Ayudar a los “sin papeles”: una labor con riesgos
9 de abril de 2009La disposición de un individuo para defender la integridad personal de otro, atendiendo el llamado de sus propios principios éticos y humanos, muchas veces poniéndose a sí mismo en peligro y contradiciendo públicamente las leyes, costumbres y opiniones dominantes de una sociedad, es definida por muchos como “amor al prójimo”. Otros la llaman, simplemente, “coraje civil” y salen a protestar cuando el Estado amenaza con castigarlos por ayudar a quien, a su juicio, lo necesita.
Francia y sus políticas migratorias
Eso fue lo que ocurrió el pasado 8 de abril en muchas localidades francesas, desde Calais hasta París: más de 5.550 personas, en su mayoría trabajadores de organizaciones humanitarias, demostraron frente a los palacios judiciales de sus ciudades, confesando a voz en cuello lo que en ese país es considerado un delito.
“Los miembros de la organización Terre d’errance le llevamos diariamente comida a los hambrientos, ropa a los que se mueren de frío y atención a los enfermos – si esa es una conducta criminal, pues entonces somos todos criminales”, decía Laurent Maameli en un reportaje de Burkhard Birke para Deutschlandfunk, refiriéndose a la asistencia que le prestan a los refugiados y al rigor con que se ha empezado a aplicar la ley que condena esa ayuda como una forma de complicidad con la inmigración ilegal.
Con toda la fuerza de la ley
Deutschlandfunk cita al Ministro de Inmigración francés, Eric Besson, diciendo que en los 65 años del artículo 622-1 –el que penaliza el apoyo a los llamados inmigrantes irregulares–, no se llegó a condenar a una sola persona por darle hospedaje, comida o un aventón a un “ilegal”.
Pero las organizaciones humanitarias y los políticos de oposición galos temen que una ola represiva pueda empezar a sentirse a partir de este año: el ministerio francés de Inmigración asegura haber emprendido 5.000 acciones legales en contra de “cómplices de la inmigración ilegal”.
La Ley alemana de Permanencia
En Alemania, las agencias que trabajan con inmigrantes sin autorización oficial para permanecer en el país enfrentan riesgos similares, aunque su vocación para las protestas de la calle no esté tan desarrollada como la de sus homólogos franceses.
La antigua Ley alemana de Extranjería (Ausländergesetz) fue reformada y rebautizada como la Ley de Permanencia, entrando en vigor el 1º de enero de 2005. Sin embargo, los aspectos jurídicos alusivos a los extranjeros sin papeles y a las instituciones que les brindan apoyo humanitario no cambiaron mucho.
Los activistas que laboran en estas organizaciones deben sopesar en cada caso qué probabilidades existen de que se les acuse, juzgue y condene por ofrecer asesoría y apoyo a ciudadanos sin papeles – después de todo, la naturaleza de ese apoyo puede hacer una gran diferencia en caso de ser llevado a juicio.
De la complicidad y otros actos penados
Las intervenciones han sido clasificadas en cuatro categorías. Un activista es culpable de complicidad cuando apoya de alguna forma a una persona sin papeles –facilitando hospedaje o auxilio financiero, por ejemplo–, animándola a quedarse en el país a sabiendas de que está infringiendo la ley. Se incurre en instigación cuando se le convence de cometer actos punibles para prolongar su permanencia en territorio alemán; por ejemplo, mintiendo sobre su identidad frente a las autoridades.
Quien haga afirmaciones falsas para que un inmigrante sin papeles continúe su estadía ilegal en el territorio puede ser acusado de encubrimiento. Y se pena a aquel que entorpezca la aplicación de la ley consciente o intencionalmente – por ejemplo, llevando en su vehículo a un extranjero que ha permanecido sin papeles en Alemania, con miras a ayudarlo a cruzar la frontera.
Las penalidades
La Ley de Permanencia de 2005 definió las penalidades claramente: en Alemania se castiga con multa o pena de cárcel de hasta tres años a aquellos que hagan o utilicen afirmaciones falsas o incompletas para conseguir que alguien obtenga un permiso de permanencia – la utilización de ese documento obtenido indebidamente en cualquier transacción jurídica también está penada por la ley.
Por otro lado, se sanciona con multa o pena de cárcel de hasta cinco años a las personas que incentiven a un extranjero a venir o permanecer en Alemania sin la documentación que justifique su estada ante el Estado – quienes ayuden a un inmigrante sin papeles a cambio de gratificación económica o intervengan de manera repetida para apoyarlo o apoyar a varios extranjeros podrían recibir la misma condena.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina-Valencia