Autor cubano de portada de Spiegel sobre Trump, sorprendido
8 de febrero de 2017"America first", dice la leyenda de la portada en la que Donald Trump, cuchillo ensangrentado en mano, acaba de decapitar a la Estatua de la Libertad. "Fue una sorpresa. No pensaba que iba a ser a este nivel", cuenta Rodríguez en entrevista telefónica con la agencia alemana de noticias dpa, desde su domicilio cercano a Nueva York.
Pese a las críticas que ha recibido su portada, muchas del exilio cubano pro Trump en Miami, él está entusiasmado porque la ha visto como pancarta en las manifestaciones contra el mandatario estadounidense. "La gente tomó la imagen y la llevó a las protestas. Me mandan fotos en las protestas con la portada. Eso es la sociedad", dice.
Periodistas de todo el mundo quieren hablar con él y desde el viernes no ha dejado de sonar el teléfono. Aunque el gran público haya descubierto la historia de este cubano al que Estados Unidos acogió como exiliado junto a su familia cuando él tenía 8 años, él, a sus 45, es alguien conocido y reconocido en su campo.
No es su primera portada para una gran revista
Ha dibujado para revistas como "Newsweek" y "Time" en Estados Unidos, y ya había hecho también otros trabajos para "Der Spiegel", el influyente semanario alemán que recientemente cumplió 70 años de fundado. Suya es la portada de agosto de "Time" en la que la cabeza de Trump se derrite junto a la leyenda "Meltdown", término que significa derretimiento pero que también se utiliza para expresar la idea de hundimiento.
En su página de Facebook, Rodríguez tiene colgadas más ilustraciones del presidente: entre ellas hay una pro aborto en la que Trump aparece convertido en feto, acompañado de la palabra "Choice", elección; y también está la idea original de la que nació la portada de "Der Spiegel", en la que en vez de traje, Trump lleva una túnica que remite a un extremista islámico.
"No veo a nadie más haciendo este tipo de ilustraciones y pienso que entonces soy el que las tiene que hacer", explica. La de "Der Spiegel", publicada tras el veto de entrada a los ciudadanos de siete países musulmanes, era casi una obligación que tenía como refugiado que es.
Como refugiado, "tengo la responsabilidad de hablar"
Llegó a Estados Unidos en 1980, en lo que se conoce como éxodo del Mariel: 125.000 cubanos salieron del país comunista hacia el vecino del norte en apenas siete meses. "Tengo la responsabilidad de hablar. ¿Qué diferencia hay entre yo y un musulmán que se va de su tierra porque tiene miedo a que lo maten? ¿Por qué son más sospechosos que yo?", pregunta.
Lo satisface la controversia en torno a su portada, que el director de la influyente publicación alemana, Klaus Brinkbäumer, defendió como la decapitación del "símbolo que da la bienvenida a migrantes y refugiados a Estados Unidos desde 1886 y en consecuencia de la democracia y la libertad".
"Que el mundo entero esté hablando de arte es fabuloso, porque es un intercambio de ideas y eso es lo que hacemos los artistas", asegura Rodríguez. Y confía en estar contribuyendo a un cambio. "El porcentaje de la gente que vota es bajísimo y cosas así son las que hacen que gente como Trump gane elecciones. La gente tiene voz, pero no la usa. Ojalá algo como esto sirva para que la próxima elección, la gente salga a votar", explica.
"Trump ha ayudado a que la juventud recuerde que las libertades no son gratis", agrega. A quienes miran hacia Estados Unidos con temor apocalíptico, les lanza un mensaje: "Que no se piensen en Europa que aquí se ha perdido todo: aquí hay mucha gente que está en la calle, está haciendo carteles y va a seguir para adelante".
Libertad para decir, de Trump, de Obama, de Cuba
Y cuando se le pregunta si no teme que toda la controversia perjudique a su trabajo, Rodríguez explica que no puede concebir el miedo porque su familia dejó Cuba precisamente para no tenerlo: "Cuando mi papá bajó del bote, lo tengo en video, lo primero que dijo fue 'abajo Fidel, abajo la revolución'. Lo dijo cuando llegó a este país y por fin tuvo la libertad para decirlo. Cómo no voy a tener yo la libertad para dibujar a Trump, a Obama, al que yo quiera, de cualquier manera que me dé la gana".
De Cuba habla también para decir, en contra de la hipótesis más extendida, que cree que Trump levantará el embargo porque querrá que su familia haga negocios en Cuba. "Él siempre hace todo lo contrario de lo que pensamos", argumenta. Y de Cuba hablaría la portada que más desea crear: "Quisiera hacer un dibujo diciendo que al fin la democracia ha llegado a mi país". No sabe qué dibujaría, pero sí que José Martí, el pensador y fundador del Partido Revolucionario de Cuba, el héroe nacional, estaría de un modo u otro allí (dpa).