Atentados en Indonesia
14 de octubre de 2002
La mayoría de las víctimas fueron turistas, muchos de ellos australianos, británicos, alemanes y suecos. Los sucesos ocurrieron poco después de las 11 de la noche –hora local- del sábado. Una bomba estalló frente a dos concurridas discotecas en la playa de Kuta, en la isla de Bali. El explosivo estaba escondido en un automóvil que se encontraba estacionado frente a los centros nocturnos. La policía afirma que las bombas eran de producción casera.
Testigos oculares afirman que tras las detonaciones el lugar quedó convertido en un infierno. La bomba dejó un agujero de más de cinco metros en la calle, y alrededor esparcidos, los cadáveres y cuerpos mutilados de las víctimas. Hubo una gran destrucción material, un edificio comercial prendió en llamas, igual que 20 vehículos estacionados en la calle. Numerosas ventanas estallaron con la detonación.
"Había cuerpos por todos lados, gente quemada y aturdida caminando por las calles", dijo el domingo Amos Libby, un estadounidense de 25 años que habló con periodistas en el aeropuerto, donde esperaba tomar un vuelo de partida. Libby, quien se encontraba caminando cerca del lugar cuando ocurrió la explosión, fue lanzado por la sacudida del impacto pero salió ileso.
"Un acto de terror despreciable"
La presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri, dijo que la mayoría de las víctimas habían sido turistas, la localidad es la principal zona hindú del país. El gobierno de Estados Unidos calificó los sucesos como ‘un acto de terror despreciable’. Se trata de uno de los ataques más devastadores, perpetrado contra turistas en uno de los lugares más frecuentados por viajeros.
El gobierno australiano advirtió que el atentado tenía como blanco ‘turistas occidentales’. El ministro del Exterior de ése país, Alexander Downer, señaló que muy probablemente la organización terrorista de Al Qaeda está vinculada a los atentados, en combinación con la organización musulmana indonesia 'Jemaah Islamiah'. La segunda explosión tuvo lugar frente al consulado de Estados Unidos en el corazón de la capital de Bali, Denpasar.
Turistas occidentales
Según información del ministerio alemán del Exterior, entre las víctimas hay por lo menos siete alemanes, una mujer sigue desaparecida. El titular del ministerio, Joschka Fischer condenó los sucesos y dijo que de confirmarse la sospecha de que fueron atentados de grupos terroristas, se buscará a los responsables y se les llevará ante la justicia.
El gobierno alemán recomienda a los ciudadanos alemanes, evitar los viajes a Bali. "Existe un potencial de tensión étnica, religiosa, política y social, lo que, aunado a las actividades criminales, pueden producir incidentes violentos en amplias regiones de Indonesia, así como atentados con explosivos", advierte un comunicado del ministerio del Exterior.
Se estima que entre las víctimas hay dos británicos, tres suecos, siete daneses, cuatro noruegos y un griego. Siguen desaparecidos 15 británicos, un griego y once miembros de un equipo de Rugby provenientes de Hong Kong. Tras los atentados, muchos vacacionistas trataron de abandonar la isla de inmediato. Había muchos jóvenes australianos que no llevaban otra cosa de equipaje que una tabla de surfing y una mochila.