Bolivia y la prensa: "No es fácil, pero no es de temer"
16 de octubre de 2019La relación de la prensa con los diferentes gobiernos en América Latina nunca fue sencilla. Desde las dificultades económicas para sobrevivir de aquellos medios pequeños que publican perspectivas alternativas, pasando por las presiones de los poderes políticos hasta la conformación de grandes conglomerados empresarios que en nombre de la libertad de prensa ejercen presión en pos de sus intereses individuales. Bolivia elegirá un nuevo presidente este 20 de octubre. Luego de trece años de gestión, el Movimiento al Socialismo del presidente Evo Morales pasó por diferentes etapas en su vínculo con los medios.
"Hoy hay un paisaje de medios bastante vasto, tanto oficialistas como opositores, tanto en la prensa como en la radio, que son los principales en el país”, asegura en diálogo con DW Philipp Kauppert, director de la Fundación Friedrich Ebert en Bolivia.
Según el periodista Fernando Molina, existe una "libertad de expresión bastante amplia”. Sin embargo, destaca un dato económico que interviene en este debate: "Morales reestatizó gran parte de lo privatizado (en gobierno anteriores). Esas empresas son las principales del país y son las que más publicidad ponen en los medios. Por eso, muchos medios están en una situación de mucha prudencia”.
Y efectivamente, la gran mayoría de las denuncias vinculadas al tema de los empresarios de medios y de algunos periodistas tienen que ver con el manejo discrecional de dichos fondos. De hecho, el año pasado la Asociación Nacional de la Prensa, entidad que reúne a los principales medios escritos del país, afirmó mediante un comunicado que "las políticas de asfixia a los medios de información están empujando a una situación de inestabilidad laboral en el sector".
Molina destaca que también hay medios que, incluso sin publicidad, son opositores. Enumera a Página 7, la agencia de la iglesia católica ANF y red de radios Erbol y a varios programas de tipo digital.
El propio presidente se refirió al tema y, según la prensa boliviana, dijo hace unos meses: "Nadie puede quejarse de que no hay libertad de expresión. Hay libertad de expresión hasta para que nos ofendan, hasta (para) que nos humillen”. Y agregó en un acto en Sucre: "Repito, no estoy resentido: entendemos nuestras diferencias políticas. Lo que sí pedimos es que se informe la verdad, que se informe lo que se hace”, dijo.
Con Evo Morales regreso la prensa "oficialista"
En 2006 Morales asumió la presidencia en un contexto de grave confrontación; el país bordeaba la guerra civil. Pero en estos años las cosas cambiaron en muchos sentidos y hoy, de cara a las elecciones del domingo, el mayor capital del ejecutivo es la estabilidad y el progreso económico sostenido.
En aquel momento, casi no había prensa oficialista. Con el paso de los años, el ejecutivo abrió nuevos medios estatales como el diario Cambio y también algunos empresarios cercanos al gobierno compraron algunos canales y diarios.
La bonanza económica de los últimos años moderó en parte la confrontación, que volvió a renacer a comienzos de 2016 cuando, semanas antes del referéndum del 21 de febrero que votó en contra de modificar la Constitución, surgió el "Caso Zapata”. El escándalo fue producto de una serie denuncias periodísticas que resultaron ser falsas y que atribuían a Morales la paternidad de un niño. El gobierno explicó la derrota en esas elecciones por esa ofensiva mediática.
Al año siguiente; Morales tuiteó: "Medios que no reciben publicidad del Estado son los que mienten, insultan, difaman y desprestigian autoridades".
"En una época había un ataque institucional contra algunos medios, pero eso se ha suspendido. El gobierno optó por otra estrategia, puso un nuevo ministro (de comunicación) más diplomático e inteligente. La oposición quiere mostrar como si fuera una dictadura y para justificar eso quieren presentar algunos casos que son muy discutibles”, cuestiona Molina.
De cara a la coyuntura inmediata, según Kauppert "los medios han jugado un rol importante en el debate sobre las encuestas, que se han politizado mucho en esta campaña. Han creado una expectativa en cuanto a los resultados, de ambos lados. Los medios crearon esta polarización que es más discursiva que real”. Por su parte, Molina resume la situación del siguiente modo: "no es fácil, pero tampoco es una situación de congoja, temor o ahogamiento”.
(jov)