Birkenstock - Una sandalia de culto sale a bolsa

Las sandalias Birkenstock causaron polémica durante mucho tiempo. Sin duda, son prácticas y ergonómicas. Pero, ¿son bonitas? En el extranjero, las sandalias sanitarias de los turistas alemanes eran objeto de burla. Hoy, Birkenstock alcanza récords de ventas, también a escala internacional. La salida a bolsa de Birkenstock en Nueva York marca otro hito importante en su historia.

El salto a bolsa atrae a inversores de todo el mundo. Más recientemente, la exitosa película "Barbie", de la directora Greta Gerwig, también contribuyó a dar a conocer mundialmente la sandalia de culto: en una escena importante, Barbie cambia sus tacones altos por unas sandalias Birkenstock marrones para conocer el "mundo real" fuera de Barbieland. Las cifras de ventas no tardaron en dispararse.

La historia de la "dinastía Birkenstock" se remonta más de 200 años. Su fundador, el zapatero Johann Adam Birkenstock, vivía en un pequeño pueblo de Hesse, en Alemania. Un descendiente suyo, Konrad Birkenstock desarrolló en 1897 la primera plantilla flexible, una innovación decisiva. Sin embargo, al principio el éxito comercial no se materializó.

El gran avance económico llegó con su nieto Karl Birkenstock. Él creó en 1963 la primera sandalia de gimnasia. El objetivo no era que el zapato fuera bonito: lo que contaba era la funcionalidad y la calidad. Por eso, al principio, la sandalia se comercializaba sobre todo entre el personal sanitario, que la utilizaba en clínicas y consultas médicas.

A partir de los años setenta, las sandalias se comenzaron a hacer populares entre los hippies. Las Birkenstock se convirtieron en un símbolo de subcultura e inconformismo. En Estados Unidos, las lucían muchos integrantes del movimiento pacifista. La germano-estadounidense Margot Fraser descubrió el zapato durante una estancia en Alemania y estableció la distribución en EE.UU. desde California.

Las Birkenstocks han hecho historia de la música: en 1994, la banda punk NOFX publicó la canción "Jeff Wears Birkenstock". El protagonista del tema, Jeff Abarta, llevaba las sandalias cuando era becario en la discográfica de la banda. El líder de NOFX, Fat Mike, escribió la canción para burlarse de Jeff por sus "sandalias hippies", que no tenían cabida en el punk rock.

Incluso antes de que las sandalias se convirtieran en tendencia, el fundador de Apple, Steve Jobs, ya era fan de Birkenstock. La verdad es que sus sandalias, el modelo Arizona, ya estaban bastante gastadas. Sin embargo, en 2022 se subastaron por el equivalente a unos 200.000 euros.

Desde los años 90, Birkenstock se ha ido estableciendo cada vez más en el mundo de la moda. Cooperaciones con marcas de lujo como Dior, Rick Owens y Valentino contribuyeron al cambio de imagen. También importantes estrellas, como Kate Moss, utilizaban estos zapatos para marcar un estilo original. La modelo Heidi Klum diseñó su propia colección Birkenstock en 2003 (foto).

A principios de 2021, L Catterton, una sociedad de capital de riesgo en la que también participan Bernard Arnault y su conglomerado multinacional de marcas de lujo LVMH, invirtió en Birkenstock. El valor de Birkenstock se estimó entonces en unos 4.000 millones de euros.

Expertos estiman el valor de la oferta pública de venta en al menos ocho mil millones de euros. Es probable que ahora cambien algunas cosas, como la estructura de propiedad de la empresa familiar. Lo que no cambiará, sin embargo, es la ubicación de la empresa: en Alemania tiene lugar el 95% de la producción.