Ayuda para estudiantes extranjeros en problemas en Alemania
6 de julio de 2020Deeksha Sharma necesita al menos 500 euros para solventar su vida como estudiante en Oldenburg. Su plan era no recurrir a sus padres y buscar un trabajo a tiempo parcial que le permitiera vivir tranquila. Incluso ya tenía el permiso laboral necesario. Todo iba bien encaminado... hasta que apareció el coronavirus.
Muchos estudiantes perdieron sus puestos de empleo y las reservas financieras se agotaron rápidamente. Eso le pasó también a esta estudiante de física. "En los últimos tres meses tuve serios problemas. Tenía que pagar el alquiler y la comida y no quería volver a pedirles dinero a mis padres", relata.
Un paquete único en el espectro europeo
Su compañera de cuarto le ayudó a cubrir los primeros agujeros financieros. Finalmente, fue a un centro de asesoramiento para estudiantes extranjeros en su universidad y se enteró del préstamo estudiantil del Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW, Instituto de Crédito para la Reconstrucción). Se trata de una oferta que está ahora disponible, por primera vez, también para estudiantes que no son alemanes, y es parte del paquete de ayuda federal.
"Este paquete de ayudas tan amplio para estudiantes de parte de un Ministerio de Educación es único a nivel europeo, y quizás a nivel mundial", aseguró la ministra de Educación, Anja Karliczek, cuando presentó las medidas en una conferencia de prensa en Berlín, en junio.
No hay ayuda gratis
La ministra había recibido numerosas críticas. Representantes estudiantiles, políticos y sindicatos la acusaron de responder a las necesidades de los estudiantes demasiado tarde. Además, el préstamo, a largo plazo, no sale gratis. Sin embargo, Deeksha Sharma no teme que el pago sea un lastre muy grande. A ella le satisface la noticia de que recibirá todos los meses 650 euros en su cuenta entre julio y marzo del próximo año, sin intereses.
Después de esa fecha, sin embargo, el KfW cobrará un interés del 4 por ciento y ya 18 meses después de la primera transferencia empezarán los cobros. En el caso de la estudiante nepalesa serán unos 20 euros mensuales, y eso está bien, dice ella. Además, confía en que podrá encontrar un trabajo y que así lidiará con la situación sin mayores dificultades.
Solicitantes de Irán, India y Túnez
La joven es solo una de los cerca de 8.000 estudiantes internacionales que han solicitado este préstamo desde mayo. En los primeros lugares se encuentran solicitantes de Irán, India, Bangladesh, Siria y Túnez. Todos tienen en común que tuvieron que esperar cuatro semanas más que los cerca de 7.000 estudiantes alemanes que también pidieron el préstamo. Para ellos, este modelo de crédito existía desde mucho antes de la pandemia del coronavirus.
Philip Rauh, del KfW, explica que debido a que el pago para los nuevos clientes internacionales no se podía garantizar hasta principios de junio por razones técnicas, se decidió posponer el proceso hasta principios de julio. El banco de desarrollo estatal está muy satisfecho con la cantidad de solicitudes recibidas, apunta el gerente.
Criterios estrictos
Sin embargo, muchos de los estudiantes extranjeros no cumplieron con los estrictos criterios de adjudicación de los créditos, criticó Kornelia von Kaisenberg, quien asesora en Aquisgrán a los afectados. Por ejemplo, para dar el préstamo había que estar, como máximo, en el décimo semestre de estudio. "Muchos de ellos ya pasaron el décimo semestre porque sencillamente debieron trabajar y, a la vez, ir a clases, y eso muchas veces implica una extensión en el tiempo de permanencia en sus casas de estudios".
Von Kaisenberg trabaja para la Comunidad Estudiantil Evangélica, una entidad que no solo brinda asesoría a los estudiantes extranjeros que la requieran, sino que también entrega apoyo financiero, por ejemplo, mediante una subvención mensual para afrontar la fase final de los estudios. Joël Mekiedje goza de ese beneficio. El joven estudia en la Rheinisch-Westfälischen Technischen Hochschule (RWTH) en Aquisgrán y actualmente escribe su tesis de maestría en ingeniería eléctrica.
El camerunés conoce a muchos estudiantes que no han solicitado el préstamo porque temen adquirir una enorme deuda, especialmente a partir del próximo año, cuando éste ya no esté libre de intereses. Si bien igual están obligados a endeudarse, muchos prefieren hacerlo con amigos y familiares.
Enorme solidaridad
Esta forma de solidaridad está muy extendida entre los cameruneses y otros estudiantes internacionales, cuenta Mekiedje: "Por supuesto que devuelves cada céntimo una vez que vuelves a tener dinero”, aclara.
Este es solo un ejemplo de las muchas fórmulas que este estudiante y otros de sus compañeros encontraron para seguir adelante. Una pequeña encuesta entre 40 alumnos provenientes de Camerún reveló que más del 90 por ciento tiene problemas para pagar el alquiler y el seguro de salud. Por eso, Mekiedje hizo una colecta entre sus colegas y amigos y reunió cerca de 3.500 euros en donaciones para salir al rescate de los que peor lo estaban pasando.
(dz/cp)
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