Ayuda al desarrollo: ¿Un negocio?
24 de noviembre de 2016En la pequeña oficina en Colonia, Alemania, llena de ingenieros, reina un ambiente de entusiasmo. A primera vista, suena muy técnico: una planta de desalinización. Y parece prometer algo bueno: agua potable en regiones secas. "Bueno, no es que queramos salvar el mundo”, dice Patrick Cousins de la empresa Infinite Fingers, que participa en el proyecto con el monitoreo de control. "Pero creo que es un buen proyecto.”
Ingenieros colombianos y alemanes de las empresas Membran Filtrationstechnik (MFT), Col Energy y Infinite Fingers, se encuentran para aprender a manejar una planta de desalinización e instalarla en Colombia. El proyecto piloto se realizará en Siapana, una pequeña comunidad de la región La Guajira en el norte de Colombia. El entrenamiento tiene lugar en Colonia, donde está asentada la MFT. La planta de desalinización diseñada por dicha empresa funciona a través de energía solar y eólica, lo que le economiza costos de electricidad a la comunidad, además de ser ecológico.
La Guajira es una región desértica dónde a veces no cae lluvia durante años. Pero Colombia también es uno de los países que tiene las reservas de agua dulce más importantes del mundo. A las comunidades de La Guajira, el agua no llega. Por un lado, en la zona se sitúa la represa El Cercado que drenó en gran parte el Río Ranchería. Por otro lado, la minera gigantesca El Cerrejón, compuesta por varias multinacionales, opera en la región. Con 69.000 hectáreas, es una de las minas más grandes del mundo. Según la Corporación Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (CCAJAR), El Cerrejón consume unos 17 millones de litros de agua cada día, mientras los habitantes de la región obtienen 0,7 litros por cabeza al día. Comunidades como la de Siapana, situadas a unas centenas de kilómetros de la mina, se enfrentan a cauces completamente secos. La empresa minera extrae el agua antes de que pueda llegar en la región, afirma Catalina Caro, coordinadora de la organización Censat-AguaViva."La desalinización puede solucionar la urgencia”, dice a DW. "Pero no ataca el problema estructural.”
¿Un proyecto para la región entera?
Por lo menos, el proyecto de desalinización parece adaptado para comunidades costeñas. Siapana, sin embargo, está a 20 kilómetros del mar. El agua salada para la desalinización se sacará de un pozo de 460 metros de profundidad. Pero no es el único pozo de Siapana. En 2014, la red internacional Oxfam había instalado pozos y paneles solares para garantizar el acceso al agua potable en este pueblo. Son pozos de 30 a 40 metros de profundidad. Y son pozos de los que se saca agua dulce. Los habitantes ya tienen filtros para limpiarla, entregados por Oxfam entonces.
Sin embargo, Frank Jacobs, de MFT está convencido de que la desalinización del agua en Siapana tiene sentido. "El agua está contaminada”, dice, y explica que fue el gobierno colombiano el que propuso Siapana para llevar a cabo el proyecto piloto.
Crear valor donde las cosas eran gratis
Durante un almuerzo muy relajado, Camilo Cañón, gerente de la empresa colombiana Col Energy, llega al fondo de la cuestión.”Se trata de modificar el sistema económico”, dice. "Es decir, tenemos que crear valor donde las cosas eran gratis”. Si el agua gratis está contaminada, explica Cañón, los habitantes entenderán que hay pagar para obtener agua limpia, es decir desalinizada. Refiriéndose a los indígenas Wayuu, que habitan en la zona, Cañón dice que "hay que cambiar su cultura”.
¿Cuánto costará entonces un litro de agua desalinizada? Ni MFT ni Col Energy lo pueden decir exactamente. Jacobs menciona un precio aproximado, pero se retracta en seguida. "Con este proyecto, nadie gana dinero”, explica. Solo será negocio a largo plazo, cuando el modelo de desalinización se generalice en toda la región. Los habitantes de La Guajira tendrán que pagar el agua de todos modos. "La idea es suministrar agua a toda la región”, dice Jacobs. Subraya la intención de ayudar.
"Esas ‘ayudas para el desarrollo' son hipócritas, además de inútiles”, opina por el contrario Néstor Ocampo, activista colombiano de la Fundación Ecología Cosmos. "No se trata de resolver estructuralmente problemas. Solo los mantiene”. Catalina Caro, de Censat-Agua Vive, comparte su opinión. A largo plazo, explica, este tipo de proyecto legitima a la minería El Cerrejón. Mientras tanto, el negocio se llama ayuda al desarrollo.
Lea Fauth