Bayer Leverkusen explosivo: disfrútenlo porque se va
11 de febrero de 2022Los números son elocuentes. Al comenzar la jornada 22 del torneo 2021/2022 de la Bundesliga, el Bayer Leverkusen marcha en tercer lugar de la tabla general con la segunda delantera más demoledora (empatada con la del Borussia Dortmund): 54 goles en 21 partidos, o lo que es lo mismo, más de dos goles por encuentro.
Los aspirinos han recibido 34 anotaciones, para una diferencia de 20. No está mal, para un conjunto cuyo cordón defensivo está en plena reforma luego del retiro de los gemelos Lars y Sven Bender, y la salida del brasileño Wendell. Todos eran, desde hacía años, firmes eslabones en la cadena de defensa del club.
Dupla desequilibrante
En la jornada 21, el Leverkusen dio muestra de todo de lo que es capaz, al apabullar 5-2 al Borussia Dortmund, su competidor directo por el vicecampeonato. Y lo hizo sin que se manifestara su principal anotador. En todo el torneo, la explosión ofensiva del equipo recae sobre todo en el checo Patrik Schick, que con 18 goles marcha como segundo artillero detrás de Robert Lewandowski.
También luce intratable el francés Mousa Diaby, que ya se había distinguido por sus diabólicas acciones ofensivas el torneo anterior. Nueve goles y siete asistencias lo convierten no solo en un goleador de cuidado, sino también en motor fundamental de la exitosa ofensiva aspirina.
A corto plazo, Shick, Diaby y otros son motivo de felicidad y tranquilidad para el Bayer Leverkusen. A la larga, comienzan a causar preocupación.
Los mercados acechan
Naturalmente, el desempeño de estos dos atacantes llama la atención de los mercados. A Shick ya se le había ubicado furtivamente en la mira del Bayern Múnich, el torneo anterior. Pero lesiones y una adaptación intermitente afectaron la continuidad, y el balance del delantero quedó en algunas acciones espectaculares, más discretos nueve goles en todo el campeonato.
Hoy el checo brilla en todo su esplendor, y ya expertos lo han mencionado como posible sustituto o recambio de Robert Lewandowski, si es que el muy improbable sueño de contratar a Erling Haaland se le niega definitivamente al Bayern. Shick tiene contrato con Leverkusen hasta 2025.
Diaby, por su parte, ha sido claro en su intención. Consciente de su positiva evolución, pretende utilizarla para dar el siguiente paso en su carrera. Aunque también tiene contrato vigente hasta 2025 con los aspirinos, el francés ya ha dicho que se siente listo para buscar nuevos horizones. O quizá alguno viejo, si se toma en cuenta que el delantero llegó en 2019 del Paris St. Germain.
Pilares que tiemblan
Bayer Leverkusen tiene otros pilares de la estabilidad actual. Dos de ellos también podrían salir del club. Uno es el argentino Lucas Alario, quien desde que llegó de River Plate ha tenido gol constante, y sin embargo, ha aguantado estoicamente su rol de reservista desde que llegó Schick. En la pasada ventana de fichajes, Alario estuvo a punto de irse a Palmeiras, y también se le vinculó con el Hertha Berlin y el Eintracht Frankfurt.
El otro es Charles Aránguiz, con contrato hasta 2023. El chileno ha jugado solo 13 partidos del torneo, y ha sufrido lesiones recurrentes. Esto, más la edad, hacen que el ocaso en el Leverkusen se vaya perfilando de manera gradual. En la sala de máquinas del medio campo, formada hoy por Andrich y Demirbay, Aránguiz juega el papel de reservista pese al respeto con el que se le mira dentro y fuera del club.
Podría mencionarse también el caso del alemán Florian Wirtz, predestinado a ser el futuro Toni Kroos. Pero aunque llama también la atención de los mercados, tiene contrato hasta 2026 y lo resguarda la firma negativa del club a negociar su traspaso.
La salida de cualquiera de estos jugadores, que en algunos casos luce inminente, podría acabar con la magia que actualmente despliega el Bayer Leverkusen en la cancha. Pero por lo menos, el encanto durará hasta que culmine el presente torneo. Mientras llega ese momento, no cabe más que acomodarse en la butaca. Disfrutar el fútbol ofensivo de los aspirinos y también la ilusión de que luego vendrá, quizá, algo mejor de lo que se va.