Assange: prisionero sin cargos en contra
7 de diciembre de 2015Wikileaks vive aún. El pasado 3 de diciembre, la plataforma de revelaciones informativas publicó documentos confidenciales relacionados con las negociaciones del tratado de libre comercio entre Estados Unidos, la Unión Europea y 22 países más. Fue un acontecimiento extraordinario, si se toma en cuenta que el fundador y vocero de Wikileaks, Julian Assange, vivió esta última publicación en el interior de la embajada de Ecuador en Reino Unido. Desde ahí también vio cómo Wikileaks publicaba otros documentos del gran tratado comercial, en noviembre pasado. O la de más de 60.000 despachos diplomáticos de Arabia Saudí, el pasado mes de junio. Desde junio de 2012, Assange ha vivido en el edificio de la mencionada embajada. Y desde hace cinco años, cuando se entregó a la Justicia británica, no puede hacer uso de su derecho de libre tránsito. En su contra pesa una orden internacional de detención con fines de extradición, emitida en Suecia.
Una pesquisa de cinco años
La causa es un drama jurídico a cargo de la Justicia sueca. En su comienzo aparecen dos mujeres que en un viernes de agosto de 2010, por la noche, acudieron a una estación de policía de Estocolmo. Pidieron consejo. Habían tenido sexo consensual con Julian Assange. Pero luego se percataron de que éste además había tenido relaciones sexuales con la otra. Las mujeres querían saber si podían obligar a Assange a someterse a un examen para determinar si éste era portador del virus VIH. Cuando salieron de la estación de policía, horas más tarde, la policía decidió iniciar investigaciones por presunta violación y acoso sexual. La fiscalía de Estocolmo determinó que no había suficiente elementos para seguir la investigación. Pero otra fiscal, desde la lejana Göteborg, decidió reabrir el caso. Éste permanece congelado durante años en su etapa inicial. ¡Y hasta la fecha no existe acusación formal! La orden de detención contra Assange corresponde a una petición de Suecia para trasladarlo a ese país, para ser interrogado sobre las acusaciones.
Posible extradción a EE.UU.
Assange teme que Suecia lo extradite a Estados Unidos. Por eso se refugió desde hace tres años en la embajada ecuatoriana en Londres, luego de que se agotaran todas las vías legales para evitar una posible extradición. Esto no puede ser calificado como paranoia. Las reacciones en Estados Unidos a las revelaciones de Wikileaks fueron muy violentas, especialmente en 2010. La publicación de los diarios de guerra de Afganistán, así como los de la Guerra de Irak –en especial los despachos diplomáticos-, revelaron al mundo una imagen poco halagadora de las actividades estadounidenses en el exterior. El gobierno de Washington se mostró enfurecido. Algunos políticos estadounidenses incluso pidieron abiertamente la muerte de Assange.
La actual administración estadounidense reaccionó con gran dureza ante los llamados “soplones”. Apenas un día después de la detención de Assange, el periódico ingles The Independent informaba acerca de supuestas conversaciones informales entre Suecia y Estados Unidos para lograr la extradición de Assange a territorio estadounidense.
El autor y periodista Charles Glass dice en entrevista con DW que el gobierno de Barack Obama ha demandado a más periodistas que todas las administraciones anteriores juntas: “Para ello se ampara en la Ley contra el Espionaje que data de 1917. Pero no para perseguir a espías, sino a periodistas que han revelado el papel del gobierno de Obama en casos de tortura, secuestro o asesinato de sospechosos en todo el mundo”, afirma Glass. Matthias Spielkamp, de Reporteros sin Fronteras, también se muestra preocupado por esta persecución: “Vemos cómo personas que llevan a cabo estas revelaciones son perseguidas con una agresividad sin precedente. Esto es digno de la más fuerte crítica”, afirma Spielkamp a DW.
Libertades limitadas
Spielkamp también critica los diversos intentos del gobierno estadounidense por acallar a Wikileaks, y los califica como atentados contra la libertad de prensa. El representante de Reporteros sin Fronteras recuerda que en 2010, por presión de las autoridades de Washington, Amazon dejó de proporcionar espacio a la plataforma en sus servidores. Empresas de tarjetas de crédito, al igual que sitios de pago como PayPal, se negaron a transferir fondos a las cuentas de Wikileaks. Spielkamp rechaza que las revelaciones de la plataforma pongan en peligro la vida de personas, como se suele afirmar: “Esto jamás ha sido comprobado. Sin embargo, escuchamos esa versión una y otra vez".
¿Tiene todo esto relación con el proceso jurídico contra Assange en Suecia? Esto tampoco se ha podido comprobar. Pero especialistas en derecho internacional como Nikolaos Gazeas cuestionan la falta de equilibrio en este caso, sobre todo por parte de las autoridades suecas. “Hasta ahora no se ha llevado a cabo ni un solo interrogatorio en Reino Unido. Si uno toma en cuenta el hecho de que la justicia sueca ha llevado a cabo 44 interrogatorios a testigos en el extranjero, tan solo el año anterior, llama la atención que en el caso de Assange se haya tomado tanto tiempo en siquiera decidirse a hacerlo”.
Gazeas describe finalmente, de manera cautelosa pero inequívoca, su visión del proceder de la Justicia sueca: “Todo esto puede –dicho con mucho cuidado- hacer sospechar que las autoridades suecas involucradas no ven una gran necesidad de siquiera llevar a cabo la diligencia de interrogar a Assange en Londres”.