Austria-Alemania: en pie de guerra por un balón
15 de junio de 2008"Vamos a dar una paliza a los “Piefkes'". Ese es el grito de guerra más extendido en Austria desde que se supo que el equipo local y Alemania disputaran el 16 de junio un partido decisivo en busca de los cuartos de final de la Eurocopa 2008.
El encuentro, sobre todo en Austria, es una cuestión de honor. En ningún ámbito como en el fútbol se expresa la rivalidad de 150 años entre austriacos y alemanes. "Córdoba, Córdoba", gritan los fans desde Innsbruck hasta Viena.
El triunfo por 3-2 sobre Alemania en la ciudad argentina durante el Mundial de 1978 es sagrado en Austria. Aquella vez los austríacos estaban ya eliminados, pero con su éxito dejaron a Alemania sin posibilidades de aspirar a la final. Esta vez, en cambio, Austria puede seguir adelante y pasar a cuartos, algo que nadie esperaba.
Sueñan con vencer de nuevo a los Piefkes
Córdoba es la prueba de que David puede derrotar a Goliath, y se cree en ello aún más cuando los "gigantes" son los alemanes, los "Piefkes" (arrogantes), como despectivamente llaman los austriacos a sus vecinos.
Los "Ösis", como los alemanes se refieren a los austriacos con desdén, sueñan con una repetición de lo sucedido en Córdoba. El sueño ha despertado la pasión de un país que hasta ahora contemplaba la Eurocopa de Austria/Suiza con cierta indiferencia, sin que su débil equipo fuera capaz de seducir.
Ya hay camisetas en las que se lee "Viena será Córdoba" y se han abierto exposiciones para recordar el mítico triunfo.
Es conocido que a muchos austriacos no les gustan los alemanes. El sobrenombre de "Piefke" viene del músico militar prusiano Johann Gottfried Piefke, que escribió una pieza para conmemorar la batalla en la que los prusianos en 1866 derrotaron a los austriacos en la llamada "Guerra Alemana". Un triunfo que en 1871 llevó a la fundación del Imperio Alemán.
"Piefke" es un símbolo de todas las características negativas que se atribuían a los prusianos. El publicista y "Piefcólogo" Hubertus Godeysen señala que Córdoba fue para los austriacos "una venganza" de los sucedido en 1866.
El "Piefke" en Austria es una persona arrogante, avara y que se cree superior. Es el representante de la burguesía alemana al que en los años '90 el autor austriaco Felix Mitterer dedicó la serie de televisión la "Saga Piefke".
Una relación agridulce
Pero el amor de los austriacos por la cultura alemana está fuertemente marcado y las relaciones entre las dos naciones "amigas" son intensas y no sólo por una base personal o económica.
Eso no hace que periodistas y algunos políticos mantengan pequeños o grandes "odios". En una disputa por la devolución de propiedades austriacas después de la Segunda Guerra Mundial, el canciller alemán Konrad Adenauer en los años '50 provocó a su colega austriaco, Bruno Kreisky: "Usted y yo sabemos que si se encontraran los restos de Hitler se los devolvería con gusto".
Y el ex ministro de Finanzas austriaco Karl-Heinz Grasser no dejaba pasar ninguna oportunidad para señalar que Austria era "la mejor Alemania". Sus opiniones sobre la política del país vecino fueron tan salvajes que su homólogo alemán Hans Eichel boicoteó la alianza con Austria.
Pero en el fútbol se expresa mejor que en ningún otro sitio la rivalidad. Los "Ösis" acompañan siempre con silbidos el himno alemán y el grito de "Siempre Austria" resuena bien alto.
Pero también hay personas que están hartas de que se hable del "milagro de Córdoba". "No puedo escuchar más eso. Por favor, déjenme un poco en paz ya con lo de Córdoba. Eso es historia, es pasado", dijo Hans Krankl, el héroe nacional por ese partido.