Ribéry: el candidato de Alemania
4 de diciembre de 2013En Alemania no caben muchas dudas sobre quién merece ser distinguido como el mejor futbolista del mundo del 2013: Franck Ribéry. El jugador francés fue el protagonista de un año histórico para la Bundesliga, que dominó en la más importante competencia internacional de clubes, la Champions League, colocando a dos equipos en la final, el Dortmund y el Bayern Múnich, a la postre campeón.
Pero la saga de Ribéry no termina allí; muy por el contrario, esa es apenas una nota de excelencia más en un impecable reporte de calificaciones. El francés ganó en este 2013 todo lo que un futbolista se propone conquistar en un año perfecto: la Champions League, la Copa Alemana y la Bundesliga. El triplete con el que todos sueñan.
Y esos títulos todavía no completan la lista, allí hacen falta el trofeo de la Supercopa Europea y –por supuesto- el reconocimiento de la prensa internacional y la UEFA como mejor jugador de Europa en la pasada temporada. Además, Franck Ribéry se encargó de cargarse la selección de su país al hombro y ponerla en el Mundial de Brasil 2014 pese a que la perspectiva de remontar un adverso marcador de 0-2 contra Ucrania parecía un imposible.
Humano y humilde
Ribéry es uno de esos jugadores que escasean, uno de aquellos que encarnan la esencia del fútbol tradicional. A diferencia de su principal competidor, el portugués Cristiano Ronaldo, el francés no es una marca, ni asume poses que enfaticen su estatus de estrella, y tampoco convierte a sus equipos en dependientes de su rendimiento, ni súbditos de sus condiciones.
La gran figura del Bayern, comparada con el actual poseedor del Balón de Oro, el argentino Lionel Messi, es un futbolista muy terrenal. Mientras al jugador del Barcelona se le considera un “extraterrestre” en honor a sus cualidades únicas, el francés personifica la simbiosis entre el talento innato y el duro trabajo diario para sacarle el mayor provecho posible a favor de su equipo.
Las gambetas de Ribéry entusiasman a la afición tanto como su compromiso y entrega a la hora de apoyar al Bayern en el trabajo defensivo. En Alemania el francés no solo es respetado y temido, también se le estima por considerársele un jugador muy humano, libre de pretensiones, cercano a sus seguidores, divertido y simpático.
Los otros candidatos al Balón de Oro de la FIFA quizás sean más efectivos frente al arco rival, y su cuota de goles sea más alta, pero es que el papel de Franck Ribéry, especialmente en el Bayern, es otro. El mejor futbolista de Europa del momento tiene una tarea mucho más comprometida con el colectivo.
La prioridad es el equipo
La misión de Ribéry es sacudir las defensas contrarias, marearlas con sus movimientos, descomponer con sus dribles la resistencia del enemigo, amontonar al rival en torno suyo generando espacios para sus compañeros. Y claro que sus goles son importantes, por ejemplo el del empate transitorio a un gol contra Chelsea en la final de la Supercopa europea, pero aún más peso tienen sus asistencias.
El francés entiende muy bien el sentido del fútbol como un deporte de equipo, y es en el servicio al colectivo donde brilla con mayor resplandor. El mejor ejemplo de ello son sus dos pases a Arjen Robben en la final de la Champions League con el Bayern, que terminaron en los dos goles con los cuales su club se alzó con la victoria.
Con él el Bayern bate un récord tras otro, los más recientes son los 38 partidos invictos en la Bundesliga y las 10 victorias seguidas en la Champions League. Franck Ribéry hace sentir su valor en la cancha, y esquiva las ofensivas mediáticas, o las movilizaciones populares a su favor; lo suyo es el fútbol, y la conquista de títulos para y con el equipo.
“Ribéry ha sido el mejor jugador del último año, el que más triunfos ha obtenido y el que ha marcado la mayor diferencia a favor de su equipo. Lo normal es que sea él quien gane el Balón de Oro” sostuvo la leyenda del fútbol alemán Franz Beckenbauer, y como él piensan muchos seguidores de la Bundesliga.