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Asia y Europa hablan de colaboración medioambiental

Luna Bolívar Manaut23 de abril de 2007

Los ministros de Medio Ambiente asiáticos y europeos se reúnen en Dinamarca. El carbón, las energías renovables, la deforestación, la biodiversidad: algunos de los temas sometidos a la búsqueda de acuerdos.

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El consumo de electricidad crece en China paralelo a la economía.Imagen: AP
Las relaciones diplomáticas, la economía, los movimientos migratorios y también el medio ambiente son las cuestiones que suelen reunir a los políticos de Asia y la Unión Europea en torno a una misma mesa. ASEM son las cuatro letras con las que se denomina a este mecanismo de encuentros periódicos, los Asia-Europe Meeting, destinados a acortar distancias en las negociaciones sobre cuestiones tan relevantes.
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Copenhague, Dinamarca, acoge la nueva cumbre.Imagen: dpa

Los ministros venidos de uno y otro continente saben que el éxito de estas cumbres se mide en el valor de las estrategias conjuntas, para el presente y el futuro, que de ellas logren extraer. Y no cabe apuntar la importancia de esta base cuando el tema sobre el tapete es uno de incidencia tan global y solución sólo compartida como es la necesidad de frenar el cambio climático.

Complementando el trabajo de Naciones Unidas, desde mañana hasta el próximo 26 de abril en Copenhaguen, los ministros de Medio Ambiente de los 25 Estados miembros de la UE y de 10 países asiáticos, la Comisión Europea y representantes de organizaciones y organismos privados, buscan soluciones al problema más acuciante de nuestro planeta.

Tres días, cuatro objetivos

Esta cumbre de Copenhague tiene dos antecedentes: una reunión en Yakarta entre el seis y el siete de marzo de 2007, y un segunda vista preliminar el día de hoy, en la que se ha revisado el informe redactado en marzo en el país asiático y presentado el programa que entrará en vigor mañana, cuando dé comienzo el tercer encuentro de los ministros de Medio Ambiente del ASEM.

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La deforestación y la tala ilegal serán tema entre los ministros.Imagen: picture-alliance/ dpa

"El cambio climático y las energías renovables, y el modo de lograr una cooperación efectiva entre los países del ASEM que permita hacer frente a los desafíos que están por llegar", serán el hilo conductor del diálogo, así como el principal de los objetivos de esta cumbre ministerial, puede leerse en el texto introductorio del evento.

La agenda viene marcada por cuatro cuestiones fundamentales: definir esa cooperación en acciones concretas, que sean un complemento al trabajo de la Convención sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas y queden fechadas antes y después del decisivo año climático de 2012; colaborar en la transformación económica de los países del ASEM, principalmente de los asiáticos, que les permita reducir el predominio del carbón como fuente energética; crear una base para la discusión política sobre el cambio climático y las energías renovables; tratar de evitar la deforestación y salvaguardar la biodiversidad.

Nuevas tecnologías y recomendaciones

Al ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, le llegará el turno de palabra el mismo día 24 de abril. Su tema será el desajuste existente entre el desarrollo económico, el consumo de energía y las emisiones resultantes. Y es que, el hecho evidente de que en el mundo se despilfarra energía al tiempo que se agotan los recursos que hasta ahora han sido la clave en el avance de la economía global, aparece como un tema recurrente en Copenhague.

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Las nuevas tecnologías deben servir para frenar el cambio climático.Imagen: AP

Precisamente por eso, y porque los países del ASEM recuerdan que las emisiones de CO2 son las grandes responsables del cambio climático, Asia y Europa quieren tratan de extraer a las nuevas tecnologías energéticas, aquellas que no contaminan y permiten un desarrollo sostenible, todo el potencial que contienen.

La cumbre, dicen los organizadores, debe finalizar con un mensaje político claro y una serie de recomendaciones destinadas no sólo a los gobiernos, sino también a los institutos, las organizaciones y los restantes organismos especializados, a las agrupaciones regionales y, por supuesto, al sector privado.