El Bayern viene crecido
16 de febrero de 2010El año 2010 ha significado para el Bayern un cambio de mentalidad y un regreso a la tradicional convicción de que en el fútbol alemán no hay otro equipo mejor. El club de Múnich viene marchando -en este invierno- a paso firme en todas las competiciones en las que participa: en la Bundesliga comparte el primer lugar con el Leverkusen y en la Copa Alemana ya consiguió su tiquete a semifinales.
Balance optimista
En octavos de final de la Champions League, contra el club italiano AC Florencia, quiere confirmar por qué está pisando fuerte en su país, y demostrar que también es capaz de dar zancadas de gigante en Europa. Con 15 partidos invicto; 12 victorias en serie en partidos oficiales, 9 de ellas en la liga alemana; 20 goles a favor, apenas 6 en contra, y un promedio de +14 en el 2010, las cifras hablan por sí solas en el lenguaje del éxito.
Lo que dicen los números también lo manifiestan (sin ocultar su orgullo) los propios jugadores; el capitán del Bayern, el holandés Mark van Bommel, llegó incluso a afirmar que “de la forma en la que estamos jugando somos… no quiero decir invencibles, pero sí, sin dudas, muy difíciles de derrotar”.
El entrenador Louis van Gaal, mirando con optimismo el reto del miércoles en la Allianz Arena contra los huéspedes italianos, se conforma con decir “estamos haciendo las cosas bien, lo único que hacer es conservar mejor el orden”.
El punto débil
Los de Múnich acusan desde hace tres partidos, sin embargo, un pequeño déficit, que ante el potencial de su ataque aún no se ha transformado en problema: la defensa. El llamado al orden de van Gaal –quien ya se quejó hace semana y media de la arrogancia y desconcentración de su equipo- no es ni gratuito, ni caprichoso.
Mientras en el mediocampo van Bommel y el seleccionado alemán Bastian Schweinsteiger cumplen una destacada labor en la recuperación del balón y su puesta en circulación hacia el arco contrario, los aleros (Arjen Robben y Franck Ribéry) se comportan como dos delanteros más.
Su dinámica le imprime gran peligro al ataque del Bayern, pero sus desbordes –cuando pierden la pelota- crean grandes agujeros, que un enemigo de altura como el Florencia no dejará de utilizar.
El lateral Philipp Lahm aseguró que el Bayern “sólo puede tropezar sobre sí mismo” y le recordó a sus compañeros que defender no es sólo una tarea de los jugadores de la línea de atrás. El lema de los locales ante el Florencia se resume en “jugar ofensivamente, trabajar defensivamente”, algo que según Robben sólo se consigue si “todos juntos cumplimos”.
Los problemas del rival
Mientras en Múnich reina el optimismo, en Florencia el panorama no es alentador. Para los italianos la visita a la fría Alemania se presenta en un momento muy inoportuno: cuatro derrotas consecutivas, un solo punto en los últimos cinco partidos, el fantasma del descenso rondando por sus instalaciones y dos delanteros en crisis, el primero por confirmarse su caso de dopaje (el rumano Adrian Mutu, quien está suspendido), el segundo porque desde hace mes y medio no celebra un gol (el italiano Alberto Gilardino).
Las preocupaciones del Florencia en su país son tan grandes que pocos en el club están pensando en hacer una buena campaña en la Champions League a costa de poner el riesgo su cupo en la primera división italiana. Así las cosas, todo indica que el Bayern podrá seguir escribiendo la historia de un invierno feliz, también en Europa.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Enrique López