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PolíticaBielorrusia

Bielorrusia y su culto al "modesto" Alexander Lukaschenko

Daria Bernstein
18 de octubre de 2023

Mientras se suprime toda oposición, el régimen de Bielorrusia refuerza la imagen del gobernante Alexander Lukashenko. Expertos señalan que este extraño culto a su personalidad demuestra un problema en el sistema.

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Alexander Lukashenko recibe un ramo de flores por parte de unos niños.
Alexander Lukashenko está en el poder en Bielorrusia desde 1994.Imagen: Press Service of the President of the Republic of Belarus

Los escolares bielorrusos visitan lugares relacionados con Alexander Lukashenko, el estudio estatal "Belarusfilm" quiere rodar una película sobre él y el Ministerio de Justicia registra una fundación de carácter benéfico llamada "El Primero", en su honor. Los medios de comunicación estatales hablan de él así: "El Primero" y en una tienda de la capital, Minsk, se venden prendas de vestir con citas del gobernante como: "No se hace presidente, se nace presidente". Estas son muestras de la propaganda bielorrusa para reforzar la imagen de Lukashenko, fingiendo que el gobernante goza de cada vez más de apoyo popular, sugieren expertos.

Antes de las elecciones presidenciales bielorrusas de 2020, los medios independientes preguntaron a sus lectores por quién votarían. El resultado fue bastante malo para Lukashenko. Como consecuencia, las autoridades prohibieron este tipo de encuestas.

¿Qué busca la propaganda?

La investigación social independiente ya no existe en Bielorrusia. El centro de análisis EccoM, cercano al régimen, afirma que en 2022 el 76,3% de los bielorrusos confiaba en Lukashenko, frente al 72% del 2021. Si esto fuera así, ¿por qué busca reforzarse la imagen del gobernante?

"Cuando un político está en el poder durante tanto tiempo, hay que explicarle constantemente a la sociedad por qué él es tan especial y único", afirma el politólogo bielorruso Vadim Moschejko.

Alexander Lukaschenko en un campo de trigo.
A Lukashenko le gusta presentarse como un hombre de acción, aquí trabajando en un campo de trigo.Imagen: Press Service of the President of the Republic of Belarus

Por qué el culto a Lukashenko se refuerza

El fortalecimiento de la imagen de Lukashenko podría deberse a varios factores, entre ellos, los ligados a las próximas elecciones presidenciales de 2025: "Incluso si Lukashenko no se presentara, él y sus frases jugarían un rol. Por eso, la propaganda quiere llamar la atención sobre él de la forma más positiva posible", afirma Lesja Rudnik, directora del "Centro de Nuevas Ideas" bielorruso, que opera desde el extranjero.

Otra razón podría ser tratar de insertar la idea de que en Bielorrusia hay solo un líder capaz de determinar la política del Estado, que puede tomar o revocar cualquier decisión y que todo en el país depende de su voluntad: "Durante la rebelión de Yevgueni Prigozhin, Lukashenko intentó presentarse como árbitro, por así decirlo. Esto era importante en el contexto de sus viajes regulares a Rusia, que dan la impresión de una total dependencia del Kremlin", añade la experta.

Un Lukashenko "modesto"

"Los propagandistas mienten cuando dicen que Lukashenko es una persona modesta, que casi hay que convencerle cuando se hace una película sobre él. Eso también forma parte del culto a la personalidad, presentarlo como si tales iniciativas vinieran del pueblo. En realidad, a Lukashenko le gusta que le admiren, algo que también ha dejado claro en público", comenta Moschejko.

Esa modestia tampoco se puede observar en sus actos públicos, donde se le ve rodeado de sus propagandistas y de ganadoras de concursos de belleza: "Lukashenko no parece una persona modesta. Todo lo contrario. Él dice que sabe todo mejor que cualquiera", complementa Rudnik.

Protestas en Minsk, Bielorrusia en 2020.
Tras las elecciones de agosto de 2020, hubo meses de protestas contra el régimen de Lukashenko en todo el país, las cuales fueron reprimidas.Imagen: TUT.BY/AFP/Getty Images

¿Puede Minsk convertirse en "Lukashensk"?

Los expertos señalan que el culto a Lukashenko aún está lejos de llegar al nivel de algunos países asiáticos. En Kazajistán, por ejemplo, también se creó una fundación con el nombre del presidente, Nursultán Nazarbáyev, de quien se hicieron varias películas; se le erigieron monumentos e incluso se rebautizó la capital en su honor.

"Si Lukashenko quisiera una estatua de cien metros de altura en su honor, nadie se atrevería a oponerse. Pero él sabe muy bien que semejantes excesos grotescos no gustarían a los bielorrusos. Tienen una mentalidad diferente. Por tanto, el fortalecimiento del culto a la personalidad continuará, pero no hasta el punto de rebautizar la capital, Minsk, con el nombre de "Lukashensk"", opina Moschejko. No obstante, la directora del "Centro de Nuevas Ideas" Rudnik no descarta que universidades y escuelas lleven pronto su nombre.

(ju/ers)