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Austeridad y juventud: el éxito del fútbol alemán

25 de abril de 2013

La derrota de los gigantes españoles y la posibilidad de una "final alemana" en la Liga de Campeones hace pensar a muchos en un cambio de hegemonía en el fútbol europeo.

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Borussia Dortmund festeja.Imagen: picture-alliance/dpa

El fútbol alemán lleva más de una década de trabajo con una filosofía muy distinta de la que predomina en España. Desde la política de fichajes hasta los precios de las entradas, pasando por la formación de juveniles o las finanzas de los clubes, el fútbol de los dos países refleja mentalidades diferentes: si en España el fin es ganar sin importar la inversión, los clubes alemanes se rigen por el principio tan germano de no gastar más de lo que se ingresa.

"El Borussia Dortmund no compra estrellas, las fabrica. Ésa es nuestra filosofía", resumió en el diario "Handelsblatt" de hoy el director financiero del club, Thomas Tress.

El Dortmund adoptó ese principio para esquivar la amenaza de quiebra en 2005 y lo mantuvo hasta formar un equipo que ganó dos Ligas alemanas y que el miércoles arrolló 4-1 a los "galácticos" del Real Madrid, cuyo plantel tasado en 600 millones de euros (unos 810 millones de dólares) vale más del doble que el de los alemanes.

Solidez alemana

Pero el Dortmund no es la excepción. La Liga alemana fija condiciones presupuestarias a los equipos para garantizar su solidez. Los clubes no pueden estar en poder de intereses extranjeros y nadie puede tener una participación superior al 49 por ciento. También hay normas para distribuir los ingresos de forma más equitativa.

Las consecuencias van más allá de las cifras récord con las que equipos como el Dortmund y Bayern Múnich cerraron el ejercicio pasado. También permite destinar más gasto a modernizar infraestructuras, apostar por formación de talentos jóvenes y cobrar las entradas a los estadios a precios más asequibles.

El Bayern de Múnich celebra su victoria sobre el Barcelona.
El Bayern de Múnich celebra su victoria sobre el Barcelona.Imagen: Reuters

El ambiente excepcional en los estadios de la Bundesliga se refleja en cifras: un estudio de la consultora brasileña Piuri coloca a Alemania como el país con más promedio de público del mundo, con 22 equipos entre los 100 primeros y una media de 42.231 espectadores. España es tercera con 12 equipos y una media de 38.550.

Es cierto que la Bundesliga carece de las grandes estrellas internacionales que abundan en la Liga española -el Bayern presenta tímidas excepciones con el francés Frank Ribéry y el holandés Arjen Robben-, pero a cambio avanza para convertirse en una fábrica inagotable de talentos jóvenes.

Cambio de mentalidad

El cambio de mentalidad comenzó a darse en 2000, cuando Alemania quedó eliminada en la Eurocopa de Bélgica/Holanda sin ganar un partido. La Federación Alemana de Fútbol (DFB) reaccionó al año siguiente obligando a los equipos a crear academias juveniles con entrenadores profesionales.

Una década más tarde, un 90 por ciento de los internacionales alemanes y más de la mitad de los jugadores de la Bundesliga se formaron en esos centros de rendimiento, incluyendo estrellas como Thomas Müller, Mario Götze o Manuel Neuer. "La creación obligatoria de esos centros para juveniles sentó en 2001 la base del futuro exitoso del fútbol alemán", analizó el presidente de la Liga alemana, Reinhard Rauball.

Reinhard Rauball.
Reinhard Rauball.Imagen: Alex Grimm/Bongarts/Getty Images

La apuesta por los jóvenes no sólo generó riqueza: también modernizó el fútbol del país. El tradicional juego recio y arrollador que fracasó en la Eurocopa 2000 cedió paso a otro más liviano y creativo primero con Jürgen Klinsmann y luego con Joachim Löw, que en Sudáfrica 2010 alineó un plantel con un promedio de edad de 25 años.

"Es impactante la claridad, la organización y el dominio con el que jugaron Bayern y Dortmund. Los marcadores son absolutamente merecidos", destacó Löw la noche del miércoles. El Dortmund acababa de golear 4-1 al Real Madrid siguiendo los pasos del Bayern, que el martes aplastó 4-0 al Barcelona en la otra semifinal.

A la revolución vivida en la última década por el fútbol alemán sólo le falta un escalón: volver a conquistar un título internacional 12 años después de que el Bayern Múnich ganara la Champions League. Sólo un milagro del Real Madrid o del Barcelona impedirá la semana próxima que esa mala racha alemana llegue a su fin. (dpa)

Editora: Emilia Rojas