Andrés Orozco Estrada: batuta entre dos continentes
11 de abril de 2019El reconocido director de orquesta colombiano Andrés Orozco Estrada llegó a la ciudad de Viena a fines de los años noventa. Con casi veinte años ingresó en la escuela Hochschule für Musik und Darstellende Kunst, estudiando con grandes maestros como Uroš Lajovic, (quien a su vez fue discípulo de Hans Swarowsky). La carrera de este músico medellinense tuvo un vuelco pronunciado a su favor cuando luego de cinco años de preparación le llegó la invitación de la Orquesta Tonkünstler de la Baja Austria 2003. A partir de entonces, Orozco-Estrada no ha dejado de trabajar, haciéndose un nombre en el mundo de la música.
Hoy en día, Orozco Estrada es director musical de la Sinfónica de Houston, director de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Fráncfort y principal director invitado de la Filarmónica de Londres, con la que grabó el disco "Piazzolla", además de trabajar como invitado con distintas formaciones. Una de ellas es la Filarmónica Joven de Colombia, reconocida por sus particulares espectáculos, frescos y aguerridos. Habiendo trabajado ya con ellos en 2017, Orozco-Estrada recibió una nueva invitación para la gira por Austria y Alemania el pasado mes de marzo de 2019.
DW: ¿Qué lo llevó a mudarse a Austria de tan joven?
Andrés Orozco Estrada: La música, las ganas y una idea clara de estudiar dirección de orquesta en Viena, donde ha existido siempre una gran escuela de dirección con unos maestros que históricamente han sido muy importantes. Y además, la ciudad invita con su historia artística, cultural y todo lo que puede uno aprender estando en un lugar donde hay una orquesta y una ópera con tanto nivel, con lo que sigo aprendiendo tantas cosas
Habiendo comenzado a dirigir con casi veintisiete años, ¿qué desafíos tuvo que superar como latino en la escena musical europea?
Empecé a dirigir en Colombia a los catorce años en la orquesta del colegio, pero fue cuando llegué a Viena que comencé a descubrir lo que es la dirección trabajando en orquestas. Algo muy interesante y bello que me pasa es que me sale hacer música de manera natural, poder respirar y que todo sea muy orgánico. Y, sobre todo, que sea con mucha alegría y entusiasmo. Esto ha sido algo que siempre funcionó muy bien y por eso mis experiencias con los músicos en Austria han sido muy positivas. No faltan situaciones donde pueda tener alguna diferencia con un músico, pero es parte natural del proceso y tiene uno que aprender de esto, porque es parte del trabajo.
En el imaginario colectivo, no es normal encontrarse con un director tan joven con una carrera tan prolífica. ¿Cree que su edad sea un plus para dirigir a los jóvenes de la Filarmónica de Colombia?
Por un lado sí, porque hay una cercanía. Pero creo que más allá de la juventud, lo que prima es la dedicación, las ganas, la energía y la experiencia que he estado recogiendo a lo largo de mi carrera como director. Creo que esa es la combinación más interesante, ya que me permite aportarles cosas interesantes a los músicos de la Filarmónica Joven de Colombia, quienes también me enseñan a mí. Recojo mucho aprendizaje de ellos, lo que hace que disfrute mucho de mi trabajo.
¿Cómo llega a dirigir a la Filarmónica Joven de Colombia?
A través de una invitación que me llegó hace unos años de parte de ellos. Me llamaron para que ayudara en un reemplazo del maestro a cargo. Tuve la oportunidad de hacer con ellos una primera producción donde estuvimos haciendo unos conciertos y una gira que incluyó Colombia y también Brasil. Fue realmente un gran encuentro y, artísticamente, un muy buen trabajo que me motivó a seguir en contacto hasta ahora, que sigo regularmente trabajando con ellos
Habiendo dirigido principalmente en Europa durante toda su carrera, ¿cómo es para usted dirigir una orquesta en su idioma?
Por un lado es muy bello y gratificante poder comunicarse en tu idioma materno. Afortunadamente en Austria y Alemania, donde trabajo mucho y tengo una de mis orquestas con base en Fráncfort, puedo comunicarme fácilmente en alemán gracias a haber vivido tantos años aquí. Digamos que la comunicación con ellos se hace de manera muy orgánica y natural. A veces pasa algo interesante, que por estar acostumbrado al alemán, a veces tengo que traducirme al español. Pero, más allá de eso, nunca he tenido dificultades en este sentido y es muy bello poder comunicarse en el idioma que sea, que a fin de cuentas es lo que importa. Al final, lo más bello, aunque suene muy romántico, es el lenguaje de la misma música y creo que eso es lo que más nos une.
¿Cómo es la relación con el público europeo?
Hasta ahora hemos tenido muy buenos resultados, con un público muy cálido que reconoce por un lado el nivel, el talento, el buen desempeño artístico y, además de esto, toda esa energía, ganas y entrega de la juventud, con su espíritu que contagia.
Ya la dirigió anteriormente en 2017, ¿qué cambios ha notado en los músicos desde entonces?
Veo que la orquesta sigue creciendo muchísimo, se nota que el nivel va evolucionando en aquellos con los que trabajé anteriormente. Además, van teniendo cada vez más oportunidades fuera de la Filarmónica Joven de Colombia y del país, lo que genera gran madurez. Eso es muy bello, no perder las ganas de explorar cosas nuevas y diferentes. Para mí es muy motivante reencontrarme con un talento que crece y evoluciona.
En cuanto al repertorio de este año, se nota su impronta con piezas como Tangazo, de Astor Piazzolla, que grabó en 2018 en su álbum "Música de las Américas" con la Orquesta Sinfónica de Houston. También incluye piezas de Alberto Ginastera, José Pablo Moncayo y Jimmy López. En fin, se trata de un repertorio con acento latino ¿En qué se inspiró para elegir las piezas?
Tuvimos dos líneas, por un lado está el repertorio que veníamos mostrando con la Quinta Sinfonía de Chaikovski y una versión completamente nueva e inédita de La consagración de la primavera de Stravinski, con una producción de altísimo nivel y una coreografía propia con la que los músicos interactuaban y danzaban en una puesta en escena muy bella con luces y efectos. Tuvimos la suerte de contar con dos solistas de alto nivel, como el arpista Xavier De Maistre, quien estuvo interpretando el Concierto para arpa y orquesta de Alberto Ginastera y Rolando Villazón, quien nos acompañó en los últimos dos conciertos, donde incluimos también repertorio de Manuel de Falla y algunas canciones de Verdi. Aparte de esto, hicimos un repertorio sinfónico de origen latinoamericano con algunas obras de Astor Piazzolla, José Pablo Moncayo y obras más modernas de Jimmy López para mostrar esa riqueza en la música latinoamericana. Creo que la combinación estuvo muy bien estructurada y pensada. Fue maravillosa, porque también nos permitió mostrar el talento a través de la versatilidad de los distintos ritmos y estilos y el público supo apreciar y valorar todo eso.
(ms)