FIFA retiró la factura. Después de todo, esa famosa fiesta callejera en Río fue el modelo para otras celebraciones, como la del Mundial de Fútbol 2006 en Alemania. “La FIFA no nos pagó ni un centavo por propiedad intelectual por usar nuestra idea”, comentó irónicamente Ferreira.
También los camareros que sirven bebidas en el estadio de Maracaná hubieran querido que la FIFA mostrara más generosidad. “Si bien es de provecho para nuestros antecedentes trabajar para el Mundial, no por eso se nos paga acorde con este gran evento deportivo”, dice Valdo Cardoso, uno de ellos.
Las relaciones entre Brasil y la FIFA están desde 2012 en su peor momento. El secretario general de la FIFA, Jérome Valcke, había dicho que, en vista de las demoras en la construcción de los estadios, Brasil necesitaba “una patada en el trasero” para acelerar el asunto, y solo su disculpa en público hizo posible que Brasil volviera a dialogar con un funcionario de la asociación.
Pero justamente las altas exigencias de la FIFA en cuanto a la calidad de los estadios en Brasil se vuelven contra la FIFA misma. “En cuanto a la corrupción, la FIFA parece contradecirse a sí misma, ya que no cumple con los parámetros de calidad que exige de otros”, señaló el periódico “Folha de Sao Paulo” en un editorial.
“Ánimo de celebración”
A pesar de todos los problemas con la FIFA, de las huelgas y protestas, los brasileros no quieren que se empañe la alegría que representa el Mundial de Fútbol, como demuestra la gran cantidad de banderas verde-amarelhas en los automóviles de Río de Janeiro.
Delante del estadio de Maracaná ya se está celebrando la hermandad de los pueblos en el fútbol. Un hincha argentino disfrazado de Maradona logró con un show humorístico reunir dinero para solventarse la estadía en el Mundial.
También Ricardo Ferreira, de la fiesta “Alzirao” es optimista: “Entre nosotros no hay animosidades contra el Mundial. Estamos de buen ánimo para festejar y alentamos a la selección brasilera”, asegura. Según él, las protestas políticas no deberían tener lugar durante la fiesta del fútbol, sino durante la campaña electoral para las presidenciales, que se celebrarán en octubre, opina.
Se espera la llegada de cerca de 30.000 hinchas a la fiesta del fútbol en Alzirao el jueves próximo (12.6.2014). Las calles del barrio ya están decoradas y equipadas con escenarios y consolas musicales. Ferreira cree que “a la fiesta oficial de los hinchas en Copacabana vendrán solo 20.000 espectadores”, lo cual ya es un “uno a cero” para Brasil en lo que respecta a la FIFA.