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Argentina: mal augurio desde Europa

19 de agosto de 2019

Ni la recaída de la economía argentina ni el eventual retorno del peronismo a la Casa Rosada dejan indiferentes a la UE, que este año avanzó como nunca antes hacia la firma de un tratado de libre comercio con el MERCOSUR

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Panorama Buenos Aires Argentinien
Imagen: Getty Images

Los resultados del sufragio primario abierto celebrado el 11 de agosto en Argentina no sólo preocupan a su jefe de Gobierno, el liberal Mauricio Macri, quien aspirará a la reelección, o a los mercados financieros, que le temen a un retorno de la izquierda a la Casa Rosada. El eventual triunfo de la fórmula presidencial peronista Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner en los comicios del 27 de octubre también causa inquietud en la Unión Europea (UE), que este año avanzó como nunca antes hacia la firma de un tratado de libre comercio con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), bloque al cual pertenece Argentina.

Algunos analistas de la economía comunitaria y del desarrollo latinoamericano pronostican que, de retomar el poder –o bien en la primera vuelta electoral o bien en la segunda, pautada para noviembre–, Fernández y Fernández de Kirchner dificultarían la confirmación del pacto interregional, sellado parcialmente en junio. “No creo que este acuerdo pudiera ser ratificado en los plazos previstos, a lo largo de 2020 y 2021”, comentaba José Manuel García, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), al ser consultado al respecto por la agencia de noticias EFE. A su juicio, el talante proteccionista de Fernández de Kirchner sería un obstáculo serio.

Recordando que la exmandataria y su esposo, el difunto Néstor Kirchner, impusieron mecanismos de control cambiario y mercantil que entorpecieron el intercambio entre los propios socios del MERCOSUR durante sus Gobiernos (2003-2015), el ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, aseguró el 15 de agosto que su país abandonaría la unión comercial sudamericana si el peronismo tomaba las riendas de Argentina y aislaba a su país. Poco después, Alberto Fernández se dirigió al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y dijo: “que se quede tranquilo porque no pienso cerrar la economía”. Sus otras declaraciones fueron menos apaciguadoras.

Néstor Kirchner (izq.) fue presidente de Argentina entre 2003 y 2007; su esposa, Cristina, lo sucedió desde el año 2007 hasta el 2015.
Néstor Kirchner (izq.) fue presidente de Argentina entre 2003 y 2007; su esposa, Cristina, lo sucedió desde el año 2007 hasta el 2015.Imagen: Getty Images/AFP/A. Burafi

Fritz: “Argentina no es un socio fuerte”

“El tratado no existe”, esgrimió Alberto Fernández, aludiendo al proyecto transatlántico que promueve una desgravación arancelaria de aproximadamente 90 por ciento y que aún debe ser aprobado tanto por los Parlamentos comunitarios como por los de los miembros del MERCOSUR: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. “Lo que existe es una serie de puntos por acordar que va a demandar dos años de negociación”, acotó, enfatizando que, de ser elegido presidente, estudiará el convenio con miras a “sacar las mayores ventajas para Argentina”. Sus palabras sobre las deudas de Argentina también causaron desasosiego.

Bajo las circunstancias actuales, el país no puede pagar las obligaciones crediticias que asumió, señaló en entrevista con el diario Clarín, haciendo referencia a los 56.000 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional le concedió al Gobierno de Macri para que estabilizara el mercado cambiario. “Estamos virtualmente en condiciones de default”, arguyó el candidato presidencial peronista. Alberto Fernández es partidario de negociar “uno por uno” con los tenedores de deuda soberana y postergar las fechas de reembolso, como se hizo cuando Argentina cayó en situación de impago en 2001.

“Eso sólo confirma, a los ojos de Europa, en general, y de Alemania, en particular, que Argentina no puede ser considerado un socio económico fuerte. Y no está claro qué receta se le puede recomendar al Gobierno local –independientemente de quién tome el control tras las elecciones presidenciales de octubre– para ponerle coto a la crisis y a sus secuelas”, opina Barbara Fritz, profesora de Economía en el Instituto de Estudios Latinoamericanos (LAI) de la Universidad Libre de Berlín, en conversación con DW. La especialista desestima, eso sí, que Argentina retorne al mismo punto en el que se hallaba a principios de este siglo. 

Mauricio Macri (izq.) y Alberto Fernández.
Mauricio Macri (izq.) y Alberto Fernández.

Hernández: “Receta segura para la derrota”

Sobre la posibilidad de un nuevo distanciamiento entre la UE y el MERCOSUR, cuya relación es un auténtico subibaja desde hace dos décadas, la catedrática de Berlín subraya que el acercamiento más reciente tuvo lugar a pesar de la crónica debilidad de Argentina. “En el peor de los casos, la crisis argentina no será el único factor que ralentice la suscripción de un pacto. Más turbulencias puede generar Bolsonaro: ya hay líderes europeos sopesando si tiene sentido firmar un tratado de libre comercio con el MERCOSUR cuando Brasil, su miembro de más peso, se niega a cumplir compromisos en materia ambiental y climática”, agrega Fritz.

Pero, ¿y si las nuevas políticas económicas de Macri consiguen frenar a última hora la espiral descendente en que se halla atrapada Argentina? ¿Y si él es reelegido presidente en octubre? Esos escenarios lucen improbables hasta para quienes le desean la mejor de las suertes. “En el último minuto, Macri está haciendo todo lo que está a su alcance para no ser reelegido. Con su empeño en revertir las medidas económicas de su propio Gobierno y sustituirlas por otras de corte populista lo que logró fue que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, renunciara al cargo”, critica Ivo Hernández, catedrático de la Universidad de Münster.

“Desdecirse es una receta segura para la derrota. En materia económica, a veces es mejor morir con las botas puestas. Ya Fernández y Fernández de Kirchner le han sacado provecho al acto de contrición de Macri, dando a entender que él nunca supo lo que estaba haciendo. Lo que pasa en Argentina es muy lamentable porque sus próximas elecciones tendrán efectos políticos y económicos sobre toda la región. No es imposible, pero hay pocas esperanzas de que Macri las gane", dice Hernández, quien concluye que "el peronismo no es más que la vindicación del populismo político sobre la economía. Y eso incidirá negativamente sobre el MERCOSUR". 

(jov)
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