Benedicto conquista Alemania
19 de abril de 2006Hace un año el diario amarillista “Bild”, tituló “Somos Papa”, anunciando que luego de casi cinco siglos un alemán había sido electo representante de Dios en la tierra. La euforia propagada por el titular se contagió rápidamente a toda la nación. Jóvenes y viejos, católicos y protestantes, e incluso ateos, de algún modo todos parecían estar orgullosos de que un compatriota fuera el nuevo Papa. ¿Qué quedó de aquella euforia inicial? Ahora, luego de 365 días como máximo representante de la Iglesia Católica, Benedicto parece haber convencido también a los más feroces críticos entre sus compatriotas.
Temores y esperanzas
La Iglesia Católica alemana es tradicionalmente una iglesia comprometida, que ha asumido en muchas ocasiones una postura crítica frente al Vaticano. El propio Ratzinger había tenido ya una serie de conflictos con obispos, teólogos y fieles en Alemania. El antiguo cardenal consideraba que a la Iglesia de su patria le faltaba un claro perfil católico. Por su parte, los católicos alemanes lo veían como el “malvado inquisidor de Roma”.
En Alemania se observó con escepticismo y también con temor la elección del cardenal Joseph Ratzinger como nuevo Papa. Muchos temían que el “Rottweiler de Dios” aislara a la Iglesia Católica del mundo moderno. Ahora, los enemigos de Ratzinger parecen haberse convertido en seguidores de Benedicto. Incluso voces críticas, como la del Comité Central de los Católicos Alemanes, elogian al Papa y albergan grandes esperanzas de que justamente el reconocido ortodoxo concrete por fin las reformas necesarias dentro de la Iglesia.
Auge de la Iglesia y cambios en el Vaticano
Según la agencia noticiosa católica (KNA) “la Iglesia alemana ha recibido nuevos estímulos desde la elección papal”. También se registran nuevos ingresos a la Iglesia, explícitamente a causa de Benedicto. Las Facultades católicas cuentan con un mayor número de estudiantes y el nombre “Benedicto” ascendió en la lista de nombres preferidos del puesto 50 al 37.
El Papa, que acaba de cumplir 79 años, redujo el número de audiencias privadas y apariciones públicas, recibiendo personalmente sólo a jefes de Estado. En cambio, se toma mucho tiempo para el intercambio con obispos del mundo entero, estudia las actas a fondo e intenta lograr mayor eficiencia en el trabajo dentro del Vaticano. Luego del agitado Pontificado de Juan Pablo II, se necesita un poco de calma.
“En boca cerrada no entran moscas”
Luego de una cierta timidez inicial, el “Papa intelectual”, encontró su estilo y disfruta de su nuevo rol, también como personaje mediático, que sin duda lo es. Pero, a diferencia de su antecesor, Benedicto XVI no es un hombre de los grandes gestos, sino que convence sobre todo por lo que dice. ¿O por lo que no dice? Según el teólogo vienés, Paul Zulehner, “el Papa brilla por todo aquello que no hace”. De hecho, al haber adoptado una postura calma y serena, ha amansado a sus críticos y obtenido el apoyo de los “reflexivos”.