Anselm Grün: vivir en plenitud
14 de enero de 2015Cuando uno lo ve y lo escucha hablar, aunque sea a través de las pantallas de la televisión, siente que se trata de una persona especial. Combina la apariencia del clásico profeta de barba blanca con el lenguaje del mundo de hoy. La sonrisa que brota de sus ojos y la sencillez de sus profundas palabras lo han convertido en un solicitado conferenciante; los cupos para inscribirse en sus seminarios suelen agotarse con mucha anticipación. Y sus libros siguen vendiéndose como pan caliente.
Anselm Grün, monje benedictino, es uno de los autores más prolíficos de Alemania. Y también uno de los más leídos. Ha escrito cerca de 300 libros, con tiradas que suman más de 17 millones de ejemplares. Su obra, que ha sido traducida a una treintena de idiomas, apunta a llevar el mensaje de la fe cristiana a la vida del hombre contemporáneo, en un lenguaje accesible, sin sermones. Por eso se ha convertido en referente para muchos que emprenden búsquedas espirituales, sin escapar de las realidades contemporáneas.
Monje ejecutivo
A sus estudios de teología y filosofía sumó más tarde los de administración y dirigió durante más de 30 años las finanzas del monasterio de Münsterschwarzach, cerca de Wuerzburgo, al que pertenecen también una panadería y una editorial, entre otras cosas. En su calidad de administrador, Anselm Grün sufrió también los embates de la crisis financiera, con inversiones fallidas en la bolsa. Una experiencia más para compartir en los seminarios que ofrece a empresarios y ejecutivos, en los que lleva la reflexión ética al mundo de los negocios.
De “un monje con cualidades de manager” habló este miércoles un programa de la radio alemana (WDR), en que se lo calificó de “estrella pop de la Iglesia católica”. Pero esa imagen le es del todo ajena al autor de obras como Cincuenta ángeles para comenzar el año” e “Invitación a vivir en plenitud”, que asegura no ser un “gurú que lo sabe todo”.
Mensaje universal
Lo que sí sabe Anselm Grün es cómo llegar a las personas que lo escuchan, no sólo en Alemania, sino también en los muchos países a los que lo han llevado sus giras de conferencias, desde Chile y Brasil, hasta Malasia. “La vida comienza con el nacimiento y termina con la muerte. Esa es la opinión común. Pero la vida es un permanente nacer”, dice en una de sus obras. Y en esa visión se inscribe también el llamado: “Confíe en usted. Confíe en la vida. Usted es capaz de más de lo que cree. Y su manera de vivir no solo lo transformará a usted, sino también al mundo que lo rodea”. Estas son algunas de las citas con que le rinde homenaje en el septuagésimo aniversario de su nacimiento el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ).
Las celebraciones en el convento de Münsterschwarzach son sencillas, como el cumpleañero, e incluyen un simposio en el que participarán el sábado (17 de enero) representantes de países como Brasil, Argentina, Francia, Italia, Polonia y Taiwán, según anuncia la emisora bávara BR. Uno de los temas a tratar es el motivo del éxito de sus libros en lugares tan distantes y diferentes. Quizá se deba, sobre todo, a la calidez con que este sacerdote de Franconia lleva al mundo un mensaje universal: “Mi vida adquiere una nueva calidad cuando cada mañana me levanto conscientemente con el pensamiento: hoy cavo mi huella personal de vida en este mundo para que, a través mío, este mundo se vuelva un poco más claro, cálido y humano”.