México ofrece dialogar, Trump exige acciones

Desde el viernes 31 de mayo de 2019 se encuentra en Washington el secretario de Exteriores de México, Marcelo Ebrard. Su objetivo es intercambiar puntos de vista con aliados y establecer una línea de negociación para evitar la imposición de tarifas especiales a los productos mexicanos. Una cumbre de emergencia este miércoles 5 de junio con el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, debería dar una solución a la nueva disputa comercial entre ambos países.

Todo esto fue desatado el jueves 30 de mayo por un tuit del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En él, anunciaba la imposición de aranceles especiales del 5 por ciento a todas las importaciones llegadas desde México a partir del 10 de junio. Esas cifras podrían aumentar a comienzos de octubre hasta el 25 por ciento si México no actúa con mayor dureza contra las oleadas de inmigrantes que presionan la frontera con EE.UU. "México se ha aprovechado de EE.UU. desde hace décadas", tuiteó Trump. "México puede solucionar fácilmente el problema. Es tiempo de que México finalmente haga algo".

No hay solución con "medidas coercitivas"

"Los aranceles podrían generar inestabilidad financiera y económica", y con ello limitar "la capacidad de México para resolver sus problemas", dijo Ebrard el lunes, en una conferencia convocada en la embajada mexicana en Washington. Al mismo tiempo, reiteró que su país no aceptará por ningún motivo la clasificación como "tercer país seguro".

El presidente Andrés Manuel López Obrador le había dicho a Trump -a través de una carta de dos páginas- que México estaba haciendo todo lo posible por detener el flujo de inmigrantes, pero se negó tajantemente a violar los derechos humanos para alcanzar ese objetivo. AMLO prefiere, en cambio, resolver los conflictos por medio del diálogo. "Los problemas sociales no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas", escribió López Obrador.

Según el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en abril de 2019 fueron arrestadas 109.000 personas en la frontera, el mayor número desde 2007. El gobierno mexicano, por su parte, solo en mayo deportó a más de 15.000 inmigrantes, triplicando las cifras que había en diciembre, con la llegada de López Obrador al poder. A pesar de la presión de Trump, México se niega a "militarizar" su frontera sur. En cambio, propone un plan de desarrollo para América Central, con inversiones que ayuden a generar puestos de trabajo. Washington, por su parte, había cancelado recientemente los fondos de ayuda al desarrollo para los países centroamericanos.

La industria automotriz, muy afectada

Los mercados reaccionaron nerviosos al anuncio de Trump. Los precios de las acciones y el peso mexicano se derrumbaron. Si bien un peso débil es, a primera vista, una muy mala noticia, podría en realidad no serlo tanto, dice Carlos Serrano, economista jefe del banco BBVA en México. "Si se llegan a imponer estos aranceles, el tipo de cambio es la mejor manera de amortiguarlos", dice. En la medida que la moneda pierde valor, los productos mexicanos ganan competitividad. Sin embargo, otros expertos advierten de un incremento en la inflación y el riesgo de una recesión.

Estados Unidos es el socio comercial más importante de México. Cuatro quintos de las exportaciones van al vecino del norte. El año pasado, esto se tradujo en 350 mil millones de dólares. Ambas economías están estrechamente vinculadas. Ninguna industria ilustra mejor esto que la automotriz. Los principales fabricantes de automóviles, también los alemanes, tienen instalaciones en México, y los aranceles especiales amenazan con interrumpir las cadenas de suministro.

Apenas dos horas antes del anuncio de Trump, López Obrador había entregado al Parlamento el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC) para su ratificación. Ahora esto está en peligro. "Si se imponen los aranceles, como amenazó Trump, el acuerdo de libre comercio está muerto", comentó el columnista Luis Miguel González en el periódico El Economista.

Gran delegación mexicana

Ante lo sucedido, el presidente de México repitió el fin de semana su disposición al diálogo. AMLO dijo que, si no hay acuerdo, "México tiene derecho a acudir a tribunales internacionales". Y dio a conocer un plan de tres pasos: diálogo para llegar a un acuerdo, llamado a instancias internacionales y una iniciativa para "impulsar nuestra economía y enfrentar las decisiones de Estados Unidos". Al mismo tiempo, López Obrador se mostró confiado en que se alcanzará un acuerdo. "El límite de las negociaciones que podemos tener está dado por la Constitución, por la política migratoria que suscribimos en Marrakech y, desde luego, por la dignidad de México", dijo su secretario de Exteriores.

La composición de la delegación negociadora mexicana demuestra la importancia de las conversaciones para ese país: junto al secretario de Exteriores Ebrard se encuentran la secretaria de Asuntos Económicos, Graciela Márquez; el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos; y el secretario de Estado para América del Norte y negociador principal del T-MEC, Jesús Seade.

"México envió una gran delegación para conversar sobre la frontera. El problema es que desde hace 25 años solo hablan. Queremos acciones, no conversaciones", escribió Trump en su medio favorito, Twitter. De cualquier modo el miércoles habrá un primer encuentro... para conversar. (dz/ers)

Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos en Facebook | Twitter | YouTube |