Argentina: una elección difícil
19 de octubre de 2015Daniel Scioli parece seguro de su victoria el 25 de octubre próximo en las presidenciales. Su partido, el Frente para la Victoria, lidera las encuestas de opinión y Scioli es nada menos que el continuador de la política kirchnerista de los últimos 12 años. Scioli cuenta con algo menos del 40 por ciento de la intención de voto, pero eso no sería suficiente para que gane, al menos, en primera vuelta.
En Argentina, el Código electoral establece que habrá balotaje si ninguno de los candidatos obtiene más del 45 por ciento de los votos, o si uno de ellos consigue el 40 por ciento con una diferencia superior a 10 puntos porcentuales sobre la fórmula que le sigue en número de votos. Sin embargo, Scioli cree que cree firmemente que podrá convencer a los pocos electores que le faltan para lograr la mayoría, y está tan seguro de eso que ni siquiera se presentó en el duelo televisivo de los candidatos argentinos a la presidencia, el 4 de octubre pasado, el primer debate emitido por televisión luego de más de 32 años.
Su mayor rival es el empresario Mauricio Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de la alianza Propuesta Republicana (PRO), un claro opositor al modelo kirchnerista. Si bien Macri está dispuesto a hacer algunas concesiones en el área social y a continuar, en parte, las políticas de Cristina Fernández de Kirchner, planea una liberalización de la economía. Macri reúne apenas a un tercio de los votantes y es el favorito de la clase media y del sector empresario. Si lograse ganar en segunda vuelta, le resultaría difícil obtener más votos, ya que mientras su electorado apoyaría en un balotaje al tercer principal candidato, Sergio Massa, el electorado de Massa, por el contrario, elegiría apoyar a Scioli en una segunda ronda.
Sergio Massa, de la alianza Unidos por una Nueva Argentina (UNA), fue una estrella naciente del kirchnerismo, pero se distanció de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y si bien se considera, como ella, dentro la tradición peronista, apuesta a un nuevo comienzo político, planea arremeter duramente contra la corrupción y reformar la política de subvenciones estatales en el terreno social. Pero sus planes podrían fracasar, dado que, según sondeos, está muy por detrás de Macri, con cerca de un 20 por ciento de intención de voto. Si, en contra de los pronósticos actuales, Massa obtuviera un número mayor de votos, el electorado de Macri podría inclinar la balanza a su favor, preparando así la salida del kirchnerismo del poder y una amarga sorpresa para Daniel Scioli. Todos los restantes candidatos, seis en total, reúnen menos del 10 por ciento de la intención de voto.
Estas elecciones presidenciales en Argentina marca el rumbo en la región. ¿Marca el 25 de octubre de 2015 el comienzo del fin de los gobiernos populistas en América Latina? Sin duda, sería una fuerte señal hacia países como Ecuador o Venezuela.
Las encuestas preelectorales no dejan del todo claro si Scioli ganará en primera vuelta o si habrá un balotaje el 22 de noviembre. Pero sea quien fuere el que salga victorioso en estos comicios, todo indica que el nuevo gobierno se enfrenta a varios problemas: la inflación alcanza alrededor del 25 por ciento, el déficit fiscal, cerca del ocho por ciento. A eso se suma la disputa con los fondos hedge, que sigue caldeándose. A este respecto, es necesario hallar una solución para que Argentina obtenga dinero fresco en los mercados internacionales. Todo esto configura un panorama complejo, un desafío nada fácil al que se enfrentarán 32 millones de argentinos el próximo domingo.