Ana Frank: "Una ventana al Holocausto"
12 de junio de 2004Ana Frank se quedó niña. No llegó a crecer, al igual que tantos otros niños judíos, cuyas vidas fueron segadas por los nazis. Este sábado habría cumplido 75 años, y quizá qué habría podido contarnos si hubiera sorteado los horrores del campo de concentración de Bergen Belsen. Quizá nos diría, con la misma lucidez y frescura de las palabras que escribió mientras permaneció oculta con su familia en Amsterdam, que vale la pena vivir, a pesar de todo.
Nunca más
El Diario de Ana Frank sigue siendo, hasta hoy, uno de los libros más leídos en el mundo. Así, esta chica nacida el 12 de junio de 1929 en Fráncfort, sigue manteniendo viva la memoria del Holocausto. Eso es precisamente lo que pidió en esta fecha el obispo católico de Berlín, Georg Sterzinsky, a los jóvenes alemanes: que no permitan que lo ocurrido caiga en el olvido y se esfuercen activamente por la reconciliación con los judíos. Ocuparse del pasado es necesario "para que nunca una niña de 15 años vuelva a morir debido a su origen o su credo religioso", subrayó el prelado.
En diversas ciudades europeas se han celebrado actos en recuerdo de Ana Frank, cuya suerte simboliza la que corrieron tantas víctimas anónimas del Tercer Reich. En el antiguo campo de concentración de Bergen Belsen no hubo, sin embargo, ninguna ceremonia especial. Sólo un organización privada depositó flores en la lápida que existe en memoria de ella y de su hermana Margot.
Fotos de familia
En Berlín, el aniversario se conmemora con una exposición fotográfica, con imágenes que en parte nunca habían sido exhibidas al público. La muestra, inaugurada en la víspera, incluye aproximadamente 60 fotos tomadas por su padre, Otto. Ellas rescatan momentos de la vida de la familia Frank antes de 1942, año en que se vieron forzados a esconderse de los nacionalsocialistas. Se trata de fotos como las que pueden encontrarse en cualquier álbum familiar, sin alusiones a la persecución de los judíos en tiempos de Hitler. Quizá por eso mismo hacen más vívido el posterior relato que todos conocemos.
El presidente de la comunidad judía de Berlín, Albert Meyer, indicó que la exposición contribuye a confrontar a las personas con el racismo y la xenofobia que aún existen en nuestros días. Por su parte, el embajador holandés, Nikolas van Dam, recordó en la inauguración de la muestra la importancia del Libro de Ana Frank, que calificó como "una ventana al Holocausto".