Para Nidia Góngora, el Pacífico colombiano ha sido una región que ha pasado desapercibida en el mundo. Pero ella quiere que sea de otra forma. En Colombia también hay negros, y no somos de África, dice. Ella creció con arruyos de su mamá, una cantora de la comunidad de Santa Bárbara de Timbiquí. Y después interiorizó el resto de los ritmos que van más allá de la tan famosa cumbia: currulao, chirimia, marimba, bunde, juga, alabao, bullerengue, patacoré, porros chocoanos, entre otros. Las comunidades negras del Pacífico colombiano adaptaron cánticos europeos como los cantos gregorianos, los villancicos y los salves, que después fueron adquiriendo sus propios ritmos que, según Nidia Góngora, ahora tienen más fuerza, una libertad melódica y una belleza que se conoce poco. El productor británico Quantic se enamoró de esta zona y conoció a Nidia Góngora. Comenzaron a mezclar ritmos electrónicos que llevó la música fuera de sus fronteras. Ahora la misión de Nidia góngora es seguir preservando esa música tradicional autóctona haciendo relevos generacionales y realzando su identidad conectando con el resto del mundo.