Baltasar Garzón en entrevista
8 de noviembre de 2013El antiguo magistrado de la Audiencia Nacional de España que alcanzó celebridad durante la década de 1990 por perseguir al ex dictador chileno Augusto Pinochet, llegó a Berlín invitado por la organización Transparencia Internacional que celebra su vigésimo aniversario.
Garzón, radicado en Argentina, llegó proveniente de Ginebra, Suiza, en donde un comité integrado por 11 expertos legales independientes revisó el cumplimiento de la Convención de la ONU de 2010 sobre desapariciones forzadas, del que España fue de sus primeros firmantes. La convención fue impulsada por Argentina y entre tanto ha sido ratificada por 40 países. El gobierno español dijo que no revisará los crímenes del franquismo argumentando que la convención es un instrumento y mecanismo de futuro, pero no aplicable al pasado. Garzón sostiene que hay más de 150.000 víctimas del franquismo desaparecidas y sigue pendiente localizar sus restos.
Deutsche Welle: ¿Falta en España un movimiento de derechos humanos más fuerte para que haya un procuramiento de justicia como el que ha tenido lugar en Argentina?
El movimiento de derechos humanos en España es más reciente que la lucha contra la impunidad en Argentina o en Chile. España sufrió 40 años de dictadura, una dictadura implacable en todos los sentidos y eso deja una marca que es prácticamente imposible que desaparezca en varias generaciones. Las víctimas del franquismo han tenido miedo y sobre todo la gente mayor temía hasta hace poco que se pudiera reproducir no sólo la guerra sino todo lo que vino después. La transición española decidió olvidar todo lo que se refería al franquismo y darlo por resuelto creyendo que existía una reconciliación, lo que es falso.
A partir del 2000 comenzaron los reclamos de justicia por los crímenes franquistas que usted atendió…
El mensaje fue definitivo de decir esto no se toca. Y es por eso que las víctimas están acudiendo a instancias internacionales. Las víctimas son muy mayores y penosamente se van a ir extinguiendo sus días sin que el Estado español después de 75 años tenga siquiera la vergüenza de conformar una comisión de la verdad, darles alguna reparación o una explicación. No hay registro nacional de víctimas, no hay apoyo, las subvenciones se han retirado, no es un tema que interese al Estado, es decir, todo lo contrario a lo que la normativa internacional establece como derechos de las víctimas.
¿Está la población ante una situación de desprotección ante las estructuras jurídicas en España que todavía tienen remanentes franquistas?
Que tengan o no remanentes franquistas, no lo sé. Supongo que algunos sí, que lo llevarán muy escondidito y otros lo manifiestan claramente. Pero si están desprotegidos. Eso es lo triste. También es verdad que hay un movimiento cada vez más importante de concienciación de los ciudadanos que piden que se apoye la verdad y la reparación. No puede ser que todavía 75 años después tengamos monumentos como El Valle de los Caídos en donde sólo se dignifica a las víctimas que fueron ya reparadas por parte del franquismo y que sin embargo las víctimas del franquismo no tengan derecho siquiera a recuperar los restos que están en el Valle de los Caídos para enterrarlos en su propio cementerio cuando además fueron llevados ahí sin conocimiento ni autorización de los familiares. No creo que haya en el mundo un caso similiar al de España.
¿Hasta qué punto lo que le sucedió a usted intimida a otros jueces para admitir causas relacionadas a los crímenes del franquismo?
Objetivamente sí. Es evidente que intimida, es decir, un juez que por investigar unos hechos interpretando la ley de una forma determinada se pueda haber suspendido y sometido a juicio, desde luego no es el mejor ejemplo. Para mí, después de todos los procesos sigue siendo incomprensible todo lo que ha ocurrido. Suspender a un juez por interpretar la ley cuando es la garantía de la independencia judicial es incomprensible. Es peligroso porque afecta a la independencia judicial y eso es lo que muchos jueces en España no han sido capaces de ver y sin embargo asociaciones como la Asociación Medel, de jueces y fiscales con más de 15 mil profesionales europeos, que pidió el indulto para mí, lo han visto perfectamente.
¿Cual es la imagen que está dejando España a sus socios Europeos y a América Latina, en materia de impunidad, en materia de corrupción?
España de ser el faro de la Jurisdicción Universal y de la defensa de los Derechos Humanos ha pasado a ser el cesto de la basura de Europa y desde luego hacia Latinoamérica está absolutamente claro que hemos perdido la posición que teníamos. La reforma de la ley de jurisdicción universal de 2009 hecha por acuerdo entre los dos grandes partidos, socialista y popular, fue logicamente un atentado clarísimo a los derechos de las víctimas. No era necesaria esa reforma. España tenía un sistema consolidado por el Tribunal Constitucional, el más progresista del mundo, de protección de las víctimas como víctima universal frente a crímenes internacionales, genocidio, guerra, lesa humanidad y por presiones externas se modificó esa norma hasta casi hacerla inútil.
¿Por qué se modificó?
A raíz de los casos de Guantánamo relacionados con China y con Israel. Eso no dice nada a favor de España, todo lo contrario nos bajó de división, utilizando los términos futbolísticos. Y luego en el tema del combate a la corrupción España tiene poco que decir. En el tema de modificación de normas procesales España hizo aportes importantes hacia Latinoamérica pero hoy yo creo que la mayoría de los sistemas latinoamericanos son más progresistas que el español.
¿Que espacios existen en la sociedad española para ejercer una presión teniendo en cuenta que gobierna una mayoría absoluta y que hay una ley electoral que impide que los partidos pequeños en el Parlamento ejerzan una mayor influencia?
El primer objetivo sería modificar la legislación electoral. Hay una mayoría absoluta que es una auténtica trituradora de derechos adquiridos por los ciudadanos, es un ataque brutal al ámbito público cuyas consecuencias sufriremos durante muchos años. Hay focos de importancia como fueron los que se iniciaron con el movimiento del 15 M, el movimiento que está haciendo frente a los desahucios, los desalojos por la crisis de hipotecas, esas plataformas son las que hay que reforzar para hacer frente a una política de derechez que nos está hundiendo aún más. Aunque nos dice que nos sacan de la crisis, no se ve en la realidad actual en las casas de los españoles.
¿Es una calma engañosa la que hay en España considerando la situación?
Los españoles están como con miedo, no vaya a ser que ocurra algo peor. Es una situación de coaccion psicológica por parte del gobierno. Son tantos los mensajes coercitivos que la gente está temerosa. A pesar de eso se están produciendo movilizaciones.