Bayern clasificado para “SU” final
26 de abril de 2012El estadio Santiago Bernabéu se llenó de lágrimas y al final se impuso el equipo que llegó a la tanda de penales con los nervios más templados. Fue el Bayern, que jugará la final en su hogar de Múnich.
El partido fue pura taquicardia, con dos equipos llenos de imperfecciones defensivas y vertiginosos ataques durante la primera parte, y con el nervio propio del resultado en la segunda. ¿Y qué se puede decir de la prórroga? Cada equipo aportó su propio estilo: el Bayern más académico, con posesiones más largas, y el Real Madrid disparando contraataques eléctricos antes de que el encuentro se parara.
Superando el “miedo escénico”
La hinchada blanca respondió a la llamada de sus jugadores y se puede decir que la afición local metió el primer tanto a los cinco minutos, con un penal señalado por mano de Alaba que transformó Cristiano Ronaldo. No cabía duda de que el Bayern había sentido eso que se calificó una vez como "miedo escénico". Pero se le quitó pronto, pues Robben tuvo una inmejorable ocasión a los ocho minutos, mandando fuera lo que parecía imposible.
El segundo golpe lo volvió a dar el Real Madrid. A los 14 minutos, el Bayern no fue claro en la salida y la luz la puso Özil, quien dibujó un pase extraordinario para que Cristiano Ronaldo marcara con la naturalidad que se le supone al portugués. El coliseo blanco se caía.
Pero pareció que el segundo gol liberó al Bayern. El conjunto alemán templó sus nervios y encontró en la banda izquierda un filón. También comenzaron a aparecer Robben y Ribery, mientras el Real Madrid jugaba demasiado partido en la medular. Un pecado cuando se trata de mantener una renta.
De tanto anunciarlo, llegó el gol del Bayern. Sucedió con un penal cometido por Pepe sobre Mario Gómez, una pesadilla para los blancos, y transformó Robben. Eliminatoria igualada.
La primera parte se marchó con una otra intervención de Casillas en respuesta a una falta lanzada por Robben. "¡Madrid, Madrid!", despidió la hinchada local a sus jugadores al descanso. Fue un grito de desahogo, más que de ánimo. ¡Qué segunda parte esperaba!
Con miedo al error… y a la fatiga
La segunda mitad comenzó con otro ritmo, más parado. Ninguno de los dos equipos quería cometer un error que significara el adiós a la final. Los entrenadores habían decidido intervenir. No sólo eso, sino que el desgaste previo había sido terrible.
El duelo había quedado para detalles. Como en aquella ocasión en la que Robben no supo ver a Mario Gómez cuando éste estaba solo delante de Casillas. O cuando a Benzema le faltó templanza para controlar en vez de disparar. Y así unas cuantas. La grada se quedaba sin uñas y los corazones se escapaban de los pechos. La final estaba al alcance de una jugada, de un jugador. O de un error, con dos equipos extraordinariamente fatigados.
El Bayern tuvo la oportunidad más clara a cinco minutos del final. Esta vez Robben sí vio a Mario Gómez, quien solo delante de Casillas se enredó con el balón y permitió la llegada de Ramos desde atrás. Fueron segundos de silencio en el Bernabéu, preludio de la inevitable prórroga.
El Real Madrid dio un paso adelante. Con esta actitud también demostró estar más cansado que el rival. Pero el dato fue bien elocuente de lo que ocurrió en la primera parte de la prórroga: no hubo ocasiones para ninguno de los dos equipos.
La semifinal encaró los últimos 15 minutos con la amenaza de la tanda de penales. El Real Madrid siguió mandando, pero la fatiga le impidió mantener la cabeza fría en los metros finales. Y la final se resolvió en la tanda de penales.
Triunfó el Bayern porque mantuvo la cabeza más fría. El Real Madrid erró tres de sus cuatro lanzamientos, incluido Cristiano Ronaldo, y Schweinsteiger hizo el definitivo. El equipo alemán jugará en Múnich "su" final y el Real Madrid deberá seguir esperando tras una década sin pasar de semifinales.
Autor: dpa (jag)
Editor: Emilia Rojas