Aumentan las tensiones diplomáticas entre Irán y Holanda
8 de febrero de 2011Las tensiones diplomáticas causadas por la ejecución de Sarah Bahrami, el 29 de agosto pasado, aumentaron este martes después de que el gobierno de Teherán acusara a Holanda de hipocresía.
El portavoz del Ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Ramin Mehmanparast dijo aludiendo a Holanda que hay países que pretenden ser civilizuados y defienden casos relacionados con crímenes y contrabando de drogas y los acaban convirtiendo en casos de derechos humanos para presionar políticamente a Irán.
Las reacciones no se hicieron esperar. El líder del partido islamófobo holandés Partido de la Libertad (PVV), Geert Wilders aseguró que el régimen de Irán está ocupado por un grupo de “idiotas elevados al cuadrado”, según informó la agencia holandesa de prensa, ANP.
Islamófobo holandés
Wilders no participa directamente en el gabinete de gobierno de minorías integrado por democristianos (CDA) y liberales de derecha (VVD), pero si presta su apoyo puntual para garantizar la estabilidad del gabinete de Gobierno holandés. El líder ultraderechista, famoso por sus diatribas islamofóbicas perdió los estribos ante las recientes críticas de Irán a La Haya.
Wilders calificó a Irán como “un país islamo-fascista del que no se puede uno fiar, un régimen integrado por idiotas supremos”. Después de que Sarah Bahrami fuera ejecutada en la horca el 29 de enero pasado, las autoridades iraníes ordenaron que el cadáver de la mujer, de 46 años de edad, fuera enterrado el domingo a unos 400 kilómetros de Teherán sin que pudieran asistir al sepelio sus familiares, entre ellos, su hija que vive en Holanda.
Holanda retiró a su embajador de Teherán en señal de protesta. El ministro de Relaciones Exteriores holandés, Uri Rosenthal explicó que con ello el gobierno de La Haya protestaba contra el trato irrespetuoso dado por las autoridades iraníes a los familiares de Bahrami.
Bahremi fue arrestada a finales de 2009 tras participar en acciones de protesta contra la reelección del presidente Mahmud Ahmadineyad. En enero de 2010 un tribunal revolucionario la condenó a muerte acusándola de posesión de 450 gramos de cocaína y de participar en la venta de 150 gramos de la misma droga. También fue condenada por su supuesta pertenencia al grupo opositor Muyahidines del Pueblo, considerado por Irán como una organización terrorista y acusado del asesinato de varios funcionarios iraníes durante los últimos 30 años.
El ministro de Relaciones Exteriores holandés calificó la ejecución de Bahrami como un “acto infame cometido por un régimen bárbaro” y acto seguido congeló las relaciones diplomáticas con Teherán. Las autoridades iraníes le habían denegado asistencia consular a Bahrami con el argumento de que Irán no reconoce la doble nacionalidad.
EU/dpa
Editor: Pablo Kummetz