Así se ve Far Cry
Hmm..., un laberinto. El mundo subterráneo abre un nuevo capítulo en el transcurso del juego. Nótese la calidad de las texturas.
¡Qué maravilla! Playas, mucho sol y una vegetación variada y agradable. Un paraíso, si no fuese por esos tipos que constantemente intentan matarme en cuanto me localizan. Por cierto: ¿dónde quedó esa periodista?
Jack Carver toma un baño. ¡Ojo! Jack sólo puede contener la respiración por poco tiempo. La luz se quiebra en la superficie del agua y crea efectos dinámicos según nuestros movimientos.
Lamentablemente ya no podemos usar este cañón. ¿Reliquia de algún pasado colonial? En la isla encontramos también restos de tanques destruidos, probablemente durante la Segunda Guerra Mundial.
Los interiores detallados pero oscuros de algunos cuartos hacen recordar la estética de la película “Alien”.
Hay soluciones para todo.
Uppss..., situación peligrosa. Estos paramilitares reaccionan de manera más inteligente de lo que se suele conocer de otros juegos de este tipo.
Tomándose demasiado tiempo, los enemigos se comunican entre sí y piden refuerzos. Estos pueden llegar por tierra, mar o aire. Nada agradable.
Algunas partes de la isla son impenetrables. La selva es mucho más densa que, por ejemplo, en el juego ‘Battlefield Vietnam’.
De nuevo: Reflejos impresionantes sobre el agua... y un fin pacífico.
El asunto es cada vez más misterioso y los enemigos están cada vez más preparados. ¿Qué produce esa “Krieger Corporation” en sus laboratorios? ¿Será el secreto que quiso revelar la periodista Valerie Cortez? La palabra alemana ‘Krieger’ significa ‘guerrero'.
Sólo uno de la multitud de mutantes que se encuentran en los laberintos subterráneos de la isla. El resultado siniestro de los experimentos genéticos del Dr. Krieger.
Con la periodista Valerie Cortez a bordo, Jack Carver se acerca a la isla. A primera vista: un paraíso.
Los paramilitares suelen acercarse con cuidado y guiados por un líder. ¿Pero qué demonios se encuentra en ese edificio?