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Bofetada diplomática: representante de la CIA, expulsado de Alemania

Sven Pöhle / JAG11 de julio de 2014

El Gobierno de Berlín reaccionó ante los casos de espionaje exigiendo al representante del servicio secreto estadounidense abandonar Alemania. Una reacción inesperada.

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Imagen: Adam Berry/Getty Images

Alemania mandó un mensaje claro: El Gobierno Federal pidió al representantes de servicio secreto de la embajada estadounidense que abandonase el país. La razón es tanto el escándalo de la NSA como dos casos de sospecha de espionaje, dentro del Servicio de Información Alemán (BND) y el Ministerio de Defensa, dijo el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert. La medida se remite a los presuntos casos de espionaje que salieron a la luz pública recientemente, que terminaron con la detención de un funcionario del BND y lel inicio de investigaciones contra un funcionario del Ministerio de Defensa. Ambos habrían pasado información a los servicios secretos estadounidenses.

Inmunidad diplomática y personas non gratas

Los diplomáticos disfrutan normalmente del estatus de inmunidad en el país de acogida. Por eso el país de residencia no puede hacerles responsables. Pero, de acuerdo con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, en algunos casos sí es posible declaralos “persona non grata”. Por ejemplo, en casos de espionaje.

No se conocen muchos casos en los que agentes occidentales hayan sido descubiertos en Alemania. “Antiguamente, cuando nos enterábamos de casos así, deportábamos”, dice a DW Bernd Schmidbauer, quien fuera coordinador de los Servicios Secretos entre 1991 y 1998. Pero entonces, los casos similares se trataban más discretamente y se retiraba a los agentes en silencio.

Bernd Schmidbauer
Bernd Schmidbauer, antiguo coordinador de los servicios secretos alemanes.Imagen: picture-alliance/dpa

Entre Alemania y Estados Unidos se produjo un incidente similar en 1997. Un diplomático estadounidense trató de reclutar a un funcionario del Ministerio de Economía. Después de una investigación y la solicitud de expulsión para el sospechoso, Estados Unidos no llegó a reconocer las acusaciones, pero sí retiró a su diplomático.

Doble mensaje

La actitud actual de Alemania tiene un doble efecto. Por una parte, el destinatario del mensaje es obviamente Estados Unidos. Su Gobierno no hizo declaraciones ante las acusaciones. Tampoco los medios estadounidenses dieron cobertura al caso hasta la expulsión. Hubo que esperar hasta la declaración pública del Gobierno alemán, para que tanto el Washington Post como US Today informasen sobre el caso.

Por otro lado, con sus declaraciones, el Gobierno Federal también quiere dirigirse al pueblo y a los políticos alemanes, indignados por los sucesos. La canciller Angela Merkel acusó a EEUU de malutilizar sus recursos. Espiar a los aliados es “despilfarrar fuerzas” frente a otros retos más grandes como Oriente Medio, dijo la canciller in Berlín. “Tenemos muchos problemas y deberíamos concentrarnos en lo importante”, aclaró, refiriéndose a Siria e Irak.

Más protección

Ahora, los Servicios Secretos Alemanes también tendrán que aprender del caso. Bernd Schmidbauer cree que el camino sería mejorar la estrategia de defensa anti espionaje: “Solo asi evitaremos que cualquiera se ponga a fisgar en nuestra antesala. No hay amigos ni enemigos, sino solo intereses nacionales”. La misma opinión defiende el ministro del Interior, Thomas de Maiziére, al igual que el servicio secreto del ejército alemán.