Analfabeto: uno de cada cinco
8 de septiembre de 2006Dos tercios son mujeres. 100 millones de niños en el mundo crecen sin educación escolar. La alfabetización es un requisito para el desarrollo: esa interrelación se halla en el foco del Día Mundial de la Alfabetización 2006.
Muy problemático es en consecuencia que los gobiernos y la cooperación para el desarrollo continúen dedicando demasiada poca atención al tema, dice la UNESCO. En el mundo se destina sólo un 1 % del presupuesto de educación a la alfabetización de adultos.
Más del 70 % de todos los adultos analfabetos viven en sólo nueve países, entre ellos India, China, Bangladesh y Pakistán. La situación de la alfabetización en América Latina y el Caribe dista mucho de ser la peor del mundo. Casi el 90% de los adultos de la región saben leer y escribir. Según las últimas estimaciones del Instituto de Estadística de la UNESCO, el índice global de analfabetismo en la región es del 11%, mientras que en otras regiones, como el África subsahariana y el sur de Asia, asciende a un 40% y un 45% respectivamente.
Analfabetismo primario y funcional
Los datos referentes a América Latina y el Caribe son relativamente satisfactorios, pero ocultan disparidades considerables entre las distintas naciones y dentro de cada una de ellas. En algunos países como Argentina, Trinidad y Tobago, Bahamas, Cuba y Uruguay, el índice de analfabetismo es inferior al 5%. Sin embargo, en Brasil es del 13% y en Guatemala casi la tercera parte de los adultos no saben leer ni escribir.
En Alemania se estima que hay 4 millones de personas con escasa capacidad de lectura, escritura y también de sacar cuentas. Ello representa algo menos del 5 % de la población total. Sólo en Berlín, la capital, unas 164.000 personas no saben leer ni escribir bien. Unos 80.000 jóvenes abandonan anualmente la escuela sin haberla terminado.
Como en todos los países industrializados, el problema en Alemania no es tanto el analfabetismo primario, es decir el de aquellas personas que nunca asistieron a una escuela, sino el analfabetismo funcional: personas que asistieron a clases, pero aprendieron muy poco a leer y escribir. Tan poco, que necesitan ayuda la desenvolverse en la vida cotidiana.
Alfabetización y educación básica
Comparado con las cifras generales en Europa, el porcentaje de analfabetos en Alemania no es extraordinariamente alto. En Francia es similar y en Inglaterra llegó a ser dramático en los últimos años. Sólo en los países escandinavos la situación es algo mejor.
"La lucha contra el analfabetismo y una educación básica sólida para todos es una exigencia central que hay que plantear a un sistema educativo", dijo el viernes Annette Schavan, la ministra alemana de Educación, con ocasión del acto central del Día de la Alfabetización, en Berlín. Y agregó que "el objetivo debe ser, reducir a la mitad el número de analfabetos funcionales en Alemania en los próximos cinco años".
Alemania apoya la Década Mundial de la Alfabetización de la ONU, que tiene como objetivo, reducir a la mitad el analfabetismo en el mundo entre 2003 y 2012. El ministerio federal de Educación e Investigación ha definido como una de las áreas prioritarias de fomento la "Investigación y el Desarrollo para la Alfabetización y la Educación Básica de Adultos".
Contra la vergüenza: cursos por Internet
Schavan anunció que para ello se pondrán a disposición unos 30 millones de euros para un periodo de cinco años. De las propuestas surgidas de un concurso de ideas se elegirán y financiarán cuatro nuevos proyectos, que deberán tener como objetivo la elaboración de cursos de aprendizaje y un mejor asesoramiento de los afectados.
Entre los proyectos que ya están funcionando exitosamente se cuenta el portal de Internet "Una segunda oportunidad en línea", con la plataforma de aprendizaje www.ich-will-schreiben-lernen.de, en la que se han anotado ya casi 11.000 usuarios.
El portal electrónico posibilita, además de participar en diversos cursos, también el aprendizaje anónimo desde la propia casa, lo que elimina las tan difundidas barreras de sentimiento de vergüenza que tienen, injustificadamente, muchos adultos con dificultades para leer y escribir.