Ayuda a España: ¿hacia una unión de transferencias?
12 de junio de 2012Probablemente no haya quien lo entienda: el Gobierno español hace un declaración de una bancarrota a medias diciendo que no logrará sola sanear el sector bancario e, inmediatamente, por ello recibe parabienes del mundo entero. El curso de las acciones sube; el euro se fortalece. ¿Qué hay detrás?
"Europa demuestra que es capaz de actuar", opina Michael Hüther, director del Instituto de la Economía Alemana en Colonia. Que España esté en la mira de los mercados financieros y desde hace algún tiempo tenga que pagar intereses cada vez más elevados por sus préstamos, según Hüther, se debe a que los inversionistas no sólo ven riesgo en la solvencia española sino que también ven peligrar la eurozona. “Los inversionistas, a todas luces, no están dispuestos a comprar bonos españoles, pues suponen que eventualmente no serán pagados en euros”, explica Hüther a DW.
La euforia durará poco
El nivel de preocupación de los inversionistas, por el momento, ha bajado un poco. Con todo, el efecto de esta píldora tranquilizante podría pasar pronto, opina Jörg Krämer, economista del Commerzbank: “Ya hemos visto esto antes, cuando Irlanda y Portugal aplicaron a los fondos de rescate. En un primer momento es un alivio, porque el riesgo de contagio es paralizado”. Y aunque la situación puede mantenerse algunos días, el economista de Commerzbank no cree que sea sostenible, “pues los problemas de España no están solucionados con ello”.
Los bancos españoles están sentados sobre una montaña créditos basura que la ruptura de la burbuja inmobiliaria sólo hizo crecer. El Estado lucha contra déficits presupuestarios y por ello no puede con el saneamiento del sector bancario. Uno de cada cuatro españoles no encuentra trabajo; la economía va cuesta abajo. En abril la producción industrial disminuyó en un ocho por ciento en relación con la del año anterior. Según Krämer, la recesión no se debe, como muchos aseveran, a la política de austeridad; por el contrario, “España no ahorró en los primeros tres meses porque había que dejar pasar las elecciones regionales. Ése es el motivo por el cual España está a la cola con la prometida reducción del déficit”. Éste también, por otro lado, es el motivo de los problemas económicos y de falta de confianza en los mercados.
¿La unión monetaria es garante?
Aunque Madrid haya fracasado hasta ahora en su política fiscal y económica, no tiene razón para temer condiciones más duras para acceder a los fondos de rescate; eso es lo novedoso de esta última acción de salvataje. Mientras que los expertos de la troika –la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional- no quitan la vista de lo que hacen los encargados de presupuestos en Atenas, Dublín y Lisboa, a España sólo le controlarán que lleve a cabo reformas en el sector financiero. Que la cuarta economía de la zona euro reciba créditos en condiciones favorables, demuestra, según Krämer, cuál es la dirección que tomará esta unión monetaria. “Paso a paso nos dirigimos hacia una unión de transferencias y garantías”, opina Krämer.
En su opinión, el socializar las deudas no significa que los países afectados vuelvan a la senda del crecimiento; por ello prefiere no hablar de salvataje. “Los países periféricos de la eurozona sólo pueden salvarse ellos mismos en caso de que vean la realidad, acepten la necesidad de adecuar a ella su política económica y pongan en marcha los programas de austeridad y reformas necesarios”, opina Krämer concluyendo que los paquetes de ayuda lo único que logran es comprar tiempo.
Autora: Zhang Danhong /mb
Editor: Enrique López