Astilleros alemanes sufren por la crisis del coronavirus
31 de agosto de 2020Los que viven con vista a un puerto o tienen un lugar de trabajo desde el que se puede ver un río tienen claramente una ventaja. Pueden hacer una afirmación bastante fiable sobre el estado de la economía con solo un vistazo al tráfico de mercancías. En pocas palabras: cuantos más buques portacontenedores se puedan detectar y cuantos más transporten estos buques, mejor será el estado de la economía.
Un editor especializado en economía de DW tiene el privilegio de poder ver el Rin desde su oficina. Desde hace unas semanas, ha observado más y más buques navegar por el río, con más carga y más contenedores. ¿Podría concluir de esto que la recesión causada por la pandemia del coronavirus en Alemania ha dejado atrás su peor momemto?
El comercio marítimo se recupera
Sí, puede. Al menos eso es lo que sugieren las cifras publicadas por el Instituto Leibniz de Investigación Económica (RWI). El índice RWI/ISL, elaborado conjuntamente con el Instituto de Economía y Logística del Transporte Marítimo (ISL), "subió significativamente de 110,2 a 116, 2 en julio".
El índice hace un seguimiento de la circulación de los contenedores en 91 puertos internacionales. Estos puertos representan alrededor del 60 por ciento del movimiento mundial de contenedores. Según los autores de los dos institutos alemanes, su índice refleja con bastante precisión los datos sobre el comercio mundial publicados por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los astilleros siguen esperando
Si bien el negocio marítimo se recupera y comienza a normalizarse, algo que las líneas navieras y los operadores portuarios están registrando con alivio, el repunte aún no está llegando a otras industrias relacionadas, como la construcción naval.
Según la consultora Clarkson, el número de barcos nuevos entregados en todo el mundo se redujo en una quinta parte en el primer semestre de 2020, y en Alemania rincluso en un 28 por ciento, según la Asociación de Construcción Naval y Tecnología Marina (VSM) de Hamburgo. En Alemania, durante la crisis, muchos astilleros recortaron la producción, se redujo la mano de obra y los empleados restantes tuvieron que trabajar a jornada reducida.
Esperando apoyo del Estado
El director general de la asociación VSM, Reinhard Lüken, teme el futuro cercano: "Las perspectivas son realmente dramáticas". Desde el comienzo de la crisis, apenas se han hecho pedidos de nuevas naves en todo el mundo. Esto se aplica tanto a los buques de carga como a los de pasajeros. "Los armadores están esperando a ver cómo evoluciona la situación de los volúmenes de consumo y están posponiendo las operaciones planificadas hasta el futuro".
"Pero hay mucho que hacer", enfatiza Lüken. Según él, a menudo no se han hecho las inversiones necesarias y ahora se necesitan nuevos buques que sean más económicos y respetuosos con el clima. Como ejemplo, Lüken cita los buques griegos que regularmente fallaban las pruebas de seguridad y ahora solo se les permite operar con permisos especiales. La mayoría de los buques de navegación fluvial en Alemania operan desde hace 60 años.
"Hay demanda pero no hay mercado", se queja el director general de VSM. Los constructores navales alemanes ponen ahora sus esperanzas en los multimillonarios programas europeos y alemanes en el marco de la pandemia, que también tienen por objeto promover medidas respetuosas con el clima. En la primera fase de la pandemia, la política alemana logró mucho, elogia a Lüken y advierte al mismo tiempo que los próximos desafíos serán mucho más exigentes debido a los ajustes estructurales.
(gg/er)